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Sábado, 18 de agosto de 2018

Sentado en la cocina leo que Vasili Blojin, general rojo de la NKVD, se encargó de asesinar a miles de oficiales polacos. El rojo Stalin firmó la orden y: “Blojin se trasladó hasta el campo de concentración de Ostashkov, donde junto con otros dos agentes de la Cheka acondicionó un barracón con paredes acolchadas e insonorizadas y decidió imponer una cuota verdaderamente estajanovista de doscientas cincuenta ejecuciones cada noche. Se llevó consigo un delantal de cuero y una gorra de carnicero que utilizó para llevar a cabo uno de los actos más prolíficos de asesinato en masa que haya ejecutado un solo individuo, matando a siete mil hombres exactamente en veintiocho noches, con una pistola Walther de fabricación alemana, para evitar futuras identificaciones”.

El rojo Blojin recibió las siguientes condecoraciones y distinciones: Medalla al Trabajador de la Cheka; Orden de la Estrella Roja; Orden de la Bandera Roja (dos veces); Orden de la Bandera Roja del Trabajo; Orden de Lenin.

Y en España ser rojo es muy guay. Qué guay.

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