Estampas

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Martes, 21 de noviembre de 2017

Al amanecer mientras estaba aún inmerso en los rituales del despertar (cada día que pasa los necesito más para entrar en el día), pensé en la impostura en que se convierte la vida cuando la madre muere. Yo he escrito y pintado sobre todo escrito para sobrellevar las cosas pero lo de esa impostura lo he percibido siempre al fondo de mi vida, en cada acto, como si lo que soy existiera sobre un espacio hueco y en cada momento de lucidez (lo otro es inercia ¿no?) el espacio hueco se hacía sentir con gran intensidad y lo que he hecho (lo comprendí claramente hoy al amanecer) es escribir libros y ponerme de pie sobre ellos para que el espacio hueco ese no me tragara; y así han ido pasando los años y la vida desde.

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Lunes, 20 de noviembre de 2017

Aquí les dejo esto. Véanlo y escúchenlo con la mayor atención por el bien de vuestros cerebros. Es una de las más nutritivas conversaciones que he tenido la oportunidad de escuchar. Como no tengo un gran cerebro analítico (ni, en general, un gran cerebro) para mí estar en presencia de grandes cerebros analíticos que arrojan luz y sentido sobre todo lo que tocan, es un privilegio inmenso. No hay que estar de acuerdo (yo con la visión que tiene de Warhol, Paglia, no concuerdo mucho, por ejemplo), pero el discurrir de su pensamiento y la belleza estética, sí, estética de estos cerebros en acción es uno de los más hermosos espectáculos que puede uno presenciar en la vida.

En un mundo cada vez más pobre y ridículo intelectualmente, un mundo cada vez más infectado por la ideología de género y por la fascista basura políticamente correcta, ver y escuchar una conversación como esta que sostienen Jordan Peterson y Camille Paglia, es todo un antídoto contra la muerte (cerebral).


Parasitismo

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Domingo, 19 de noviembre de 2017

“En general, un cuerpo de mujer, y que me perdonen mis amigos homosexuales, es superior muy superior al cuerpo de un hombre. Hay en el cuerpo de la mujer una liviandad, una tibieza, y sobre todo una capacidad de transformación que ya quisieran tener los hombres. Sí, capacidad de transformación. Un cuerpo de mujer puede ser un cuerpo y al mismo tiempo una playa, un cuerpo y al mismo tiempo un mar tibio, y además, muy importante, un cuerpo de mujer puede ser una casa donde eres siempre niño, un lugar donde no envejeces y sobre todo un lugar donde estás a salvo, donde te sientes seguro.”

De sexo, (Hypermedia 2017).


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Sábado, 18 de noviembre de 2017

Cocino bacalao sobre una cama de pimientos verdes y rojos y algo de cebolla, unos lomos de bacalao robustos, dignos de ver. El arroz muy blanco además y oloroso. Quesos, jamón del bueno y vinos y el transcurrir de la tarde que va dejándose caer como una cortina y como un olor corporal. Pasa el tiempo, agradable y manso como suele en estos casos y la conversación con los amigos tiene la calidad de ciertas frutas. El perrito corretea por el jardín y las cosas se ven vueltas sobre sí mismas cual si dormitaran. Precioso, pienso. Pero lo más precioso es que te miro como la primera vez y como la primera vez tú me miras.

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Viernes, 17 de noviembre de 2017

A mí lo que me interesa (es un decir) de Sergio Ramírez no es el Premio Cervantes que le han dado, no leía a Ramírez un escritor de medio pelo antes, ni lo pienso leer ahora. A mí lo que me interesa del revolucionario (esa palabra sinónimo de mierda) Ramírez, es su papel como esbirro de la siniestra dictadura sandinista. Daniel Ortega y su pandilla (entre la que destacaba Ramírez) fueron (y son) una sucursal de la dictadura cubana, que entrenó y armó y tuteló a los sandinistas. Así que Ramírez, a mi modo de ver, no sólo fue un esbirro sandinista sino también un esbirro castrista. Si eres esbirro del criado lo eres del Amo. ¿No? Recuerdo a Ramírez de lameculos oficial junto a Castro, como representante de la colonia sandinista ante la metrópoli (Cuba), y ya desde entonces me producía la misma repulsión que me produce hoy. Mientras fusilaban, mientras torturaban, mientras privaban de todo tipo de libertad a los cubanos, Ramírez ejercía de esbirro del sandinismo y a fin de cuentas de esbirro de los Castro. Ah. Y. Por cierto, entre las víctimas de los Castro, mientras Ramírez ejercía de esbirro sandinista y castrista, había escritores mucho más talentosos que Ramírez: Arenas, Padilla, Ariza, Victoria, Díaz de Villegas. Por sólo mencionar algunos.

No iba a decir nada hoy sobre el Premio Cervantes, que casi siempre recae sobre alguien que es poco más que una ofensa al escritor Cervantes. Pero. Hombre. ¡A un esbirro como Ramírez!

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Jueves, 16 de noviembre de 2017

Comienzo otro Kertész, Sin destino. El autor se negaba a que la definieran como novela autobiográfica. Decía, con razón, que tal cosa no existe, o es autobiografía o es novela. Acabo de empezar pero me ha sorprendido su fuerza y su manera fisiológica de describir el mal. Me ha recordado a mi admirada Agotha Kristof, que hacía lo mismo. Dos húngaros. Me digo. Y está Márai que es verdad que dejaba un poco más de carnecilla perfumada en su prosa, pero que en sus diarios finales, los que escribe en California (creo que por estos diarios de Márai es que desprecio a tipos como Carrère con su no ficción tramposa y sus mariconadas de literato), llega a un ámbito semejante a este de Kertész y Kristof donde lo humano alcanza un resplandor entre musical y atroz. Recuerdo que tuve que hacer varios altos en la lectura. Me resultaba imposible no hacer esos altos por el dolor y la desesperación que me producía la lectura del diario californiano de Márai. Otro húngaro, por cierto.

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Miércoles, 15 de noviembre de 2017

Avanzo, lentamente, por el segundo volumen de Emanaciones (2012-2015). Encuentro cosas que me gustan, otras que me sorprenden, y bastante material eliminable por un motivo u otro. Qué conclusión saco de la lectura: que somos vapor. No materia de sueños, sino residuos gaseosos. Residuos que a veces despiden una fosforescencia, y otras un tufo a carne en descomposición.

Termino el libro de Kertész, que tiene muchos altibajos y cuyo mayor problema es que al fondo siempre está Dios. Así no se puede escribir. En otra época quizás, pero ya no. No importa lo que digas ni de qué manera excelente lo digas (así Kertész, a veces) lo que dices reposa sobre un fondo falso es como escribir dentro de una maleta de doble fondo de esas que se ven en las películas, no hay superficie real sobre la que apoyar la escritura y sabes que si levantas ese doble fondo debajo hay un espacio en el que el autor renunció a meterse y que era el único en el que tenía la obligación de meterse.

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Martes, 14 de noviembre de 2017

Me manda mi amigo Jorge Ferrer unas fotos del apartamento de Bulgákov, en Moscú. El apartamento de El Maestro y Margarita, se entiende. El mismísimo y mítico apartamento donde despierta Stiopa en el capítulo siete. Las paredes de acceso al lugar cubiertas de inscripciones y dibujos que van dejando los lectores que, tratándose de Bulgákov, no son lectores son más bien, como es mi caso, algo así como hijos. Le debo mucho a esa novela. Mi irreverencia viene de Arenas y mis ansias de venganza (nunca saciada) contra los comisarios y los comunistas y cierta ferocidad ilimitada que a veces me aflora viene de Arenas pero también en gran medida de Bulgákov. De su novela. Y de lo que le hicieron a Bulgákov.

Nunca he querido visitar Rusia (en parte por resentimiento, por lo que recuerdo de los rusos y las rusas en Cuba, a los que odiaba, y por malcriadez además), pero ahora al ver estas fotos creo que tendré que reconsiderar lo del viaje e ir a sentarme en el suelo de ese apartamento y cerrar los ojos y respetuosamente bajar la cabeza: uno ha de ser agradecido en la vida.

Y tal vez hasta haya suerte y nos abra la puerta y nos de la bienvenida el gran Popota al llegar allí.

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Lunes, 13 de noviembre de 2017

Pienso a ratos en este blog y en por qué lo escribo y todo eso. Y lo veo cada vez más como una novela como una inmensa (por su longitud) obra de ficción. No tiene nada que ver con que me atenga a los hechos (que me atengo) tiene que ver con que el lenguaje mismo es ficción. Llevo muchos años escribiendo y si algo soy es un escritor y estoy seguro de eso. El lenguaje es una máquina de ficción ¡la gran máquina de ficción!

Todo el debate sobre la literatura de no ficción es ilusorio (y es una estafa), entretenimiento de literatos y para literatos. Un debate engañoso, interesado y vacío. Un hecho puede ser llamado real mientras no se escriba. Una vez se escribe, da igual en qué forma, pasa a ser parte del mundo de la ficción dado que ha pasado a ser lenguaje.


Cortesías

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Domingo, 12 de noviembre de 2017

El arte de mis lectoras. De esta lectora, inmersa en los preparativos de una cita inminente. Lectora sensualmente suculenta, eso puedo intuirlo. Cómo se dispone a llegar a esa cita en la cúspide de su ser sexual. Porque. Cuando se exhiba así engalanada provocará un estallido de libidinosidad inapelable. Y a partir de ahí la lujuria se abrirá paso e imperará y conquistará y someterá y hará florecer la dicha de ser y de estar vivos. ¿Y a qué se debe que la lectora haya instalado en este escenario mi libro? Para decirme, naturalmente, que mi libro le sirve de manual libertario y de texto erótico y sexual de cabecera.

Y yo tan feliz porque eso es lo que quiero que sea mi libro, y lo que es mi libro.


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