Estampas

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Jueves, 17 de marzo de 2022

El aspecto más frívolo de los buenos modales consiste en que imponen al varón el papel de protector. La cosa empieza muy inocentemente, subiendo escalinatas detrás de la mujer, cediendo la parte interior de la acera, y termina con la llamada a filas y, en su caso, la guerra. Hay, pues, una de esas normas de conducta que dice: Si la situación lo exige, el varón tiene que proteger a la mujer de cualquier incomodidad incluso al precio de la vida. En cuanto llega a la edad requerida, el varón obedece a esa regla sin pensarlo siquiera: la doma ha concluido mucho tiempo antes, de modo que en una catástrofe empezará por salvar a las mujeres y a los niños, y luego pensará en sí mismo. Aunque le cueste la vida”.

“Uno de los espectáculos más fantásticos de la doma por autohumillación es el que ofrecen aquellas mujeres que pasan sus días en condiciones paradisíacas, en una villa de las afueras llena de comodidades, con niños, perro y otras señoras, provistas de segundo automóvil, televisor y todos los aparatos domésticos imaginables, y que dicen a su marido (tal vez ingeniero o abogado) que le envidian porque él sí que tiene una vida plena, mientras que ellas, por ser mujeres, se ven constreñidas a una vida indigna de un ser humano. La grandeza del espectáculo estriba sobre todo en que le dicen eso al hombre que está pagando con su vida todo aquel confort material y moral, y en que dicho varón se lo cree”.

Sigo con Esther Vilar.

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Miércoles, 16 de marzo de 2022

Mientras leo a Esther Vilar, pienso en el grupo de música pop español más influyente del momento: Montero y sus chochocráticas. Y me río mucho. Imaginen conmigo la cara que pondrían las integrantes de ese grupo (y sus fans) si leyeran esto:

“Hagan lo que hagan para impresionar a las mujeres, los varones no cuentan en el mundo de éstas. En el mundo de las mujeres no cuentan más que las mujeres”.

“Las mujeres pueden elegir, y eso es lo que las hace tan infinitamente superiores a los varones. Cada una de ellas puede elegir entre la forma de vida de un varón y la forma de vida de una criatura de lujo tonta y parasitaria. Casi todas ellas optan por la segunda. El varón no tiene esa capacidad de elegir”.

“No tenemos ni idea de cómo sería un mundo en el cual los varones aplicaran a la solución de problemas reales la fantasía que dedican a fabricar ollas a presión que se calienten todavía más deprisa, jabón en polvo o detergentes que laven todavía más blanco, terciopelos que destiñan todavía menos y lápices de labios más beso-resistentes. Un mundo en el cual, en vez de engendrar niños (los cuales engendren niños a su vez) y así empujar constantemente la vida, vivieran ellos mismos. Un mundo en el cual, en vez de empeñarse en estudiar la “enigmática psique de la mujer –que les parece tan enigmática sólo porque, enigmáticamente, es un objeto en el que no hay nada que investigar – estudiaran su propia psique, o la posible psique de probables seres vivos de otros planetas, y se pusieran a pensar en caminos para entrar en relación con estos. Un mundo en el cual, en vez de fabricar armas para la guerra, armas que no tienen más objetivo que proteger la propiedad privada (sólo útil para las mujeres), construyeran astronaves casi tan veloces como la luz”.

“Desgraciadamente, los varones, tan capaces de y tan dispuestos a reflexionar sobre todo lo habido y por haber, han declarado tabú todo lo que se refiera a la mujer. Lo peor es que estos tabúes son tan eficaces que ya nadie se da cuenta de su existencia. Sin pensar nunca sobre ellos, los hombres libran las guerras de las mujeres, engendran los hijos de las mujeres, construyen las ciudades de las mujeres. Y las mujeres se van haciendo, en el curso de ese proceso, cada vez más perezosas, más tontas, más exigentes en lo material. Y cada vez más ricas. Las mujeres se enriquecen constantemente mediante un sistema primitivo, pero eficaz, de explotación directa: boda, divorcio, herencia, seguro de viudedad, subsidio de vejez y seguro de vida”.

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Martes, 15 de marzo de 2022

Cuando al fin se consigue atisbar lo que hay debajo del pellejo político español, se comprueba que el famoso bipartidismo español y sus mimadas excrecencias antiespañolas tribales, no son más que inmensas máquinas de compraventa de votos. Amén de descomunales organismos parasitarios, es decir garrapatas incrustadas en el cofre del tesoro español. Así los sindicatos, naturalmente. El verdadero objetivo de la relación de los partidos políticos españoles con el cofre del tesoro español es el parasitismo subvencionado y la compraventa de votos, la creación de inmensas redes clientelares (21.000 millones al Ministerio de Igualdad, por poner un ejemplo, dan para mucho) y de una miríada de organismos subvencionados dependientes de uno u otro partido cuyos beneficiarios representan un voto cautivo para quien les asegura trabajo y sueldo y papilla ideológica y superioridad moral asegurada mediante una legión de periodistas a sueldo y agitadores televisivos dedicados al irrealismo y al embrutecimiento general.

Si el partido VOX consigue, donde gobierne, eliminar las subvenciones a los sindicatos UGT y CCOO y limpiar un poco, aunque sea un poco, el albañal parasitario y clientelar de los partidos políticos, sólo por eso, ya habrá valido la pena votar al partido VOX.

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Lunes, 14 de marzo de 2022

Eros y política (Ana Botín)

De la relación de Eros con la señora Botín lo primero, y casi lo único, que hay que decir, es que se trata de una relación bancaria. La señora Botín posee una irresistible sexualidad bancaria. Una sexualidad bancaria astronómica, se entiende. Y seamos francos, una sexualidad bancaria así transforma a cualquier mujer en una cornucopia de pura lujuria. No hay quién se resista.

Ahora bien. Mi deber de Primera pluma sexual del Reino es dejar constancia de que la señora Botín tiene manos de momia, y recomendar a los varones (o hembras, o híbridos o chochopollas, quién sabe) que sugieran a la señora Botín, en el momento del ayuntamiento, que se ponga guantes. Es importante que esto se haga sutilmente, usando algún subterfugio encantador, disfrazando la petición de fetichismo de consecuencias volcánicas durante el acto, o algo por el estilo. En ningún caso digan “mami ponte guantes que si me la coges con esas manos de momia pierdo la erección”.

No me extenderé sobre el rostro de la señora Botín. Pero. Diré que el aspirante a una cópula bancaria con la señora Botín debe renunciar a la estrategia de la bolsa en la cabeza, tan común en los casos de mujeres triplefeas, porque me temo que con todo ese poder y dinero la señora Botín debe ser el tipo de mujer paloseco (polvoseco) feminista, que no admite una mayor cuota de placer sexual a cambio de ponerse una bolsa en la cabeza.

La señora Botín trae a la vida política española la irresistible sexualidad bancaria, las manos de momia, el polvo manos enguantadas y la mujer tipo paloseco (polvoseco) feminista que obliga a follar con los ojos cerrados porque no acepta ponerse una bolsa en la cabeza.

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Domingo, 13 de marzo de 2022

Eros y política (Albert Boadella)

El señor Boadella es el único emperador romano del erotismo español. Yo lo veo siempre con su toga y su gran nariz imperial que muestra a las masas (siempre equivocadas, siempre miserables, sobre todo en Cataluña) el camino de la Belleza, es decir el camino de la redención. Amén de esa planta soberbia y señorial, el emperador (señor del tiempo y el espacio) Boadella es un genio verdadero en una España tan llena de falsos genios, de pomposos líricos y de quincallería literata elviralindo. Y ya saben ustedes cómo se ponen las mujeres con los genios. Muy calientes. Las mujeres en presencia de un genio se ven a las puertas del Olimpo carnal.

La vida sexual es, en consecuencia, para el señor Boadella, una avenida despejada. Genio y figura y nariz, símbolo fálico por excelencia, donde haya una nariz imperial, una clásica nariz aristocrática y badajo, el placer sexual alcanza con la mayor frecuencia magnitud de orgía pagana. Ante una nariz así, las mujeres (y hasta los efebos) carecen de defensas. Avenida erótica despejada, decíamos. Otra cosa es que nuestro artista la transite. Y no. Porque el señor Boadella encarna el ideal de todo seductor magistral: ser monógamo. Ha conseguido lo imposible: reducir (o ampliar, quién sabe) el arte de la promiscuidad a un único cuerpo. El de su mujer, Dolors.

Albert Boadella trae a la política española el único emperador romano del erotismo español, la planta soberbia y señorial, la gran nariz imperial que muestra a las ignaras masas el camino de la Belleza, la luz de la redención, y trae al genio que encarna el ideal de todo auténtico seductor: ser monógamo.

¡Ave Albert!

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Sábado, 12 de marzo de 2022

Comienzo a leer El varón domado de Esther Vilar, hija de un matrimonio judío que llegó a Argentina huyendo del nazismo. Su libro se publicó en 1971 y provocó cierto escándalo. Por su ataque despiadado al género femenino. Debería reeditarse ahora. El despellejamiento al que somete a su propio género, hoy, sometidos a una chochocracia institucional, y pronto totalitaria, serviría de revulsivo burlón, creo, yo me estoy riendo mucho, y ayudaría a deshacer un tanto la modorra zombi-estalinista producida por las políticas de género que se imponen a la sociedad española. A ver si hay huevos. El texto ha envejecido un tanto, y yerra cuando se deja llevar por la exageración o los juicios extremos, pero a pesar de esto el análisis de la naturaleza y de las conductas y motivaciones femeninas sigue siendo de una valentía arrebatadora. Y si de algo estamos necesitamos en nuestro cobarde mundo es de escritores valientes.

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Viernes, 11 de marzo de 2022

Lo que da lucidez es la inmadurez, en general, y en particular la inmadurez grombrowicziana. La llamada madurez es sólo una más de las múltiples formas que adopta la sumisión humana.

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Jueves, 10 de marzo de 2022

“Inmerso en la multitud ondulante, me sentía un poco como los marineros de Odiseo: ¡cuántas sirenas tentadoras en esas caras amistosas, que se agolpaban a mi alrededor y me salían al encuentro! Tal vez no sería difícil echársele a esa gente al cuello y decir: soy suyo y siempre lo he sido. Pero ¡cuidado! ¡No te dejes comprar con la simpatía! No permitas que te derritan esos sentimentalismos insulsos y una dulce alianza con la masa, en la que tanta literatura polaca se ha ahogado. ¡Sé siempre extraño! Sé desganado, desconfiado, lúcido, agudo y exótico. ¡Resiste muchacho! ¡No te dejes domesticar por los tuyos, no te dejes asimilar! Tu lugar no está entre ellos, sino fuera de ellos, eres como la cuerda con la que juegan los niños: hay que tirarla hacia adelante para poder saltar por encima de ella!.

Witold Gombrowicz


Termino de leer: Molde roto (Una conversación con flamencos) de Arcadi Espada y Antonio España; Asesinato en Amsterdam de Ian Buruma; La peste blanca de Karel Capek; Undula de Bruno Schulz, La pandemia de Nicolás Abreu Felippe y Políticamente indeseable de Cayetana Álvarez de Toledo. Continúo leyendo el Diario de Gombrowicz y El ingenio de los pájaros: de Jennifer Ackerman. Comienzo a leer El dilema humano de David Benatar y El varón domado de Esther Vilar.

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Martes, 8 de marzo de 2022

Para las atribuladas mujeres españolas que hoy (Día de la Mujer) sufren los embates de las Montero, Belarra y el resto de la horda, nada mejor que dejar aquí a Camille Paglia, una de las personas (mujer, además) que más lúcidamente ha escrito sobre asuntos feministas.

“El problema del feminismo es que no representa a un amplísimo sector de las mujeres. Por eso se ha centrado en la ideología y en la retórica antimasculina en lugar de hacerlo en el análisis objetivo de los datos, de la psicología humana y el significado de la vida. No creo que la carrera laboral deba ser lo más importante de la vida de una persona. Si permites que tu trabajo defina tu personalidad, es que eres un enfermo. La vida humana está dividida en la vida privada y en la pública. Y es muy importante desarrollar la vida familiar, afectiva… Centrarse sólo en la vida pública puede ser propio de personalidades distorsionadas. Por eso las nuevas generaciones en EEUU se atiborran de antidepresivos. Identifican la vida con el trabajo y eso sólo te puede hacer sentir miserable”.

“En los años 60 el feminismo de izquierdas trataba de atraer a las mujeres trabajadoras y adoptaba las maneras y el lenguaje de la clase trabajadora. En los 70 se empezó a imponer una corriente que se centraba en las burguesas de profesiones liberales, principalmente profesores, periodistas… Ese tipo de feminista que cree saber qué es lo mejor para las mujeres. Pero lo cierto es que sólo están centradas en hacer carrera y no se dan cuenta de lo distintas que son sus vidas de las mujeres de clases trabajadoras que pretenden representar. Hay una actitud muy elitista en el feminismo. Y las periodistas y las que se llaman intelectuales tienen mucha culpa”.

“En 1972 yo era la única estudiante de Yale abiertamente lesbiana. Y Dios sabe lo que me pudo costar aquello profesionalmente. Pero luego a finales de los 70 y los 80 empezó a proliferar el identitarismo. Se crearon los departamentos de género, los estudios afroamericanos… Y esa institucionalización de las identidades es lo que está a punto de cargarse las universidades en EEUU. Ahora lo que hay es una serie de administradores y burócratas que justifican su sueldo enseñando, por ejemplo, Literatura y Arte desde un punto de vista identitario. ¡Enfermizo! Yo abogo por la visión verdaderamente multicultural que teníamos en los 60, que era lo opuesto a los estudios de mujeres, de gays, de afroamericanos… No se puede meter el Arte o la Historia en compartimentos de jerga, clichés…”

“En mi generación pedíamos a las autoridades que no se metieran en nuestras vidas privadas. Cuando llegué a la Universidad en 1964, los dormitorios de las chicas se cerraban a las 11 de la noche. Sin embargo, los hombres no tenían toque de queda y podían pasarse toda la noche por ahí. Pensábamos que era una vergüenza pero en la universidad nos respondían que eso no podía ser porque el mundo era peligroso. Y nos quejamos al rector: «Denos libertad aunque eso acarree el riesgo de que nos violen». Y lo logramos porque aceptamos los peligros. El problema es que a nosotros nos educaron personas que habían ido a la Segunda Guerra Mundial y vivido la Gran Depresión. Nuestros padres entendían lo que era la realidad y nos advertían de los riesgos. Por lo que, aunque estábamos muy protegidos, nos habían explicado los peligros del mundo y habíamos desarrollado una personalidad que nos permitía afrontar las contrapartidas de la libertad. Hoy, dos generaciones después, la gente joven, de clase media, es blanda e incapaz de sobrevivir. Viven en un entorno protegido, educados para no ser ofendidos. No se les enseña la sucesión de horrores que ha sido la Historia. Sólo se les habla de esta basura identitaria y victimista”.

“Ahora hay una crisis de roles de género y un debate centrado únicamente en las necesidades de las mujeres. Mientras, a los hombres se los retrata como violadores, criminales y todo lo masculino se desprestigia. Hasta llegan a decir que los hombres son mujeres incompletas. ¡El feminismo ha conseguido envenenar la atmósfera cultural con su aversión a lo masculino! Claro, los muchachos ven esto como algo terrible y yo lo siento mucho por ellos. Atravesamos un periodo de caos. Es cierto que tenemos muchos privilegios, lujos… pero la gente es miserable”.

“Ahora se habla mucho de Artemisia Gentileschi pero, bueno, es una figura menor. Los hombres han sido los que han roto los estilos y los que han creado la Historia del Arte. No tengo duda. Los grandes proyectos de irrigación de Mesopotamia, las pirámides de Egipto fueron idea de los hombres. ¿Por qué? Porque los hombres son capaces de matarse a sí mismos y a otros para llevar a cabo sus proyectos. O sus experimentos. Siempre tratan de ir más allá del conformismo, de la cueva en la que estaban las mujeres. En parte, quizás, para escapar de las cuevas porque en las cuevas mandaban las mujeres”.

“El heteropatriarcado no existe. Es una estupidez que descalifica cualquier análisis. En Occidente, las mujeres no viven en ningún patriarcado”.

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Lunes, 7 de marzo de 2022

Me estoy replanteando lo del aborto. Siempre, como se espera de un libertario, he estado a favor del aborto, a favor de que la decisión de terminar un embarazo debe estar en manos de la mujer. Su cuerpo, su decisión. Pero, comienzo a pensar que debe haber límites más estrictos. Abortar un feto a las catorce semanas es matar a un niño. Por otro lado, vivimos en una época donde las mujeres reciben y tienen a su disposición toda la información (y los métodos, del condón a la píldora del día después) necesaria para evitar un embarazo. Ir por ahí follando sin condón, y esto vale tanto para hombres como para mujeres, no solo es irresponsable, es una inmensa estupidez.

Quiero con esto decir que el tiempo no sólo me lleva, también me cambia.

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