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Sábado, 5 de mayo de 2018
He leído un artículo de Aramburu sobre ETA. Y he vuelto a pensar en que a Aramburu lo traiciona su novela. Que fue una impresión que ya tuve, al leerla por primera vez. Los libros a veces traicionan a su autor. A mí me ha pasado. Escribí Garbageland, una novela futurista (¡en la que Cuba es un basurero!), y para mi sorpresa gustó y sigue gustando a la crápula castrista y fidelista y hasta el esbirro Pablo Milanés es un gran fan de mi novela, según he escuchado. La ven y la leen, mi traidora novela, en contra de mis más profundas convicciones capitalistas, como una crítica feroz del capitalismo. Tengo la impresión de que algo parecido pasa con Aramburu y su Patria. Aramburu es un demócrata, enemigo de ETA, pero su novela beneficia a ETA y a la basura antiespañola vasca, pues no hay nada que beneficie más a ETA y a la basura antiespañola vasca que el Perdón y la Paz sin vencedores ni vencidos y tralalá y la mujer del asesinado que lo que más desea antes de morir es la cartica del asesino pidiendo perdón. Y en ese clima de cómplice y sucio Perdón rosado (ya no rojo sangre) ¿por qué no unirnos todos y abrazarnos como hermanos y dejar que lave nuestro dolor, sí, pero también nuestros patrióticos pecados, la lluvia vasca ¡aleluya! tan vasca?
