Estampas
2999
Portugal (2)
Me había leído un artículo de Muñoz Molina antes de venir de esos que escriben los literatos por encargo para los diarios. Bueno, de esa ciudad a lo Pessoa poética y trémula y goteo dulzón que describe Molina no veo nada. La ciudad es feílla aunque con cierto encanto tristón. Debe ser la música. Los portugueses muy agradables, sin la arrogancia injustificada y algo cumbayá de los españoles. Tomamos un tranvía porque (dicen) hay que ver la ciudad desde un tranvía. Creo que se exagera mucho con lo de los tranvías. En otro tiempo, tal vez. En época de Pessoa, que debió ser más vacía y sosegada. Pero ahora. El tranvía se detiene con mucha frecuencia y avanza lentamente por las calles abarrotadas y el conductor a lo suyo, que nunca coincide con lo de los pasajeros, y el tranvía traquetea de manera infernal con desafortunadas consecuencias para mi espalda y mis glúteos.
Estamos en el Martinhal Chiado (yo siempre viajo con niñas) y es un lugar formidable los detalles muy cuidados y el personal gentilísimo. Y qué cama, y qué almohadas. Y ya de noche, cena en el By The Wine con sus muchachos y muchachas diligentes y guapos y qué estupendas dentaduras un lugar ya completamente del primer mundo. Y vinos del Algarve, mantecosos y cristalinos a un tiempo no sé cómo lo consiguen.

2998
Portugal (1)
Volamos a Lisboa y ya en el avión la primera sorpresa agradable. Todo lo que sale de los altavoces sale en dos idiomas, portugués e inglés. El idioma del país, y el idioma del mundo. Si fuera en una aerolínea española cuando estuviera aterrizando en Lisboa aún estarían repitiendo todo en siete mil dialectos. Volamos a un país sensato, qué bien. Voy leyendo a César Aira, el librito que me regaló mi amigo Daniel. Interesante, por ahora, aunque esa prosa un tanto densa e incluso a veces farragosa de Aira. A mí me cuesta avanzar por un lugar así, pero de vez en cuando un destello que se agradece, y que anima a seguir.
A la salida del aeropuerto, pienso, esto parece un país tercermundista, pero sin miseria, y además un país tercermundista donde las cosas funcionan, a un ritmo más lento es verdad, pero funcionan. Mucho calor. Pasa un primer fabuloso ejemplar de mujer portuguesa. Ya me detendré en ellas. Impresionante. Y no es que yo vaya mal acompañado: mi rubia preferida y sus deliciosos atributos y mi reina la más bella entre todas las mujeres. Como para no ver nada más. Pero, ay, no puedo evitarlo. Ni quiero. ¿Cuál es mi primera impresión de Portugal, por si le importa a alguien?. Pues como una Andalucía pero mejor más dulce y carente de esa pátina africana tan desagradable que uno encuentra al otro lado de la frontera. Claro que se trata de una primera impresión, que tal vez vaya cambiando.

2996
Voy a Barcelona a ver a mi amigo Daniel que se fue a Francia hace años y allí es profesor y ya tiene dos hermosos hijos y una mujer más hermosa aún que cuando vivía en Barcelona, algo asombroso porque han pasado como digo desde que se fue Daniel unos cuantos años. Daniel es argentino y recuerdo que una vez me dijo tú eres el único cubano que me cae bien, un hombre inteligente Daniel. Los dos amamos a Borges y a Lezama, y a Homero sobre todas las cosas y nos sentamos en el café de La Central de la calle Mallorca (a la que yo iba en un tiempo compulsivamente por una niña que trabajaba allí, una niña con unas tetas muy grandes y muy blancas y una cara inocente y depravada, qué combinación) a beber cervezas y a hablar de la vida y del tiempo que pasa siniestro y veloz y de libros, y de la estupidez humana, claro está. Yo le regalé a Daniel un libro de Pascal Bruckner y él a mí un librito de César Aira que tiene una crónica sobre un viaje que hizo a La Habana. Veremos qué cuenta Aira, espero no tener que machacarlo. Daniel sigue siendo un muchacho alto y apuesto y muy inteligente y cuando salimos de la librería nos fuimos caminando hasta Plaza Cataluña un lugar cada día que pasa más feo y más atroz, y yo que tengo pocos amigos iba muy contento de ver otra vez a Daniel y en cierto momento alcé la vista al cielo y vi que la tarde nos miraba.

2995
El Ayuntamiento de Láncara ha eliminado de su página de FB los comentarios críticos a su decisión de homenajear a Raúl Castro y plantarle museo.
El espíritu de los Castro se apodera del pueblo, naturalmente.

2994
Yo que tanto he perdido no he perdido mi capacidad de indignación. A veces la gente que me quiere y quiere lo mejor para mí y que no tenga problemas, me dice: no te metas en eso nada resolverás la desidia es general y la frivolidad alcanza incluso al crimen. Y es verdad lo cierto es que a nadie le importa, la estupidez y la abyección humana son infinitas sólo hay que ver la foto de Fraga con Fidel Castro que salió en el periódico: el hediondo rostro de Fraga lo dice todo. Pero. Yo que tanto he perdido no he perdido mi capacidad de indignación y me alegro y ruego al dios de la furia el único que existe que me sostenga y me acompañe hasta el final.

2993
Ángel Castro Argiz, padre de Fidel y Raúl Castro, nació en 1875 en Láncara y emigró a Cuba en busca de oportunidades. Según el historiador Hugh Thomas: “Ángel Castro (…) estaba dispuesto a salir con bien del hundimiento social general que siguió al final del dominio español y a la llegada de los norteamericanos y de la República independiente (…) Por un medio o por otro reunió el dinero suficiente para comprar tierra, y más adelante consiguió ampliarla, no se sabe muy bien cómo. Parece que pudo sacar partido de la revolución de 1917, cuidando de las propiedades de la United Fruit Company y aumentando su propia hacienda a costa de la compañía (…) logró ampliar su granja, quizás aprovechando de vez en cuando las noches sin luna, quizás robando títulos de propiedad”.
Es decir que Láncara no sólo ha honrado a un asesino, también al hijo de un cuatrero.

2992
Barcelona, 2 de agosto de 2016
Señor Alberto Nuñez Feijóo, presidente de la Xunta y del PP gallego, me dirijo a UD. para comunicarle que estoy dispuesto a donar al Ayuntamiento de Láncara los retratos de todos los fusilados por Raúl Castro en la ciudad de Santiago de Cuba, en 1959. Se calcula que fueron más de un centenar. Dono estas obras y, con la natural humidad, solicito que sean exhibidas permanentemente en el MUSEO CASTRO que, según las noticias, se planea inaugurar en Láncara. Digo todos los fusilados, pero tal vez sean muchos para el pequeño museo, en cualquier caso llenaré todas las paredes disponibles de retratos de los cubanos fusilados por Raúl y Fidel Castro; así los visitantes del museo tendrán una idea clara del legado de la familia homenajeada a la historia de Cuba. Espero que mis retratos compensen un tanto a los gallegos por cualquier disminución del ambiente moral en Galicia, provocado por el hecho de que sus representantes electos distingan, honren (¡Hijo Adoptivo!) y dediquen museo a una estirpe de asesinos.
Sin más por el momento, queda suyo, respetuosamente.
JUAN ABREU

2991
Siempre he mirado con cierta desconfianza a los gallegos. Ya se me perdonará. Será porque gallegos como los Castro hundieron a Cuba en el estercolero en que está y la convirtieron en el estercolero que es. Con gran ayuda de los llamados cubanos, es verdad sin embargo me atengo a mi creencia de que un hombre hace la Historia, no los hombres. Llegó un gallego, esa es la semilla. A mi modo de ver no puede pasarse por alto ese pozo de mierda de los Castro, gallegos. Que desemboca en Castro, dictador. Y ahora nombran hijo adoptivo de Galicia a Raúl Castro. No seré yo quien se sorprenda, naturalmente.
