Estampas
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Martes, 17 de marzo de 2020
Ayer alrededor del mediodía terminé Mo y yo, una novela corta o noveleta, como decíamos en la isla pavorosa. Empecé a escribirla hace unos diez años si no recuerdo mal y ha ido esperando su momento, yo no puedo escribir según un plan eso es cosa de intelectuales, los libros tienen un momento que está asociado a los acontecimientos de tu vida no puedes escribir el libro hasta que no te pasa lo necesario para que lo escribas. Y el libro lo sabe. No es que te pase lo que pasará en el libro, lógicamente, pero ha de suceder algo que actúa como un código que abre un espacio en tu cerebro donde está resuelto el libro. Es un proceso muy curioso que conozco bien porque me ha pasado con cada uno de mis libros. Cuando se detienen no es porque yo no encuentre soluciones literarias o las palabras adecuadas es porque no he vivido algo necesario para la vida del libro. Y hasta que no lo vivo, no lo puedo concluir.

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Sábado, 14 de marzo de 2020
Voy al mercado y algunas estanterías vacías. No hay jabón para ducharse ni papel de baño. Si algo he aprendido con lo de la plaga es que los españoles están decididos a morir con el culo limpio. Pregunto a las empleadas y todas me dicen repondremos ¡qué maravilla el capitalismo! Repondremos. En la verdulería no hay patatas, pero mi verdulera me dice que llegará por la tarde el camión de abastecimiento. Que vuelva mañana, pero temprano, porque las turbas enloquecidas arrasarán enseguida. Nadie lleva mascarilla y todo se ve más o menos normal excepto las estanterías vacías y que todos nos esquivamos un poco: si la cosa empeora primero se perderá la educación, después la piedad.
Me limpié el culo veintiocho años en Cuba con el periódico Granma, pero, ya he vivido mucho tiempo en países libres (no hay libertad sin papel sanitario no crean a ningún hijo de puta que diga otra cosa sobre todo no le crean si habla de dignidad y cosas así) y mi culo se ha civilizado y no creo que pudiera volver a limpiarme con papel de periódico. Lo único que tenía bueno de limpiarse con el periódico Granma es que un día tocaba limpiarse el culo con Fidel Castro, otro con Camilo Cienfuegos o el Che Guevara, hasta con las yeguas Haydée Santamaría, Celia Sánchez o Vilma Espín me he limpiado el culo yo innúmeras veces. Eso paliaba un tanto la humillación de ser un esclavo y de vivir en la abyección que era y es vivir en Cuba. Algo es algo.

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Viernes, 13 de marzo de 2020
El mayor peligro del coronavirus para los españoles no es el coronavirus es Pedro Coronavirus. Pedro Coronavirus y sus hordas ideologizadas. Cualquier gestión, cualquier medida que se ha tomado para combatir el coronavirus en manos de Pedro Coronavirus y sus hordas ideologizadas (¡que incluyen a la Televisión Pública!) han sido gestiones y medidas ideologizadas. Cualquier gestión o medida ha estado ajustada a consideraciones ideológicos. Conozco a este tipo de gentuza y para ellos no hay nada que escape al ámbito ideológico, ni siquiera las vidas humanas. No es que Pedro Coronavirus no sea un inepto un mentiroso patológico un atorrante un analfabeto y un perfecto irresponsable, lo es. Pero, peor, es un mentiroso patológico un atorrante un analfabeto y un perfecto irresponsable ideologizado. Para este tipo de gente el primer virus a combatir es el enemigo ideológico. De ahí su guerra contra la comunidad de Madrid, gobernada por el PP, en pleno crecimiento exponencial de la plaga. De ahí su pro-vírica y anti-ciudadana celebración del 8 de Marzo. De ahí los mensajes eufóricos de sus aliados y hordas izquierdistas en general ante el positivo por coronavirus de Ortega Smith o Abascal. En Cuba, siempre me llamó la atención que, cuando entrabas en conflicto con la dictadura izquierdista, dejabas de ser inmediatamente un compañero, es decir un respetado miembro de la manada ideológica buena, humana, para convertirte en un “ciudadano”. Ciudadano en Cuba es sinónimo de escoria, de enemigo, de traidor a la humanidad. Es significativo, ¿no?
Pedro Coronavirus es el Comandante en Jefe de la epidemia y sus hordas ideologizadas sus mejores aliadas.

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Jueves, 12 de marzo de 2020
Ningún periodista (incluyendo a Orwell) o ensayista o filósofo o académico o historiador o escritor realista de cualquier tipo ha explicado con más claridad y precisión que la ficción Rebelión en la granja lo que es y significa el comunismo y el totalitarismo. Es decir, nadie ha explicado el comunismo y el totalitarismo mejor y a una mayor cantidad de personas que una ficción y un escritor de ficción. ¿Queda claro, detractores de la ficción? Dejen de incordiar.

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Miércoles, 11 de marzo de 2020
A estas alturas de nuestra historia, el cubano que crea que el régimen de Fulgencio Batista no era mejor (incluso considerando sus asesinatos extrajudiciales en tiempos de guerra) que el impuesto en Cuba por la Revolución de Fidel Castro, cualquiera que piense que Batista como persona no era mejor que Fidel o Raúl Castro, es idiota. Basta considerar lo que hubieran hecho los Castro con Batista si este asalta a tiros un cuartel en una Cuba gobernada por los Castro. No hay comparación posible entre la humanidad del gobierno de Batista (el elegido democráticamente por los cubanos, o el producto del cuartelazo, ambos) y la dictadura totalitaria, esclavista, envilecedora y criminal de los Castro.
Que la escritora Zoé Valdés haya convertido a Batista en personaje central de una de sus novelas no sólo constituye un acto de arrojo moral, también un importante paso para despejar la maraña de mentiras e invenciones que es la versión castrista de la Historia de Cuba. Desde el primer día: ¡20.000 muertos! Uno de los protagonistas más calumniados de esa Historia falseada y trucada es Fulgencio Batista. ¡Y sus casquitos! Soldados, por cierto, que eran ejemplos de decencia y pundonor comparados con los sicarios de las fuerzas represivas castristas: Ejército, Policía o miembros de organizaciones paramilitares como las Brigadas de Respuesta Rápida.
La novela de Valdés acomete una tarea fundamental para las nuevas generaciones de cubanos, cuyos cerebros han sido y son meticulosamente infectados por el castrismo. Lo hace en el más puro, gozoso, estilo Valdés, y además provista de una enorme cantidad de información de primera mano.
No se me ocurre nada más necesario y saludable para el panorama moral de la literatura cubana de hoy que una novela que humaniza, es decir hace real otra vez, a Fulgencio Batista.

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Martes, 10 de marzo de 2020
Veo Sueños al pairo, el documental. Trata del acoso y censura del músico Mike Porcel en la Cuba de los Castro. El documental, muy bien. Muchachos valientes. Pero. Cuando tratan el acto de repudio al que sometieron las turbas castro-trovadoras a la familia Porcel, recurren a una animación. Una imagen de cualquier casa pintarrajeada por la cubana chusma hubiera bastado. Abundan imágenes de la chusma cubana en acción, por otro lado. Cualquier casa pintarrajeada, cualquier ataque de las turbas envilecidas hubiera servido para ilustrar lo que padeció la familia Porcel. Y otra cosa. Es un error entrevistar solamente a guitarreros y otros seres serviles, devastados por su propia sumisión. Podían haber buscado a vecinos de la época de los actos de repudio, a ver qué decían sobre lo que hicieron o no, y por qué. Hubiera ilustrado el envilecimiento del cubano común bajo el castrismo (el de guitarreros y chusma artística semejante ya está muy visto). El único tema importante hoy para el arte y la cultura dentro de la isla es: ¿cómo nos hemos degradado tanto?
El documental se propone reivindicar a Mike Porcel. Dicen. Le leído por ahí. Loable. Tal vez. Pero hay algo enfermizo en esa posición mendigante ante los censores y los asesinos. Porcel es un hombre libre y no necesita ser reivindicado o aceptado o permitido de ninguna manera por los culpables. Que se vayan a la mierda.
Lo que pasó y pasa en Cuba y es Cuba ¡sesenta años después! se resume en esta canción de Carlos Puebla, ídolo nacional.
Yo conocía poco la obra de Mike Porcel. Y al ver el documental pensé: menos mal que al fin consiguió escapar. Vivir en Cuba es una forma de abyección y de esclavitud, como se sabe. Así que pensé, escapó. Es libre. Estupendo. Cuánto me alegro. Eso es todo lo que cuenta. ¿La isla? Mi posición de cubano libre, después de ver el documental, sigue inalterable. Puede resumirse en una frase: métanse la isla por el culo.

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Lunes, 9 de marzo de 2020
Por la mañana acababando de hacer mis abluciones me secaba las nalgas y manoseaba el pito como hago siempre es uno de los grandes placeres de la vida tocarse el pito un pájaro carpintero se posó en el árbol cercano, casi al pie de la ventana, y me quedé mirándolo era un pájaro carpintero bellísimo lleno de colorido tierras y grises dulces y pálidas maderas naranjas y hasta unas líneas rosa coral qué pájaro esbelto y altivo y lo mejor con una cresta majestuosa que lo hacía parecer un emperador; no como los pájaros carpinteros de Cuba me dije enseguida que son feos y acampesinados siempre he considerado todo lo campesino atroz yo he matado muchos pájaros carpinteros con mi tirapiedras pero a este no me hubiera atrevido a dispararle su belleza no lo permitiría me civilizaría en un instante su belleza, hasta la fauna tienen allá en su contra los indígenas no en balde están como están.

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Domingo, 8 de marzo de 2020
Tengo malas noticias (¡un día como hoy!): he perdido mi erección rechinante si me la tocas cimbra. La erección rechinante si me la tocas cimbra es la cumbre de las erecciones. Hay varios tipos de erecciones como todos sabemos. La convencional o común, que es la que se consigue en la mayoría de los casos y está muy bien. Y luego una variedad de erecciones que admiten diversos grados de blandura. Esas pollas que parece que están duras, pero si las tocas compruebas que no. Y cuando las van a meter, patinan. Para los que siempre hemos tenido erecciones rechinantes si me la tocas cimbra, las otras erecciones no son verdaderas erecciones, aunque no es cierto, sí que lo son, se puede follar con esas erecciones, de segunda, podríamos decir, perfectamente. Pero. No es lo mismo. Yo toda mi vida he tenido erecciones si me la tocas cimbra. Sin embargo, he ido comprobando en las últimas semanas que mis erecciones rechinantes si me la tocas cimbra, han llegado a su fin.
El tiempo paso y nos lleva.

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Sábado, 7 de marzo de 2020
Decía Hitchens que lo único que se interponía entre la barbarie islamista y la civilización occidental y la libertad que ella asegura era el poderío militar de USA. Tenía razón. He recordado a Hitchens al comprender que lo único que se interpone entre las fuerzas del oscurantismo totalitario chochocrático castro-chavista-tribal y la España democrática de españoles libres e iguales (lo que queda de ella), es el partido VOX. Un partido nacionalista, es verdad. Pero puestos a elegir entre un régimen castro-chavista-tribal-chochocrático y un partido español nacionalista de derechas respetuoso de la Constitución, pocas dudas.
El PSOE es ya un partido traidor a la libertad y a la igualdad de los españoles libres e iguales y el PP no consigue escapar de su mazmorra mental entre cuyas paredes lo único posible (y deseable) es llegar a ser más progre que la traidora izquierda progre.
Queda Cayetana, cierto, fenómeno anómalo en la política española, pero a ver cuánto dura; es demasiado inteligente y demasiado libre para el PP, un partido de cobardes y de comisarios del parasitismo partidista un partido que aún cree que puede existir una España de ciudadanos libres e iguales a la sombra, y contemporizando, con los regímenes antiespañoles y tribal-racistas vasco y catalán.
Pero no se puede.

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Viernes, 6 de marzo de 2020
Termino de leer Peor que la guerra de Goldhager un libro terrorífico que pone de manifiesto la naturaleza malvada y siniestra de nuestra especie. El destino del hombre es desaparecer en algún grotesco estallido asesino. Será lo mejor. Aún de Goldhager me espera su libro sobre la complicidad de la Iglesia católica con los nazis, pero necesitaba un respiro. Así que me puse a leer Verdad y mentiras de la literatura de Stephen Vizinczey. Llevaba muchos años buscando este libro y al fin, gracias a los buenos oficios de mi amigo Sergio Campos, he podido comprar un ejemplar. Aún no lo he terminado, pero ya puedo decirles que Vizinczey es el ensayista más agudo y el crítico literario más lúcido que he leído nunca.
“Hay dos clases de literatura. Una ayuda a comprender, la otra ayuda a olvidar; la primera ayuda a ser una persona libre y un ciudadano libre, la otra ayuda a la gente a manipular a los demás. Una es como la astronomía, la otra es como la astrología”.
“Si los lectores se fijan en ello, descubrirán que una de las mentiras más frecuentes en literatura es la pretensión de que duele más maltratar, torturar o matar a alguien que ser maltratado, torturado o asesinado. El corolario es que las víctimas no ponen ninguna objeción. Al contrario: comprenden, simpatizan con sus torturadores, los respetan e incluso los aman (…) ¡Qué negación del instinto de vida! ¡Qué traición de la humanidad doliente! ¡Qué modo de romantizar la sumisión temerosa!”
Esto es, curiosamente, lo mismo que pensé yo cuando terminé de leer la novela Patria, de Fernando Aramburu.
