Estampas

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Y aún Jabois. Esto. Cuánta galleguería al parecer inocua pero cómplice a fin de cuentas. Pintoresquismo como decía ayer y toda esa cháchara parroquial por la que pasa el asesino hijo de gallego lo que lo hace menos asesino naturalmente (y el canalla cacique gallego y gran llorica ¡se ha encontrado con los hijos de uno del pueblucho, qué emoción! ay ay), sin que aparezca ¡por ningún sitio! para arruinar la jubilosa galleguería ni una sola de las víctimas del asesino ni siquiera una mención tómese nota por favor ese que ahí va uno de los nuestros ha torturado y fusilado a miles (yo he pintado a más de trescientos de los fusilados) nada nada pelillos a la mar. ¡Y a bailar la zambomba!

O lo que sea que se baile en Galicia.

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Lo del periodista Jabois. Que le conteste al periodista Carlin y las cosas que dice. Merece un comentario. Ya es demasiada bobería insondable y demasiada mamalonería solemne. ¿Es que esta gente no folla? Un hombre inteligente (aunque con barba) como Jabois. Escuchen: “Yo envidié al Barcelona 6-1: es imposible no envidiarlo”. ¡Es imposible no envidiarlo! Imposible, dice. Y a mí que me importa un carajo. Como si fue 300-1, sigue sin importarme un carajo. “Daría todo lo que tengo por celebrar un gol como el de Sergi Roberto”. ¡Daría todo lo que tengo! Pero Jabois. ¿Qué quiere decir eso? Dar todo lo que tengo ¡no quiere decir nada! No es más que una insulsa frase hecha. Pero. Un momento. De qué extrañarse. Las frases hechas y el más ridículo pintoresquismo son parte fundamental del periodismo español. “Y me parece lógico que se celebre tres siglos” Continúa Jabois. Juá juá. Tres siglos. Bueno, ahora que lo pienso, tal vez, ¿quién nos asegura que de aquí a tres siglos los seres humanos no serán tan estúpidos como ahora? “Una gran firma”, termina Jabois jabonoso. ¡Una gran firma el memo y también barbudo Carlin!

Ganas me dan de poner aquí la opinión que de los barbudos tenía Léautaud. Pero sería demasiado hasta para un tipo como yo.

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Sigo con el Diario. El libro con mayor cantidad de verdad que he leído. Qué hombre libre y valiente. El mejor baremo de la grandeza de un hombre es la cantidad de libertad que es capaz de soportar.

“Hirsch, dirigiéndose a mí concretamente: ¿Va usted a veces a pasear por los suburbios, Léautaud? ¿Ha visto usted a los niños que se ven? Niños que ya tienen el aspecto de pequeños viejos. Niños que viven hacinados en viviendas sin espacio, sin aire. Es espantoso pensarlo.”

“Le he replicado a Hirsch: Otra cosa que me es completamente indiferente. Esa gente cargada de hijos no tenía sino que no hacerlos. Leo algunas veces en el periódico que fulano no encuentra donde alojarse porque tiene cinco o seis hijos y no quieren nada con él. ¿Qué quiere que haga yo? No tenía sino que no hacerlos. Él se creyó esas patrañas que le sueltan a la gente para que tenga hijos. Peor para él. ¿Tengo yo hijos, me he casado, sabiendo que mi situación no me permitía mantener a una mujer? Respondía, sobre todo, eso es cierto, a mi gusto absoluto por la independencia. Me niego, en todo caso, a alimentar a los hijos de la gente que ha cometido la estupidez de hacerlos”.

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Vamos con los amigos a celebrar el triunfo de nuestra actriz Jacas y en un cambio de bares, transitando por las sucias y meadas calles de la Barcelona vieja, conversamos el amigo Hernández Busto y yo de Léautaud. En principio estamos de acuerdo en que la aproximación de Léautaud al sexo es mezquina. Y misógina, abundo. Bustos señala el hecho, para él importante (así Pla), de ser Léautaud un hombre que no quiere tener hijos. Bien. Pero a mí este me parece un detalle menor. Lo de los hijos es periférico, creo, lo principal es la misoginia un misógino no folla a fin de cuentas con alegría. Y diría más un misógino sólo puede follar con verdadera alegría con un igual: otro hombre.

No hay generosidad ni júbilo sexual en Léautaud, decimos, hay sí por el contrario una especie de miseria carnal una suciedad carnal que está relacionada en primer lugar con que Léautaud considera inferiores a las mujeres. Lo que nada tiene que ver con el gran escritor que es o incluso tal vez lo haga ser el gran escritor que es.

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A la salida del mercado en la papelería un estante con novelitas de Marcel Lafuente Estefanía. Y mi padre en el portal leyendo novelitas de Marcial Lafuente Estefanía. Le brilla la frente y veo la línea clara en la raíz del pelo línea muy definida que separa esta zona de aquella curtida por el sol, de un color cobrizo. Lo mismo en los brazos y en el pecho está en camiseta mi padre un hombre que ha trabajado muchos años a la intemperie bajo el sol. Y ahí está la puerta antes de que Julio el Manquito cortara una de sus hojas pintada de verde a la mitad y la convirtiera en un híbrido de puerta y ventana y la aldaba enmohecida y aún no he empezado a coleccionar los cactus y aún no le he chupado las tetas a Beatriz y por un momento escucho el bullicio del interior de la casa mis hermanos y los perros y mi madre que canta en la cocina una canción de Vicentico Valdés. Y yo a la salida del mercado. Y han pasado cincuenta años. Lo que es el cerebro.

3186

Vi hace poco unas imágenes del carnaval de Miami en la Calle Ocho famosa y quedé aún más convencido de que la ciudad ha sido tomada por el fidelismo. Se veía en el video a la chusma cubana recién llegada de la isla por decenas por cientos de miles haciendo lo mismo que hace esta chusma en La Habana y en la isla entera demostrar lo chusma que es lo vulgar lo violenta y lo analfabeta que es, en plena Calle Ocho. Yo he ido muchas veces a ese carnaval de la Calle Ocho de Miami cuando vivía allí y era un evento civilizado y agradable y sensual en cierta medida y familiar a fin de cuentas. Ahora, con la invasión de fidelistas de las nuevas generaciones de cubanos (todos los cubanos de las nuevas generaciones son fidelistas aún cuando en muchos casos ni ellos mismos lo saben, pero lo son) el famoso carnaval se ha convertido en un evento no de exiliados gente decente como era antes cuando yo vivía allí sino de chusma cubana y oriental y habanera o de la provincia que sea recién llegada todo la misma mierda chusma vulgar y violenta y beoda como son todos los fidelistas. La ciudad ha sido tomada a la vista está y creo que ha llegado la hora de que los cubanos de antes que quedan se marchen antes de que se contaminen y se conviertan a fin de cuentas en la misma mierda fidelista de allá.


Islamofobia

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En Barcelona han abierto un lugar para follar con muñecas. A mí me parece una idea excelente si a alguien le gusta follar con una muñeca (hiperrealista, dicen) que folle. Yo, por curiosidad, aunque en principio soy más de carne humana que de polímeros, me gustaría ir al prostíbulo de muñecas, a ver qué tal. Me descuidé con lo de las peluquerías donde unas chinas (asiáticas, en todo caso) te hacían un masaje con final feliz (que es como debe terminar todo masaje en mi opinión) y creo que ya la policía y los políticos las han cerrado todas. Tendré que apurarme con lo de follar muñecas porque ya la policía y los políticos andan buscando el lugar donde follan. La ciudad está llena de okupas es decir delincuentes que se meten en propiedades ajenas y ya son mafias según se ha visto, pero la policía y los políticos persiguen a las muñecas para follar. Qué coño le importará a la policía y a los políticos si me follo una muñeca. Es lo que pregunto. Yo preferiría follarme una muñeca que a algunos de nuestros políticos (hembras o machos), ya que hablo de esto.

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Hoy mientras fregaba algunos platos pensé en el magnicidio otra vez y llegué a la conclusión de que sería formidable formar un cuerpo militar de élite (secreto y bien financiado por filántropos multimillonarios) exclusivamente dedicado a los magnicidios, ay, tan necesarios hoy y siempre. Cuántas vidas no se hubieran salvado en Siria por poner un ejemplo de la actualidad como se dice de haber matado a tiempo a Barhar al-Ásad. Matar a Barhar al-Ásad era y es un acto de pura sanidad moral. Hay que ser un canalla para no reconocer esto.

A mí me da mucha risa cuando los humanistas culogordos europeos pero de todo el mundo en realidad chillan histéricos si uno habla de matar a gente como Barhar al-Ásad, Kim Jong-un (o Raúl Castro, ya puestos). Pero yo pienso siempre primero en los millones de seres humanos que vivirán mejor y a los que Ásad, Kim Jong-un o Castro ya no atropellarán, encarcelarán, torturarán, hambrearán o asesinarán. Y los chillidos de los humanistas culogordos me importan muy poco ¡qué digo! no me importan nada esa es la verdad.

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Termina el juicio a Mas y a sus dos adiposas excrecencias. Jueces y fiscales a sueldo del Gobierno o con sus almitas catalanas primero o simplemente cobardes o imbéciles (o ambas cosas), es difícil determinarlo. La Justicia española, o lo que sea, incapaz de enfrentarse a los sediciosos provinciales y eso que llamamos España haciéndose cada día que pasa más tenue más ridículo y más inexistente.

Yo a partir de ahora, si puedo, me alejaré del tema porque ante un suicida resuelto en este caso España no hay nada que hacer y porque un país que no sabe defender a sus ciudadanos de los enemigos internos y externos naturalmente no merece sobrevivir.

Ah. Y. Por cierto. No creo que la fealdad de esas dos mujeres sea casual.

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Y lo de Pla. ¿Es posible la expresión de la intimidad?, se pregunta Pla. Y la respuesta es no. No. La intimidad no puede ser la espontaneidad pura, si existe tal cosa. En todo caso sería la anotación desprovista de literatura. Si fuera posible, que no lo es. La secreción (banalidad en carne viva) también es literatura. Estamos, creo, por desgracia, ante un problema insoluble. Porque en el momento en que la escribes (o eso piensas) la vida se convierte en literatura. La vida vivida (¡y vívida!) implica, me temo, la ausencia de escritura.


Cortesías

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