Estampas
3018
Viene a visitarnos nuestra Basia y qué alegría verla lo feliz que está. Hermosa como siempre y cuando se lanza al agua reluce como en una foto de Portal. Albariños y jumillas y un palo cortado de doce años nos acompañan (gracias Cristian). Boris parece sacado de una película de Herzog y le advierto que ha de cuidarla quererla y hasta mimarla porque ha tenido mucha suerte de encontrarse una mujer así libre y brillante y diáfana (la gente es tan cobarde y tan turbia) y veo que lo sabe y alzo mi copa y propongo un brindis por Boris, un hombre afortunado. Eso fue el sábado y el domingo también estuvo concurrido el jardín así que ahora que lo pienso mi fama de antisocial tal vez no esté tan justificada.

3016
Y meditando un poco sobre el asunto que para eso somos intelectuales, me convenzo de que los cubanos han llegado en la isla a un nivel de abyección ya endémico que los hace incapaces de protestar (no digamos ya levantarse) contra la injusticia y el crimen castrista. Por el contrario, esa abyección borra toda barrera moral y les impele a ser manada y a colaborar con el tirano y a servirle y así se prestan a insultar, agredir, apalear e incluso matar (Oswaldo Payá, Laura Pollán por mencionar sólo los asesinatos más recientes) a los pocos que se atreven a rebelarse que se atreven a diferenciarse de la manada, y aquí los remito a El pájaro pintado de Jerzy Kosinsky.
Ese nivel de abyección reduce a los cubanos a niveles apenas humanos: ya a la población de la isla debe considerársele más animal (algún animal manso y cobarde) que humana. Por eso regresar a vivir allí, repatriarse en realidad es un deseo de volver al corral y a una animalidad y a una esclavitud deseada, es decir que la famosa tentación totalitaria de la que hablara el gran François Revel desemboca, los cubanos son la prueba, en ansias de esclavitud.

3015
Los venezolanos salieron a las calles ayer contra Maduro y fue un espectáculo hermoso que a cualquier cubano libre (es decir, exiliado) le provocó una gran envidia. Yo mismo ayer mirando la televisión sentía una envidia descomunal. Los venezolanos aún son seres humanos y aún son ciudadanos mientras que los cubanos ya son sólo esclavos que no sabrían reconocer la libertad ni aunque se la restregaran por la cara. Un cubano ya es sólo un animal de carga y la sumisión es para un cubano un asunto genético. Tendrán que pasar varias generaciones después que los castro y los castristas más relevantes sean aniquilados (única solución), para que en esa isla pavorosa vuelvan a nacer cubanos con necesidad de libertad.
Pero. Ay. Junto a la envidia sentía yo también una gran tristeza. Porque escuchando a los líderes de la oposición venezolana entendí enseguida que no tienen ni idea de con quién están tratando. Raúl Castro (que es quien gobierna en Venezuela) no permitirá que Leopoldo López salga de la cárcel, ni permitirá que los venezolanos devuelvan la democracia a su país. No hay caminos pacíficos hacia la libertad contra el fidelismo y el castrismo, como demuestra el caso cubano.
Hay que armarse, y hay que combatir.

3014
Para Zoé.
Despierto y después del desayuno voy y busco el libro de Joachim Fest. Admiro mucho a Fest y admiro mucho a su padre, un hombre de una gran fortaleza moral, un hombre que puso a su familia del lado de la decencia en medio de la inmundicia nazi, nada menos. Los libros son la reserva estética y moral (que es lo mismo) de la humanidad, y son la patria de los hombres libres y por eso yo no soy un hombre de lugares ni un hombre de tribus soy un hombre solo y sin manada y un hombre libre en el paisaje del mundo y lo seré hasta el final.
“La idea de comunidad nacional, que tenía apasionados defensores tanto en la izquierda como en la derecha, siempre le había parecido absolutamente ofensiva”.
Busco siempre en los libros en los hombres buenos de los libros la respuesta a mis dudas y busco luminosidad naturalmente, por eso esta mañana busqué a Fest.

3013
No pensaba decir nada más sobre el viaje turístico iniciático del poeta Villegas a Cuba. Pero. Su última crónica. A ver. Según Villegas, el resultado de cincuenta y siete años de dictadura y privaciones en Cuba es que los cubanos han alcanzado una especie de nirvana racial. Y de súbito, ¡epifanía!, Villegas descubre que él también pertenece a esa raza superior. “Ser cubano, como ser murciélago, es una experiencia intransferible, inmodificable, intraducible”. Dice Villegas, ya murciélago. ¡Aleluya! El lugar de nacimiento como arcadia y como piedra filosofal. Acto seguido, Villegas habla con dos seres que farfullan de esa forma ininteligible que caracteriza al Hombre Nuevo Cubano, y Villegas ¡San Lázaro bendito! descubre que aquel ulular simiesco (staccato, para Villegas) es en verdad un lenguaje superior ¡su amado lenguaje tribal! Ha regresado a la semilla, al luminoso corazón patrio y racial.
Todo un poco nazi… ¿no? Pero deben ser cosas mías.
Más tarde Villegas atraviesa la ruinosa pero imperial ciudad y llega a la casa de la ¿escritora? Wendy Guerra. Allí se encuentra con una editora catalana (¿de dónde si no?), con un “joven filósofo mexicano”, y con un periodista chileno que, por lo que dice, parece el clásico canalla que va a hozar en la tragedia ajena para sentirse importante. A este sujeto toda la miseria material y moral que lo rodea le parece edificante. Y para él la esclavitud que padecen los cubanos es apenas una “ muy alta restricción en la expresión intelectual”. Mientras el chileno parlotea, Villegas bebe su coñac y medita, y la catalana no se sabe qué hace, tal vez se ha encerrado en una habitación con su perra (una preciosa vizsla) y el joven filósofo mexicano. Todo esto, mientras la criada uniformada de Wendy Guerra sirve a los señores. ¿Le pagarán la seguridad social? Me pregunto, leyendo. Se la follará (sí, digo follará, y qué) el señorito (en este caso la señorita Guerra) como (dicen) hacían los señoritos de la corrupta república. Ya. Preguntas de mal gusto. Pero, ay, necesarias.
Con ellas doy por terminado (creo) este intercambio con el poeta Villegas.

3012
Planeaba incluir aquí un link a la nota que publicó el poeta Villegas en repuesta a mi entrada de ayer. Pero, al parecer, Villegas ha bloqueado mi acceso a su página de FB. El amor a la libertad, supongo. De todas formas, para que mis lectores no se la pierdan, la copio abajo:
Esto salió hoy en el blog de Juan Abreu, una reacción visceral a mi serie de artículos sobre Cuba. Creo que Juan toma mis palabras de la manera que más conviene a su discurso anticastrista retro, y que todavía se vanagloria de pensar con los genitales. Por ejemplo, se las da de anti-intelectual, del qué no sabe qué es el “zazeng” y me llama “libresco y cultereta”, en la mejor tradición del insulto partidista. Pero lo que no sabe el pobre Juan es que su serie de retratos de “Fusilados” podría exhibirse hoy perfectamente en La Habana. ¿Por qué los mantiene encarcelados en su garaje de los suburbios de Barcelona? Que los saque de la comodidad de su Playboy Mansion catalana y los exponga en el basurero donde yo leí, allí es donde tendrían algún sentido, más allá del aburrimiento de un cochambroso hidalgo que pasa sus días en la piscina.

3011
He estado leyendo las crónicas del poeta Villegas sobre su viaje a Cuba y he de decir que me han parecido tristes y despreciables. Mucha cháchara libresca y cultureta, que si el zazeng (o como sea) que si la gestalt, que si nietzsche, lo que queda bien si estás en Los Ángeles o en Miami pero que dicho en Cuba, entre los esclavos, es como arrojar puñados de confeti sobre cincuenta y siete años de esclavitud y es intelectualizar el crimen. Todos tenemos nuestros egos y queremos, es humano, que nuestro culo intelectual sea más admirado y huela mejor que el culo intelectual de aquel otro, pero hombre, Villegas, hay límites.
Veo esas fotos típicas espeluznantes (cuánta gente fea) pero sentimentales que pone en FB el poeta Villegas. Da un poco de cosa ver a Villegas pasear su culo filosófico por entre los que se lo patearon. ¡Es su culo! Dirán algunos, y no deja de ser verdad. Una le escribe en FB y Villegas le contesta ¡deberías venir! (a Cuba). Supongo que lo habrán nombrado ya oficial del INIT o algo por el estilo.
“Dejo a un lado La Cabaña y las ejecuciones sumarias”, dice Villegas. Ya, pero no se puede dejar a un lado La Cabaña y las ejecuciones sumarias, Villegas.
Leo toda esa tontería del nestorianismo y queda claro que el ego de Villegas es más grande que la isla y ya Villegas (debe ser un momento zazeng) sabe naturalmente lo que piensan todos los cubanos, y eso que sólo lleva unos días en la isla. ¡No toquen a Cuba! clama Villegas ya húmedo de esencias (patrias). ¡Rigores del destierro! añade Villegas al reivindicar a los llamados “repatriados”. No me hagas reír Néstor, y termina de tragarte el sandwich cubano gigante de Versailles, no vaya a ser que te atragantes.
Lo que ha escrito Villegas, hasta el momento, de su viaje turístico a Cuba, contribuye a hacer realidad una de las máximas aspiraciones del aparato cultural y propagandístico de la dictadura: la trivialización de la dictadura. Visitar el escenario del crimen y aplicarle gruesas capas de retórica florida mientras el escriba no cesa de proferir estentóreos alaridos (¡la raza más bella: la nuestra!) tribales, es trivializar el crimen y es relativizar el horror y la matanza.
Y no diré nada de los patéticos videos de Villegas leyendo sus poemas en una especie de basurero, porque siento vergüenza ajena.

3010
HIPERCOR. Mercedes Manzanares. Oil on canvas, 27 × 35 cms.
Vuelvo al estudio y a los retratos de los asesinados por los patriotas vascos en Hipercor. Sigo necesitando ayuda. Me faltan las fotos de María Paz Dieguez, Luisa Ramírez, Matilde Martínez, Mercedes Moreno, Bárbara Serret, José Valero y María Rosa Valldellou.
Agradeceré mucho cualquier ayuda.

3009
Y de regreso en mi lugar pienso alguien debería mandarme a viajar por el mundo con todo pagado y parando en los mejores hoteles y sobre todo cenando en los mejores restaurantes (ya Espada dirá dónde hay que ir), para que yo escribiera mi paso por el mundo es decir el mundo. Pero. El caso es que estoy sentado otra vez en el jardín bajo el olivo y un vino blanco claro y cerrado y soy el fijador soy el fijador y sonrío y digo: la vida la vida, como en el final de aquella gran película.
La vida.
