Estampas

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Sábado, 27 de octubre de 2018

Termino de revisar las galeradas de mi libro y me embarga una gran tranquilidad. Casi pongo paz, pero paz, digamos, de haber cumplido literariamente no tendré nunca. Tranquilidad sí. El gen de Dios es el gran libro de ciencia ficción o futurismo de la literatura cubana y esta será su edición definitiva, cuidada y hermosa además y corregida y también ampliada y limpia, me he esforzado en eliminar lo innecesario, aunque se tratase de una mínima arista que entorpecía la respiración del libro. Mi respiración. Casi diez años me costó escribir estas tres novelas que ahora se publican unidas. Juntas, como partes de un todo, funcionan perfectamente y yo mismo me he asombrado de haber sido capaz de conseguir que existan como un mundo fluido y bien trenzado, de una resonancia cerrada y circular.

Cuando me acosté anoche llovía y hoy al despertar seguía cayendo una lluviecita de esas que mi madre describía como lluvias para frío. Siempre he dicho que todo lo que escribo y pinto es por mi madre y para ella así que creerán que cuando terminé de hablar hoy temprano con mi editor para cerrar los últimos flecos de la revisión, me volví hacia mi madre hacia su fotografía que tengo aquí muy cerca del teclado y me miró orgullosa como me miraba cuando me descubría leyendo debajo de la mesa, y sonreímos.

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Viernes, 26 de octubre de 2018

Qué rico es ducharse. A mí es de las cosas que más me gustan. Me meto bajo el agua caliente y me quedo en trance. Nunca he entendido a los que no se duchan todos los días. En España cuando llegué me encontré con bastante gente apestosa. A veces en mi época de gran cazador veía alguna presa suculenta e iba al ataque porque habíamos cruzado miradas prometedoras y cuando me acercaba a la belleza en cuestión olía a mofeta a tres pasos. Debo decir que en ocasiones renuncié a la presa, ya derribada, aunque es verdad que otras seguí adelante con la esperanza de poder mandarla a duchar antes de entrar en acción. Otra cosa que me asombraba mucho es lo que maravillaba a las mujeres españolas especialmente catalanas que me lavara el pito después de orinar. Lo que me hizo pensar que en España y especialmente en Cataluña los hombres no se lavan el pito después de orinar. Eso me venía muy bien la verdad porque ellas decían con ese pito y encima te lo lavas cuando orinas qué hombre qué exquisitez.

En Madrid, y en Barcelona también aunque menos en verano entras al metro a veces y parece que alguien ha lanzado una bomba fétida dentro del vagón. Con lo rico que es ducharse. Y no hablo de derelictos como los okupas o los de la CUP o PODEMOS o los votantes de Colau, sino de gente de la llamada normal. Hay mucha gente de la llamada normal que no se ducha todos los días. Deberían imitarnos a nosotros los sudacas en eso. Los sudacas se duchan todos los días. A mí es de las cosas que más me gustan.

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Jueves, 25 de octubre de 2018

Tengo una lectora que me escribe hermosos mensajes. Mi lectora vive en otra ciudad, al norte, y hace años que nos escribimos me encanta recibir sus mensajes se expresa muy bien mi lectora es una mujer inteligente, perspicaz y educada. También es mi lectora (lo acreditan las fotografías que ha tenido a bien mandarme) una mujer bien hecha muy bien hecha y tiene unos ojos lánguidos y una de esas bocas carnosas que son mis preferidas. Siempre hablamos de encontrarnos algún día pero pasa el tiempo y nada se concreta. A mí me encantaría viajar a su ciudad en tren preferentemente y vernos en alguna plaza antigua al sol y comer algún plato local que ella recomendara y beber algún vino espeso y firme. Y hacer la siesta juntos naturalmente en algún cuarto alquilado y refocilarnos toda la tarde depravadamente como debe ser, como tantas veces he (hemos) soñado. Y al caer la tarde sonrientes y bien duchados nos despediríamos mejores amigos y yo regresaría a mis cosas y ella a las suyas y el mundo sería un lugar mejor.

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Miércoles, 24 de octubre de 2018

Le han dado el Premio Nacional de Narrativa a Almudena Grandes. Cualquiera sabe que si te dan el Premio Nacional de Narrativa (o semejante) en cualquier país es que estás acabado, aunque es cierto que hay países y países. En Cuba si te dan ese premio o cualquier otro premio literario es que eres un esbirro y un lameculos de cuidado. En España sólo quiere decir que estás acabado como escritor o que nunca has sido gran cosa. En el caso de Almudena Grandes es obvio que se trata de una escritora del montón una tía tata cuanta cuentos (los pavorosos me entenderán) especializada en caricaturas melodramáticas de la Guerra Civil. Si quitas la Guerra Civil ya no queda casi nada de la literatura española. Franquista satánico, rojo angelical, cura siniestro, obrera heroica y violada (alguien tiene que enseñar las tetas) y poco más, hasta yo podría escribir una de esas novelas en cinco minutos. La cultura española es una cultura lobotomizada por la izquierda. También, por cierto, le podrían haber dado el premio (¡pero ya se lo dieron!) al Llorica del Terruño (Manuel Rivas ay la florecilla incomparable de mi terruño la cagada de vaca sagrada de mi terruño). Pero lo que quería decir es que he visto una foto de Almudena Grandes por lo del premio y me ha asombrado lo abofada que está. No sé si el izquierdismo abofa pero ahora que lo pienso podría ser.

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Martes, 23 de octubre de 2018

Anoche me puse a corregir las galeradas de la novela de Reinaldo incluida en la colección. Ya no me acordaba de los pormenores de la historia, sólo conservaba esa presencia (una especie de zona colmada una dicha) que dejan en nuestro cerebro los buenos libros. La loma del ángel es una joya. Y, algo que para mí tiene gran importancia. Esta edición viene a remediar la precariedad de anteriores ediciones. Todas tienen letricas, son de esas ediciones estreñidas en las que se nota que los editores han estado ahorrando, y mal diseñadas, además. Feas. Todo eso se remedia ahora con esta edición cuidada, llena de claridad, con un tamaño de letra generoso, una edición como se debe. Mientras leía, no paraba de reír qué sentido del humor qué mala leche como se dice qué escritor qué respiración qué venganza.

A los escritores cubanos nos queda sólo una gran alegría, la de la venganza. La única literatura cubana que importa es la de la venganza.

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Lunes, 22 de octubre de 2018

A veces escribo frases demasiado largas que cuesta leer. Algunos lectores se quejan, no les hago caso. De lo único que me ocupo cuando escribo es de mi respiración. Lo que busco cuando escribo es mi respiración. No escribo para contar historias (antes sí pero ya no) aunque me gustan las historias ni escribo por literatura ni por tener razón ni por la verdad ni escribo para que me entiendan ni para que me quieran o me odien ni por reconocimiento o dinero, todo eso me gusta pero no es por eso por lo que escribo. Tampoco me interesan ya las normas. Uso las comas y los puntos y lo demás como me da la gana y en mis mejores momentos me invento palabras o las hago asumir un significado que no tienen. No soy un escritor sólo un hombre que al escribir busca su respiración nada más.

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Domingo, 21 de octubre de 2018

El perrito puede empobrecer tu vida sexual, deben saberlo. A veces estoy en el sofá y me saco la polla y ante tamaña y esplendorosa visión la diosa reacciona de la única manera posible para una mujer sana y mujer y en sus cabales como se dice y entonces, justo cuando la diosa inicia las maniobras de aproximación, salta el perrito curioso a ver qué es aquello tieso y ya incluso babosillo y cimbreante y se arruina todo. Yo como es lógico suelto airado una imprecación y me guardo a toda velocidad la polla porque bestialismo sí que no y la diosa se ríe y la risa le sale ya pegajosa y yo amenazo al maldito perro con mandarlo a China país de salvajes que comen perros. Pero lo digo en broma, naturalmente.

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Sábado, 20 de octubre de 2018

Mi gato negro se llama Petufo y viene por las noches a mi regazo, para que lo acaricie. Tiene una malformación de nacimiento y cojea de la pata trasera y en los inviernos lluviosos como a mi, le duelen los huesos. Tanto, que a veces se queja (tiene un maullido especial para quejarse) y tengo que llevarlo al veterinario para que le inyecten anti inflamatorios. Ayer Petufo se peleó con un gato blanco y salí con los perritos a intervenir y el gato blanco huyó pero, para mi sorpresa, Petufo lo siguió ferocísimo y continuó la pelea en el patio del vecino. Petufo es un gato casero y dulce y aquello me sorprendió. Volví al trabajo y al caer la noche regresó Petufo cojeando mucho de la pata delantera. Se quejaba y vi que tenía una herida una mordida tal vez. Aún así, vino a mi regazo a que lo acariciara. Hoy lo llevaré al veterinario. Pero lo que quería contarles es que aunque no me gusta que se pelee mi gato negro, acariciándolo, pensé que me gustaba que no se amilanara o evitara la pelea con el otro gato. Que no fuera un gato de la reconciliación y la paz un gato en plan amoroso con el enemigo. Si hiciera eso tendría que cambiarle el nombre y ponerle Aramburu, pensé, y me eché a reír.

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Viernes, 19 de octubre de 2018

En España nunca se ha entendido que el castrismo no es una ideología ni un movimiento político, el castrismo es una forma de lepra social. Rebaja los estándares de civilización, de decencia, aniquila el buen gusto la respetabilidad la honorabilidad y aumenta, proporcionalmente, la bajeza, la falsedad, la vulgaridad, el fanatismo, la cobardía, la vileza y la ausencia de decoro y de rectitud moral. Su mayor propósito es convertir la sociedad de ciudadanos libres e iguales en un rebaño sumiso y degradado. Juega en nuestra contra que la especie viene del rebaño y añora el rebaño.

De parte del castrismo, además, está que todo ser humano anhela secretamente un Amo, de ser posible un Amo testicular, severo y cruelmente paternal. De ahí el éxito y el apoyo social de dictadores como Pinochet, Fidel Castro o Franco. Sus oponentes siempre fueron minorías, admitámoslo.

Ser libre y vivir libremente es difícil porque es un arte solitario y estamos hechos genética y evolutivamente para la turba y la tribu. Una sociedad libre y civilizada es una suerte de milagro, algo que no sólo hay que defender de lepras como el castrismo, también de nosotros mismos.

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Jueves, 18 de octubre de 2018

Ya he vivido este ambiente de populacho sacralizado que empieza a apestar en España. Ya he vivido el ascenso de la estupidez y el desprestigio no sólo de la verdad sino de la realidad en nombre de una afrenta ficticia y legendaria. Ya he vivido en un lugar donde lo real es suplantado por una demagogia con paraíso adjunto, y el uso de la razón es demonizado. Ya he vivido la criminalización de lo individual y la tribalización de lo colectivo. Ya he vivido el sacrifico de la vida a un obligatorio bien superior. Ya he vivido la ridiculización de la inteligencia y el buen gusto, y la exaltación de la fealdad. Ya he vivido la relativización de la violencia y la transformación de la violencia en razón moral. El Puño del Pueblo, el Brazo del Pueblo, la Ira del Pueblo, las Calles del Pueblo. Ya he vivido la destrucción de los poderes legislativos y jurídicos. Ya he vivido la sumisión voluntaria de las clases bienpensantes. Ya he vivido la sublimación de la vulgaridad y el lavado de cerebro en las escuelas y la infame conversión del individuo en hermano o compañero.

Vengo del futuro luminoso y conozco de primera mano su horror.

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