Estampas

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21 de cotubre de 2017

Ha regresado el sol qué bien y salgo al jardín y mírenme como alzo la cabeza y me pasa la mano por la cabeza el sol. Estoy leyendo, ayer lo empecé, el libro de Tortella sobre Cataluña y voy por él a buen paso un libro iluminador y además ameno. A medida que te informas, todas las mentiras del catalanismo no sólo se van haciendo mayores también mucho más siniestras y miserables. Siempre se ataca el independentismo o el separatismo catalán pero creo que va siendo hora de atacar el catalanismo. Qué es el catalanismo y el resto de los ismos españoles sino tribu. Y no lo olvidemos la tribu es lo contrario del ciudadano civilizado.

Por otro lado, hoy a comer a casa de mi rubia preferida que últimamente está más bella que nunca hay que decirlo y que nos deleitará con alguna sabrosura culinaria de las suyas y beberemos algún buen vino y vendrán otros amigos, me dicen. Será una de esas tardes tarareantes en las que se puede ser feliz sin mayores trámites y de una manera exenta (o con la menor cantidad posible) de hipocresía que es la mejor manera de ser feliz.

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20 de 0ctubre de 2017

En estos días grises climatológica y moralmente grises sienta muy bien releer al Maestro. El Maestro tiene la mirada clara y no es un cobarde o un hipócrita o ambas cosas como la mayoría de los escritores y además tiene un gran estilo, es como Arenas o Lezama Lima uno de esos escritores en cuya cercanía otro escritor sólo puede ser un satélite no hay escritura independiente en las cercanías de un escritor así. Reconforta leer al Maestro porque su escritura viene a ser un antídoto contra el rebaño y contra las siempre falsas esperanzas ¿esperanzas de qué?

Un ser humano
es un ser humano desesperado
y todo lo demás es mentira.

Pero. También.

No debemos dejarnos derribar
precisamente no ahora
En esta época espantosa.


La normalidad

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19 de octubre de 2017

Despierto en la madrugada y cae un gran aguacero. Antes me gustaba tenía otra relación con el aguacero. Esto, en uno de mis libros:

Lo primero el olor. Lujurioso y triste y cargado de resonancias. El fulgor de los relámpagos, el restallar de los truenos. Campeón que tiembla y jadea como un poseso y corre a refugiarse bajo la cama o entre los brazos de Mima. Los ojos desorbitados por el terror. Crece el pisotear de legiones, el galope de innúmeras manadas. El aire es rojo y eléctrico, la atmósfera cortante. El cielo una navaja antes que lleguen los nubarrones: esa negrura de plomo ensangrentado que se abalanza sobre el barrio.

La tierra, a los primeros impactos reverbera y se abre. Las aves vuelan a refugiarse bajo los aleros, los perros aúllan y la gente se apresura hacia las casas o busca refugio en el portal de la bodega. Pipo ha cubierto las jaulas de los tomeguines, el canario y el azulejo con trapos. Entonces, de súbito, nosotros asomados a la ventana, esperando, se desata el aguacero. El mundo desaparece tras una cortina gris y espesa. Todo tamborilea. Las planchas de zinc, el techo del gallinero, crujen bajo el aluvión de proyectiles. En segundos, el patio es un barrizal primero y una laguna después. El melocotonero bulle, las hojas del almendro caen cercenadas por los goterones. Los olores ahora son muchos y están inyectados de secreciones y cópulas insospechadas. En las tejas del techo resopla un esplendor no por conocido menos fulgurante. La lluvia es un niño, lo entendemos sin aspavientos cuando las primeras andanadas se sosiegan y queda la precipitación copiosa y coordinada, el alma del aguacero. Ya no truena ni relampaguea, solo mares cayendo de plano, meticulosamente, y hay un río en la calle que fluye y va a engrosar el de la Calle Primera y es en ese momento que nos desvestimos y salimos barquitos de papel en mano, bajeles que duran muy poco en las tormentosas corrientes y naufragan no sin honor, y saltamos a los agujeros de las tuberías de F y nadamos y retozamos como criaturas de las aguas y Mima que grita sobre el estruendo ¡Niños que se van a enfermar! y Pipo que como es domingo y no está en el trabajo sale al portal y se ríe y dice déjalos que el agua de lluvia nunca ha matado a nadie. Y como ya no truena, Campeón ha salido también al portal y menea la cola su terror a los truenos olvidado y ladra para acompañar nuestras cabriolas. Y Negrito más atrevido sale bajo la lluvia y chapotea a nuestro alrededor. Todo es blando pasado por las aguas cuando escampa y el aire es tan límpido que parece de cristal.

Pero ya no. Será porque ahora me parece que la lluvia está de alguna manera mucho más cerca de la muerte que el sol.

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18 de octubre de 2017

Para la nueva edición de Rebelión en Catanya (el libro que más que un libro es un espejo donde se mira el llamado problema catalán), he escrito un epílogo, con el que estoy muy satisfecho porque creo que cierra la historia de una manera que la historia necesitaba. El final sin ese epílogo resultaba poderoso y era como un hachazo podríamos decir, pero dejaba una sensación de tristeza consumada y hasta triunfal. Y eso no. Así que el epílogo añadido instala la historia en un ámbito que va más allá del acontecimiento tremebundo y del absurdo del acontecimiento en sí, y abre una especie de hendidura por donde regresa la vida y la luz (de la razón). Y. No menos importante, en el epílogo hago justicia al periodista Adánico Florete (que es a fin de cuentas el verdadero héroe de la historia) y hago de él lo que merece ser.

Porque un hombre no es lo que es, como se cree erróneamente, un hombre es (pasado el tiempo requerido) lo que la literatura dice que es.

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17 de octubre de 2017

Alguna lectora de buen gusto sin duda alguna me escribe diciendo que debo predicar con el ejemplo y poner una foto del libro con mi polla. Bueno. No sé. En principio, creo que eso sería un poco trampa porque yo, ciertamente también soy lector de mi libro, pero. Lo divertido (y a lo que exhortaba ayer desde aquí) es que otros lectores, el lector común, podríamos decir, del libro, se pusiera a la altura de mis lectoras. Por otro lado, creo que ya mi polla la tienen muy vista, ¿no? Aunque, si mis lectoras insisten, me lo pensaré qué otra cosa puedo hacer. Me cuesta negarle algo a mis lectoras la verdad.

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16 de octubre de 2017

Y como lo de la sublevación catalana y, sobre todo, la reacción del Gobierno español a esa sublevación, se ha convertido en una broma de mal gusto, y acabo de ver a la vicepresidenta Soraya lloriqueando de rodillas ante los sublevados en la televisión, hoy lo que haré aquí será exhortar a mis lectores a que hagan lo mismo que mis incomparables lectoras, es decir que manden fotos libres y honestas (así las he bautizado) con mi libro. Fotos que exalten la belleza del cuerpo masculino y que hablen del placer de estar vivos y de ser generosos y de la libertad como bien supremo, que es, a fin de cuentas, de lo que trata mi libro. Ya sé que las mujeres son superiores y que a los hombres les cuesta más hacer cosas así (¿no?), pero a ver si se animan creo que la foto de una hermosa polla con mi libro sería también una excelente manera de celebrar mi libro.

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15 de octubre de 2017

Ningún escritor tiene lectoras como las mías. Qué generosidad qué darse qué exhibirse gozoso, qué llenas de vida mis lectoras. Las mujeres son maravillosas, qué les puedo decir. No sé cómo agradecer tanta gentileza. Véase esta foto. Soy un escritor del montón, ya lo sé, pero si fuera un escritor de gran talento tampoco podría poner por escrito la delicadeza, la perfección, la luminosa humanidad y la excelsa dulzura que emanan de ese pezón. Ya se me perdonará el exceso y el atrevimiento. Pero. Envidio a perpetuidad al afortunado que lo huela y lo saboree y que sea en fin admitido en sus cercanías. De ese pezón, se entiende.


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14 de octubre de 2017

Todo el día revisando las pruebas de Rebelión en Catanya. Empecé algo temeroso porque hacía tiempo que no la leía ¿y si había envejecido mucho? ¿y si no se parecía a la Catanya real, quiero decir a la Cataluña de hoy? ¿Y si no reflejaba adecuadamente el delirio nacionalista de Puigdemont y sus secuaces? Pero. Todos mis temores van resultando infundados. El libro tiene una actualidad feroz (ya se me perdonará que lo diga) y refleja muy adecuadamente la demencia colectiva que padecen los independentistas catalanes. Y lo que es más importante. ¡Mantiene intacta su comicidad! A cada rato hago un alto y suelto una carcajada.

Eso sí, cruzo los dedos para que las cosas no terminen en la realidad como en mi libro. Pero. ¡Qué digo! La realidad no copia a la literatura. No hay nada que temer. ¿No?

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13 de octubre de 2017

Aunque. Podría ser que lo más rastrero esté aún por llegar. Dice el Gobierno y Rajoy que si el golpista Puigdemont dice que algo que existió no existió ya todo está arreglado. ¡Ya están dentro de la Ley! Si eso lo dice en público el señor Rajoy, qué no estará diciendo (y ofreciendo) en privado a Puigdemont y sus secuaces. Es muy sospechoso, que el señor presidente Rajoy decida hacer frente común con el socialista Sánchez contra Rivera, el único dirigente favorable a la aplicación del Artículo 155 y de castigar debidamente a los sublevados.

No hay que olvidar que PP y PSOE han practicado durante décadas una política de venta de España a los nacionalismos periféricos, a cambio de apoyos para gobernar España. Ambos son expertos en socavar la igualdad entre españoles y en comprar con mengua de soberanía española y dinero español, a los nacionalistas periféricos. Toda esta demora en suspender la autonomía catalana y arrestar a los sublevados no augura nada bueno. El asunto comienza a apestar a componenda de Rajoy y Sánchez con los sublevados.

Y esto sería entonces, rectifico, lo más rastrero.

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12 de octubre de 2017

De todo lo sucedido (y de lo que queda por suceder) lo más rastrero para mí es el momento en que el socialista Pedro Sánchez le dice al señor presidente Rajoy sí, sí, España en crisis ya lo sé pero mi apoyo hay que pagarlo, no pensarás que voy a apoyar a los ciudadanos españoles y a España de gratis, já, serás tonto, tienes que darme algo para que yo pueda salir ahí fuera a lucirme y a pavonearme y a hacer carrera y méritos, si no me das algo y que sea jugoso puedes olvidarte de mi socialista apoyo. Este es para mí repito el momento más rastrero de lo sucedido hasta ahora (y de lo que queda por suceder).

Mucho más rastrero que la declaración de Independencia de Cataluña de Puigdemont y sus secuaces, mucho más rastrero que los hipócritas y ensangrentados lloriqueos de Iñigo Urkullo, mucho más rastrero que los fidelismos de la Pablo Iglesias con Tetas (Irene Montero), mucho más rastrero mucho más rastrero.

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