Estampas
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Lunes, 29 de enero de 2018
“Hace años, catorce exactamente, escribí un libro en el que me propuse decir la verdad y las cosas como son sin literatura pero me salió con mucha literatura la suficiente para echarlo todo a perder. Aunque tengo que reconocer que ese libro a veces decía cosas que valían la pena es decir cosas que hay que decir y que nadie dice porque la cobardía es ya general y brota sin cesar y sin remedio de todas las bocas y de los poros de todas las cosas. Es casi lo único que hay, cobardía. El libro se publicó y se vendieron unos cientos de ejemplares, creo, nunca nadie me dijo cuántos. No pensaba escribir nada más pero hoy salí a caminar porque dicen que caminando se prolonga un poco la vida y caminando por el pueblo donde vivo un pueblo que apesta a catalanismo y a independentismo (que es lo mismo) es decir apesta a imbecilidad de una manera muy intensa, pensé no sé por qué en lo de los maricones. Y no sólo pensé en lo de los maricones sino que pensé en lo de los maricones en un tono que no es este en el que estoy escribiendo, ya cuando uno lo escribe siempre es peor el tono y sólo puede ser falso, pero cuando ese tono resonó en mi cabeza al pensar en lo de los maricones me dije he ahí el tono, y una vez que se tiene el tono uno tiene que escribir lo que ese tono dicte, aunque no se pueda nunca y el resultado sea siempre una falsedad.”
Así comienza un librito (ya no estoy para novelones) que empecé a escribir. No sé si lo terminaré la mayoría de las cosas no se terminan sólo unas pocas.

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Domingo, 28 de enero de 2018
Estaba en una de esas fiestas como deben ser las fiestas y el anfitrión había colocado colchones en un amplio salón y allí compartían vivamente seis o siete parejas o tal vez ocho sí, ocho. Yo me hallaba tumbado y dejaba a un apuesto muchacho jugar con mi pito sin prestar mucha atención (aunque disfrutando naturalmente), mi atención puesta en las mujeres presentes todas muy bien hechas. En cierto momento, pedí excusas al muchacho, que se apartó de mi pito de mala gana, quién no, y fui al baño y me lavé el pito (así soy de limpio aún estando en un país donde ningún hombre se lava el pito después de mear) y al regreso fui de una a otra de las mujeres (tengo esas ocurrencias) que sobre los colchones disfrutaban de variadas maneras. Al llegar junto a ellas les ofrecía mi pito y ellas, como es natural, se ponían a chupar. Así fui yendo de una a otra disfrutando del sabio tratamiento que daban a mi pito, pero, disfrutando sobre todo de la ausencia de moral adherida al sexo que emanaba de la situación y aprendiendo, la libertad enseña mucho, que el sexo es amoral y la exclusividad sexual una farsa nadie es monógamo como se sabe.
Suelo recordar momentos cumbre de mi vida a veces y hoy recordé este, tal vez porque ha salido el sol.

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Sábado, 27 de enero de 2018
Ayer llovió todo el día y no sé ustedes pero los días así yo creo que a uno deberían chupársela como mínimo dos veces (al despertar con toda seguridad y por la tarde después del té o al caer la noche no estoy seguro, bueno, mejor al caer la noche, la noche siempre tiene un deje mortal como sabemos y la mamada lo contrarresta mejor que cualquier otra cosa, que yo sepa). Se hace difícil vivir estos días y mientras más viejo te haces más difícil sin esas mamadas las mamadas espantan la muerte quién no lo sabe. Llovió todo el día y no salió el sol ni un segundo y me dijo Martica mirando el cielo no sé como esa gente puede vivir así y yo sabía que se refería a la gente de países como Bélgica (si es que Bélgica es un país) o Suecia o Dinamarca o Noruega o Alemania o hasta la misma Francia no crean lo que dicen de Francia un clima espantoso (excepto el sur a veces) y encima está llena de franceses. Por eso se suicidan tanto dije yo y hacen bien quién puede vivir en un lugar donde siempre llueve y aquel cielo gris (el cielo de aquí sabe que mañana saldrá el sol, pero el de allá no) y además un frio horrible en los países fríos los seres humanos ya nacen tarados véase los rusos. Dos mamadas esa es mi recomendación para los días lluviosos y grises pero si pueden ser tres, mejor.

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Viernes, 26 de enero de 2018
Termino el primer volumen de Kafka y ya tiene Kafka treinta años y mantiene a prudente distancia a Felice son novios por correspondencia, le tiene horror al sexo. (El coito, como castigo de la dicha de estar juntos, escribe en su Diario el 14 de agosto de 1913). Trabaja como funcionario y es muy cumplidor y apreciado, todavía no ha comenzado a escribir la gran novela de la pesadilla totalitaria que se avecina. Que pronto se pondrá en marcha en Rusia. Hasta ahora un librito de textos muy breves y La condena y La metamorfosis (que aquí traducen como La transformación, pero no me acostumbro, para mí siempre será La metamorfosis, que es mucho mejor título, por cierto) donde ya es Kafka y su mundo y su gran prosa. Gran prosa que nunca conoceré debidamente, porque no leo alemán.
Kafka es el escritor torturado por excelencia, sólo vive para el momento en que todo fluye y adquiere sentido en el fluir de la escritura, pero cualquier escritor sabe que el todo fluye en la escritura, y el orden que otorga ese fluir al Universo, aparece muy de tarde en tarde, cuando aparece. Sacrificar la vida en el altar del todo fluye de la escritura en la que el Universo se ordena (y adquiere sentido) es una aspiración imposible y suicida de ahí que la obra de Kafka sea fundamentalmente obra inacabada.

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Jueves, 25 de enero de 2018
Hace unos días era domingo y un vino rojo y oyendo a Agustín Lara llegué a Granada, himno español. Un mexicano. El error de los españoles ha sido no entender que nosotros somos españoles, pensé. Españoles que han hecho y que hacen España, sin nosotros no hay España o hay una España más tribal y disminuida. Hasta el idioma español que se habla en España es mucho más rústico sin nosotros, nosotros que hemos sido a fin de cuentas los que hemos inventado el español, porque aquí en España se empecinan en hablar castellano, una lengua ya muerta, sin comprender que ellos hablan español el idioma de más de quinientos millones de españoles, es decir nosotros. No hay que olvidar además que la más alta prosa española desde Cervantes, Lope, Góngora y Quevedo no pertenece a ningún español peninsular es la española prosa de José Lezama Lima. Así que una única ciudadanía, la del idioma español, me dije entonces y levanté la copa y bebí.

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Miércoles, 24 de enero de 2018
Dice mi amigo Andrés Reynaldo que el Subnormal Anaranjado no es que sea un Subnormal Anaranjado, es que es sincero. No es que sea grosero y estúpido, o que necesite atención psiquiátrica, que es lo que creo yo. No. Es que es sincero. No tiene filtros. Manda huevos. En ese plan la gente debería llegar a casa del vecino y decirle tu hijo es feo de cojones pero a tu mujer con qué gusto me la follaría qué belleza no sé a quién saldría el frankenstein de tu hijo pero tu mujer qué ojos qué cara de putón verbenero, qué tetas qué culo cómo me gusta pero no te enfades es que soy sincero. Hay que apreciar la sinceridad. La sinceridad es una gran cosa. ¿No?
Todo el mundo sabe a estas alturas (salvo los cubanos trumpistas) que la educación, los modales, los protocolos y las buenas maneras (es decir la mentira organizada), han sido y son herramientas fundamentales de la civilización. Herramientas decisivas evolutivamente hablando, gracias a ellas el ser humano dejó de ser un chimpancé. Aunque admito que muchos en USA no lo han dejado de ser lo suficiente véase que han elegido al Subnormal Anaranjado de presidente.
Me pongo a sacar algunas cuentas. A Trump no lo eligió la América urbana, es decir la más educada, la más civilizada, a Trump lo eligió la América rural, es decir la más bruta, o, como lo diría yo, la América más chimpancé. Y no hay que engañarse lo eligieron porque se parecía a ellos.

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Martes, 23 de enero de 2018.
En el mercado y en la verdulería le pregunto a la verdulera morena y jamona ¿qué tal estas cerezas chilenas? y me contesta muy buenas, y yo: de las mujeres es mejor no fiarse mucho ¿están buenas de verdad? Y ella toda carita y las tetas tensas (cuánto no daría yo por ver y tocar esas tetas tensas), ella: haces bien en no fiarte, las mujeres… las mujeres son unos malos bichos. Y yo, mucho peores bichos que los hombres. Y ella: bichos malos sobre todo entre ellas. Y he de admitir que es verdad a lo largo de mi vida lo que comprobado muchas veces la ferocidad que despliega una mujer contra otra es muy superior a la que despliega contra un hombre. Pero prueba las cerezas papi (me dice papi), así estarás seguro. No hace falta, mami. Ponme cerezas. Quince o veinte. Sí, papi. Siempre me dice papi. Si no le habré quitado yo el muermo a este mercado.

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Lunes, 22 de enero de 2018
Veo The Post y más que ver una película me parece visitar un museo dedicado a tiempos menos moralmente empobrecidos. Nunca deja de asombrarme que Nixon fuera forzado a renunciar a la presidencia de USA por mentir. ¿Para los ciudadanos en aquellos tiempos no tan lejanos era inaceptable que un presidente, que un político mintiera? Parece que sí. Y. Como los presidentes y políticos en general hoy mienten sistemáticamente y a todos nos parece normal, qué conclusión sacar. ¿Se ha envilecido el ciudadano la sociedad la prensa han descendido tanto los estándares éticos? Parece que sí.
Pero. Volviendo a The Post, esa mujer Graham su conducta moral como la emanación de una cultura, no como producto de un entrenamiento intelectual, eso es lo más impresionante: y la belleza, claro, de su burgués temblor y el épico dejar de ser florero para convertirse en ejemplo cívico de una nación y en adalid de la libertad y de la independencia de la prensa de su país.

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Domingo, 21 de enero de 2018
Me escriben mi amigos alarmados. ¿Operarme? ¿Cambio de sexo? ¿Acaso he olvidado que tengo mi primer cerebro en el pito? No, no lo he olvidado. Respondo. Pero. ¿Han pensado ellos en el mundo que nos espera con Ophra y su Corte de Chochos Augustos generizando el mundo? Yo he escrito novelas futuristas y tengo cierto talento para anticipar el futuro, como ha quedado demostrado en mis libros. Lo que viene es un mundo en el que tendremos que decir culos y culas, senos y senas, anos y anas, brazos y brazas, manos y manas, cabellos y cabellas. Es aterrador. Y, por otro lado, les aseguro, lo del lesbianismo lo digo muy en serio. En el fondo mientras más lo pienso más me convenzo de que siempre he querido ser lesbiana. Ah. Y. Por otro lado, tras la operación ¡pasaría a ser parte, automáticamente, del colectivo LGBPHTNRXLLXMMWWZZ! ¿Se dice así? La verdad es que mientras más pienso en lo del cambio de sexo más ventajas le veo.

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Sábado, 20 de enero de 2018
Como no acaban de llegar las medidas de pito no ofensivas para el género femenino y admisibles para Oprah y su Corte de Chochos Augustos, y mi angustia va en aumento, estoy empezando a considerar el cambio de sexo. Sí, ya sé. Parece una reacción exagerada. Pero. Nadie me negará que tener pito en el mundo que viene, que ya se vislumbra, un mundo cuyas normas de convivencia genérica las dictará Oprah y su Corte de Chochos Augustos, ser hombre se hará cuesta arriba, como se dice. Una operación, unas hormonas para que me crezcan las tetas un poco más (ya me han crecido bastante en los últimos años), una peluca (ya yo no tengo pelo para otra cosa) una depilación laser general y asunto resuelto. De todas formas, ahora que lo pienso, mi afición por las lesbianas siempre, en el fondo, ha sido deseo de ser una de ellas, siempre las he envidiado he de ser sincero. Pensaba terminar mi vida como hombre trisexual, que es lo que me considero actualmente, pero tampoco estará tan mal vivir el tiempo que me quede como mujer y como lesbiana. ¿No? Con lo que me gustan los chochos. ¡Será el paraíso!
