Estampas
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Lunes, 25 de abril de 2022
Acabo de revisar galeradas del segundo volumen de Emanaciones (2012-2015). Las correspondientes a los años 2012 y 2013. Hoy comenzaré el 2014. Encuentro joyitas (ya conocen ustedes mi humildad) que penetran y alcanzan, casi, la membrana real.
Esto de 2013:
Lunes, 10 de junio. – Amanece un gran sol y salgo a verlo al jardín. Hay unos bichos acorazados rondando la parra. Aplasto dos o tres. Ahí se tumbaban no hace mucho tres muchachas desnudas. Con la cabeza inclinada, como si creyese en algo, pienso en tu fragante boca pienso en tus tetitas claras. Después voy hasta el manzano. Pulgones. En el rincón del sur bulle el enjambre sombrío como es habitual. La luz tiene podridos los dientes.
No hay que dejarse engañar.
Y esto.
Viernes, 5 de julio. – Subimos por un camino sulfuroso, de cromo quemado y adelfas. Faltan algunas horas para que digan algo negro los alcornoques y falta casi un día para que me haga joven la cerveza glacial. Lo del tiempo cada vez me cuesta más y cada vez es más raro. Jamón de sombra y aire, creo que dijo Manolo. Pero ya no estoy seguro. Todo es deslumbrante y el aire parece papel. Me viene a la cabeza la palabra celofán. ¡Celofán! Veo piedras lácteas y un balbuceo verde y hay un instante casi mineral en que cierro los ojos y estoy en Bahamas.
Asombroso.
Más tarde (fresquitos y veloces) por el parabrisas del coche puedo ver las almadrabas y tengo la certeza de que pronto llegará el momento en que me detendré al borde del agua y levantaré la cabeza y el cielo será un brocal.
Soy feliz. Todo ha sido en vano y nada ha sido en vano.

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Domingo, 24 de abril de 2022
Soy partidario de la mascarilla. Sobre todo en lugares donde haya muchos seres humanos. Los seres humanos en grupo, si se les ve bien, son una experiencia aterradora. Es más soportable si llevan mascarilla. Luego está el uso de la mascarilla como elemento de promoción artística. En el Leopold Museum, de Viena, encontré una que es un cuadro de Egon Schielle. Cuando voy al mercado con mi mascarilla de Schielle embellezco el tejido social, como dicen los políticos y los literatos, y desembrutezco un tanto al común mortal. Otra cosa fabulosa de la mascarilla es que la gente tiene más difícil apercibirse de que te burlas de ella: la boca delata mucho. Quiero decir, que no haré caso de las nuevas disposiciones gubernamentales respecto al uso de la mascarilla. No por el momento al menos.
Trataré de leer tres o cuatro horas.

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Sábado, 23 de abril de 2022
Hoy celebración con amigos, cumpleaños varios. Pensándolo bien si no has nacido en abril no has nacido. Vinos, quesos supremos, paella de caza y pasteles de zanahoria y queso. Velitas, Hay friecillo así que encenderé la chimenea. Ayer pajilla tarde después de la peli, siempre me pasa con las tetas de la Bellucci. Leche abundante. Albricias. Al perro le ha dado por encaramarse encima de la mesa. Vendrá también el maestro ruso y su dama exuberante (tetas). Y el bebo que significa la vida futura y la vida que no viviremos. ¡Salud! Llueve.

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Viernes, 22 de abril de 2022
Por otro lado, esa escritura real es egocentrismo exacerbado, hay que reconocerlo. Por qué nuestras flaquezas, hipocresías, mentiras y porquerías varias han de ser tan cruciales para la escritura. ¿Crea belleza? Si no la crea, ¿qué importancia tiene? La Verdad no es el logro máximo de un creador, es la Belleza.

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Jueves, 21 de abril de 2022
En cuanto me entero de su existencia corro a leer Kronos, el diario secreto de Gombrowicz. El prólogo de su mujer Rita, excelente. El diario en sí, mayormente compuesto por notas telegráficas de encuentros homosexuales y de otras actividades rutinarias. Alguna escritura casi real, aquí y allá. Poco. Cuando ya enfermo. Nada de lo que yo persigo (perseguimos) esa escritura real que diga la verdad de lo que pensamos y que cada día entiendo mejor que es imposible. Nuestra miserable naturaleza no lo permite. Y no hay que descartar la posibilidad de que nuestro cerebro nos censure o exagere y hasta reescriba un poco lo vivido (la ilusión del yo, etcétera).
Los mejores nos refugiamos en que la intimidad ajena se cruza con la nuestra blablabla. Pero sólo es una excusa que pretende engalanar nuestra cobardía.

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Miércoles, 20 de abril de 2022
El sexo, amén de la escritura, ha sido mi fuente principal de entretenimiento. Pero. Aquellos grandes planes lúbricos que tanto me entretenían han desaparecido casi completamente. Y los que aún urdo, más por costumbre que por otra cosa, tienen nulas posibilidades de éxito. No es el amor quien pasa somos nosotros mismos (Cernuda). Y a eso, súmese mi desgana. En cierto momento la vida sexual, es decir la vida, llega ante una puerta y una vez traspasado su umbral, no hay regreso. Lo más intrigante, lo que me provoca un gran desasosiego, es que lo que hay a ambos lados de la puerta es lo mismo. Pero. Ahora hay una extrañeza. Una extrañeza hacia mí, que emana de la realidad. Como si la realidad me dijera fue un gusto conocerte amigo, pero comienzas a sobrar.
Mantente firme Juan Abreu.

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Martes, 19 de abril de 2022
Veo un pedazo de Princesas, con una Candela Peña bellísima. En una escena, tumbada, su culo desperezado y su coño soñador. Y. Siento el sacro corrientazo en el pito y lo considero, pero al final no hago nada. Después me arrepentiré, como es lógico: Todo lo que se deja de hacer hay que darlo por perdido (Aretino). Me gustan todas las Candela Peña, pero a esa Candela Peña de la película Princesas en los buenos tiempos me la hubiera comido una semana entera sin pausas para descansar la lengua ni nada. Qué mujer. Una de esas mujeres de las que quieres, no más verla, ser su gato o su perro. Una de esas mujeres que, con la piel, te dicen que has regresado al comienzo en cuando pones en su regazo la cabeza.

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Lunes, 18 de abril de 2022_
Paseo por el bosque. Campos de forraje en los que el perrito salta como si el verde fuera agua. Tierra roja y el aire alto y recién aderezado. Siete kilómetros, más o menos. Al regreso, aperitivo: godelo de la cuenca del Duero queso suizo de alta gama y un chorizo de León que me dijo la xarcutera que es lo máximo, y parece que sí, al probarlo. Lo que quede del chorizo lo usaré para las aluvias que pienso hacer mañana. Tengo mucha lectura atrasada, hoy trataré de adelantar un poco. Y ahora me voy a preparar la comida. Arrocito con guisantes y filetes de merluza al horno sobre una cama de cebolla puerros y pimiento rojo, y más godelo claro está que la vida del exiliado como dicen los escritorzuelos culoansiosos de un premio patrio, y toda suerte de abyectos lloricas tribales, es muy dura.

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Domingo, 17 de abril de 2022
Termino de poner a punto Diosa, la segunda novela que publicaré en lo que he dado en llamar la Biblioteca Juan Abreu. En ella, iré devolviendo a la vida (cursilería), y a nuevos lectores, mis libros agotados. Cinco cerverzas, A la sombra del mar, Accidente, El reto, Gimnasio, entre otros. Todo será reescrito (más o menos) y mejorado, o eso creo. Las versiones que publique la Biblioteca Juan Abreu, las considero finales y definitivas.
Acaba de aparecer la edición española de Debajo de la mesa, como saben. También, muy grata noticia, aparecerá en versión francesa gracias a la formidable traducción de François Vallée. La segunda etapa de esta aventura editorial será publicar mis libros inéditos. Por el momento, he terminado: Mo y yo (una historia de amor), y trabajo en dos libros que espero concluir en los próximos meses: Vida de perro, dedicado a mis perritos, y Señor Abreu, una novela corta que comencé durante un reciente viaje a Santiago de Compostela, y que será, tal vez, el más impublicable de los libros que he escrito. ¿Para qué perder tiempo enviando manuscritos demasiado incorrectos (en la jerga actual), para los grotescos tiempos que vivimos, a editoriales que no se atreverán a publicarlos? Tiempo no me sobra, así qué.
Ayer de fiesta, nos acostamos muy tarde y hoy amaneció el día lamido y poroso y cubierto de esa rubia pelusa infantil que siempre anuncia días felices. Así qué.

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Viernes, 15 de abril de 2022
Sueño blando y redondo. Y cuando abro los ojos, gran sol. Y han regresado los estorninos. Después del desayuno, salimos a pasear los perros. ¡Calor al fin! Qué maravilla las calles vacías. Todo sería más agradable si desapareciera la mitad de la población mundial. Al regreso, Amazon me ha dejado un sobre y ¡albricias! mi Debajo de la mesa, qué emoción. No moriré del todo (ni yo me lo creo). Hay que celebrar. Voy a buscar vino blanco que sólo hay rojo en casa. De Cádiz. Babilla fina. En el coche una cantaleta del Papa. El dolor, dice, la obediencia, dice, el sufrimiento, dice, los pobres, dice (desde su palacio, puto hipócrita masoquista). Compro también quesos, pan y guacamole. Y jamón para los perros que les gusta su jamoncito por la mañana para empezar el día, que no les falte. Preparo el tentempié (qué bella palabra). Bebemos. La vida es meterse cosas en la boca. Manoseo el libro como si fuera una teta de la Bellucci o el culo de la Kardashian. Qué lindo ha quedado mi niño. Más tarde comeremos garbanzos. Y haremos, si no me pongo a leer, una siestita. Y lo que queda del día se marchará como se marcha todo. Pero.












