Estampas
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Martes, 29 de marzo de 2022
“Se podría objetar en este punto que las mujeres se deciden por los niños y no por la profesión porque les gustan los niños. A lo que se replicará que una mujer no es capaz de un sentimiento tan grande como sería el puro amor a los niños. La prueba es que casi ninguna mujer se ocupa de los hijos de los demás, sino sólo de los suyos. Una mujer no adopta un hijo de otra mujer más que cuando, por razones médicas, no puede tenerlos propios (e incluso en ese caso agota antes todas las posibilidades de tenerlos, incluida la fecundación artificial con semen de un extraño). Aunque los orfanatos de todo el mundo están llenos de deliciosos niños necesitados de ayuda, y aunque la televisión y los periódicos publican diariamente las cifras de los pequeños indios, los africanitos y los sudamericanitos muertos de hambre, las mujeres –que fingen amor a los niños– prefieren meter en casa a un perro o un gato que un huerfanito abandonado. Y aunque en cualquier buena revista se puede uno informar de la alta cuota de anormales engendrados cada año (el 1,66 por ciento de todos los niños que nacen se compone de hidrocéfalos, seres carentes de miembros, ciegos, sordomudos, cretinos, etc.), las mujeres como si les obligara a ello un hechizo perverso, siguen trayéndolos al mundo imperturbablemente. Cuando una de ellas da a luz un monstruo así, no se siente en modo alguno desenmascarada en su egoísmo, ni menos responsable: nuestra sociedad la va a venerar como mártir por haber dado a luz un monstruo. Se habla con el mayor respeto de la mujer que trae al mundo un oligofrénico, y si no tiene todavía ningún hijo sano le engendrarán enseguida un niño “normal”, como el de las demás mujeres, con el objeto de demostrar la salubridad de ella .”
Esther Vilar, El varón domado.
La señora Vilar es un gran antídoto contra el actual y asfixiante totalitarismo genérico y bienpensante. A ver si hay huevos y se la reedita.

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Domingo, 27 de marzo de 2022
El señor Nuñez Feijóo está incapacitado para gobernar España. También para encabezar un PP donde existen líderes como Díaz Ayuso y Cayetana Álverez de Toledo. Feijóo es primero gallego. Ayer soltó una de esas gilipolleces tribales típicas ¡cómo no iba a querer a los vascos si tenía un hijo con un 25% al menos, de genética vasca! Pero. No se puede amar a los vascos, ni a los ucranianos, ni a los árabes, ni a los esquimales. Sólo se puede amar a los seres humanos ¡de uno en uno! Nunca en masa. Es imposible.
Es simplón hablar de amar a los vascos, y es maligno hablar de genética vasca. La política española se ha envilecido durante décadas por las concesiones a lo tribal. Hasta el punto, de que hoy su objetivo no es servir a la Nación española y a los españoles libres e iguales, sino a la ficción de una España multinacional y de genéticas varias. Lo único que hace el señor Feijóo cuando suelta esa monserga de la genética vasca es mandar el mensaje a los nacionalistas vascos de que con él en el Gobierno de España, no tienen porqué preocuparse. Toda la desigualdad institucional, toda la discriminación que sufren los ciudadanos españoles libres e iguales españoles, permanecerá intacta.
En Israel, hace unos años, conocí a ciudadanos israelíes que se declaraban primero judíos, antes que ciudadanos israelíes. La misma superstición religiosa (qué es la tribu sino una religión), el mismo oscurantismo identitario asola la España de las sectas autonómicas y no habrá solución para la decadencia española hasta que no se suprima el virus tribal y se imponga la igualdad ciudadana, española y única.
El señor Feijóo no es, resulta evidente, la persona indicada para sacar a España del estercolero de desiguadad y xenofobia en el que se halla, y conducirla con mano firme a las soleadas, fértiles y apolíneas praderas de la ciudadanía.

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Viernes, 25 de marzo de 2022
Encuentro un reportaje que procede del Archivo Histórico de Revistas Argentinas. Se titula Esther Vilar, La Vergüenza Nacional, así, en mayúsculas. Y en cuanto lo veo, comprendo que como escritor he logrado poco o nada, que si el país donde naciste no te dedica un titular como ese no eres nadie como escritor. Al margen de que no comparta algunas de sus opiniones (otras sí), a medida que leo sus libros (ahora estoy con Modelo para un nuevo machismo) aumenta mi admiración (y mi envidia) por esta mujer. No por su escritura, que carece, creo, de luz subterránea y hueso lúcido. Por su inmenso coraje. Porque alcanzó lo que para mí es el máximo, el más prestigioso galardón que puede otorgar a un escritor su país: considerarlo una vergüenza nacional.

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Jueves, 24 de marzo de 2022
Acabo de corregir mi Debajo de la mesa; preparo una edición española. Aún me emociona aquel pobre infeliz que fui, no sé si es una buena señal. Alguna reescritura, aquí y allá. Cambio de lugar un capítulo. El libro quedará muy bonito, me gusta la portada y el diseño interior, sencillo y elegante. A quien pueda interesar: considero esta edición final y definitiva. Me despido de mi en la isla. Lo escrito debajo de la mesa es lo único que queda de mi vida en la isla. Menos mal.
Esta sosegada convicción y mis lecturas y algunos platos que he cocinado la última semana me han ayudado a sobrellevar con cierta dócil resignación estos días fríos y grises de marzo.

4956
Miércoles, 23 de marzo de 2022

Ayer, hace veintisiete años, murió mi madre. Mi hermano le llevó sus girasoles. Veintisiete años. Pero. Sus girasoles.

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Martes, 22 de marzo de 2022

Recuerdo aquellas tardes en el Parque Lenin, lo único positivo que se puede decir de Lenin es que nos reuníamos en un lugar que llevaba su nombre, a leer nuestras obras: poemas, obras de teatro, cuentos, fragmentos de novela. Éramos un puñado de niños (en todos los sentidos). Arenas, los Abreu, Luis de la Paz. En aquel parque espantoso se leyó por primera vez La perlana, una novela de Nicolás que, aún no lo sabíamos, era lo más original que se leería en ese parque ya histórico (literariamente), incluyendo lo leído por Reinaldo. Y Rey leyó fragmentos de El central, Otra vez el mar y El asalto, entre otras obras maestras.
Ahora se ha publicado una nueva edición, la edición definitiva, de La mujer sin tetas, que incluye y engrandece La perlana, y es la única novela, que yo conozca, donde los protagonistas principales son dos novelas, un tumor maligno y una voz sufriente que se niega a claudicar ante nuestra suerte (la de la especie) y proclama que la imaginación es el bien supremo y que aún en el horror se oculta un hermoso e inclasificable canto. No se ha escrito en la isla pavorosa una obra más original que La mujer sin tetas desde Celestino antes del alba.
La literatura cubana debería, qué optimista soy, estar hoy de fiesta.

4954
Lunes, 21 de marzo de 2022
Despierto de madrugada con la nariz tupida, la boca reseca y dificultad para respirar. Me siento en la cama e inspiro con fuerza. Recupero el aire. Voy a la cocina y bebo agua. Ardor de garganta, y un hueco en el estómago, demasiado vino, pienso. Ya recuperado, pongo la cabeza en la almohada otra vez. Y estoy en la cumbre del edificio más alto del mundo y me ha tocado, no sé mediante qué proceso de selección, lo más alto. Entiendo que todo el edificio más alto del mundo es un cementerio y que mi lugar, un lugar muy especial al parecer, está en la base de la aguja que culmina la grácil estructura de plástico y cristal. El edifico se balancea ostensiblemente. A mi lado el arquitecto, un tipo de blanca melena y zapatos de colorines, y otra persona que estará también enterrada en lo alto, aunque no tan alto como yo. Los dos están contentos y yo debería estarlo, pero siento cierta angustia. El arquitecto nos explica cómo funciona todo lo referente al edificio y yo pienso si será seguro estar tan en lo alto, pienso en qué será de mis despojos si el edificio se derrumba. En el sueño, me parece una preocupación justificada. A continuación, estoy en la inmensa explanada futurista donde se levanta el edificio más alto del mundo y me acompaña el mismo personaje desconocido y después de caminar un rato llegamos ante la puerta de un convento o eso parece. Ahora llevo a mis espaldas un enorme rollo de pinturas y tocamos la puerta del convento y abren una rejilla y nos niegan la entrada y cuando vuelven a cerrarla mi acompañante trepa el alto muro que protege el lugar y salta dentro del convento (¿o es un museo?). En ese momento, como el enorme rollo de pinturas pesa mucho, considero dejarlo abandonado a las puertas del convento o museo pero no puedo hacerlo de sólo pensarlo me embarga una gran tristeza, así que echo a andar cargando el rollo de pinturas de regreso al edifico más alto del mundo.

4953
Domingo, 20 de marzo de 2022
“A la mujer emancipada le parece injusto que su ascenso sea más lento que el de sus colegas masculinos, pero no por eso se mezcla en las asesinas luchas competitivas de estos. Lo que pasa, piensa, es que las mujeres, aunque se hayan emancipado, no pueden contar nunca con las mismas oportunidades que los hombres. Pero en vez de esforzarse por alterar ese hecho en el mismo lugar de su trabajo, se precipita – pintada como un clown y cubierta de lentejuelas – a las reuniones de su banda, y se pone allí a gritar por la equiparación de la mujer. No se le ocurre nunca que son las mujeres, y no los varones, los culpables de la situación, por su falta de interés, su estupidez, su infiabilidad, su venalidad, sus estúpidas mascaradas, sus eternos embarazos y, sobre todo, por su despiadada doma del varón”.
“Todo el mundo celebra como a una heroína a la anciana Rose Kennedy cuando, luego de sacrificar a la nación tres de sus hijos varones (mientras se enriquecen y envejecen sus hijas y sus nueras), coquetea ante las cámaras de televisión contando lo gustosamente que promovería la campaña presidencial del último varón superviviente. ¡Qué madre valerosa!”
Sigo con El varón domado, de Esther Vilar. Alguien debería reeditar este libro. En la infección chochocrática que se inocula a la sociedad española, sobre todo a sus jóvenes, tendría el efecto de un potente antibiótico. Pero. Sospecho que las mujeres (y los hombres) feministas de hoy censurarían a esta mujer por el crimen de tener una opinión diferente.

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Sábado, 19 de marzo de 2022
Acabo de pagar 150 euros por llenar el tanque de gasolina. En tiempos normales, digamos, me costaba entre sesenta y setenta euros. Hará cosa de veinte días: 100 euros. Esto no tiene que ver nada con el gas ruso ni con la guerra rusa en Ucrania. Tiene que ver con los impuestos criminales del gobierno español, del puto Sánchez (como le llamamos en casa) y su horda de ministros analfabetos y del ejército de parásitos comunistas populistas chavistas y mujeristas que alimenta. Lo primero que debe hacer un gobierno con aspiraciones autoritarias es crear una nueva clase que deba su enriquecimiento no al trabajo o el talento, sino a la sumisión al Líder. Así Sánchez. Hoy mismo el puto Sánchez podría rebajar el precio de la gasolina en España a la mitad, y seguiría ganando dinero para despilfarrar en estructuras chochocráticas y en comprar sumisión mediática. Pero sabe que los españoles aceptan cualquier abuso y cualquier humillación, siempre que se las propine la izquierda.
Lo único esperanzador, por el momento, es la huelga de camioneros independientes, independientes de las mafias sindicales del puto Sánchez. Ojalá logren paralizar el país. Y de paso tal vez consigan, si se acaba la comida y aumenta aún más el precio de la vida, adecentar un poco a la izquierda española cuya moral está directamente relacionada con el estómago y en consecuencia con sus gordos, estúpidos y reaccionarios culos.

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Viernes, 18 de marzo de 2022
Creo que tengo resuelto lo de la derrota de Rusia en Ucrania. Tomen nota. Es sencillo. Lo que hay que hacer es usar las cagaleras de los cagados líderes europeos (dicen que Macron ha cagado lo suficiente para rodear toda Odesa de un foso de diez metros de ancho por veinte de profundidad lleno de mierda) y sobre todo usar las copiosas deposiciones de la OTAN. Una vez reunidas estas montañas de heces en distintos estados de solidificación, se procedería a verterlas en canales previamente excavados. Canales tan anchos y profundos que los tanques rusos se hundirían completamente. Ese gigantesco aluvión de mierda provenientes de los cagados líderes europeos y de la cagada OTAN, detendría en seco a las tropas invasoras y aún sobraría mierda para bombardear la artillería y la infantería rusa hasta que quedaran sumergidas en mierda con el consiguiente descalabro físico y moral del ejército ruso. En segundo lugar, con las inmensas cantidades de lágrimas y de lagrimeo y jeremiqueos en general vertidas por la prensa europea, sobre todo la española, acerca de la invasión rusa, se provocaría una copiosa lluvia sobre Moscú que duraría meses y complicaría definitivamente la estrategia del asesino Putin, porque provocaría trastornos psicológicos en los ciudadanos rusos que, como son muy religiosos, la verían como un nuevo Diluvio, como una prueba de que Dios le vuelve la espalda al asesino Putin, a su asesino ejército, y al 60% de los rusos asesinos o imbéciles que le apoyan (según leo).
Mi consejo es que se comience con las tareas de almacenamiento de cagaleras de líderes europeos y de la OTAN y de lágrimas, lagrimeos y jeremiqueos de la prensa europea, sobre todo española, a ser posible hoy mismo.
¡La Victoria es nuestra!












