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Jueves, 3 de mayo de 2018
Trato, lo mejor que puedo, de no ser hipócrita. La hipocresía me parece lo peor. Así que diré que todo eso de las reuniones entre etarras y familiares de sus víctimas, me produce bastante asco. Lo que más asco me produce, claro, son los llamados “mediadores”. Por otro lado, no creo que la hermana del hombre al que le reventaron el cerebro a balazos pueda perdonar, en nombre del hermano muerto, a su asesino. ¿De dónde saca que puede hacerlo? Al asesino sólo puede perdonarlo el muerto. Nadie más. No creo que la mujer de un marido asesinado pueda perdonar, en nombre de su marido reventado, a su asesino, que le puso una bomba bajo el coche y lo reventó. ¿De dónde saca que puede hacerlo? Al asesino de su marido sólo puede perdonarlo el marido. El muerto. Nadie más.
Los familiares de los asesinados por los patriotas vascos de ETA pueden perdonar a los asesinos su dolor (he sufrido mucho por lo que hiciste, pero te perdono), dirá alguien. Bueno, no. Porque ese perdón por su dolor, irremisiblemente, abarca al muerto, ¡es el perdón del muerto!
