Estampas

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Miércoles, 24 de agosto de 2022

Y qué bellamente termina el brutal libro de Wenceslao Fernández Flórez con su regreso a la España del bando nacional.

“El carabinero que debía revisar las maletas se limitó a complimentarme afectuosamente. En la sala, donde era necesario presentar la ficha de entrada, un joven falangista declaro:

–Libre.

En las barreras me esperaba un grupo de amigos. En la entrada del puente, la vieja y gloriosa bandera de España –no la bandera de un partido– pendía en la calma de la tarde. Después de un año de amarguras, en que cada hombre era un enemigo y en que cada voz era una amenaza, aquel acogimiento me conmovió (…) En el tono naturalmente afectuoso de la llegada había la ternura de la patria que protege a sus hijos, el calor de la solidaridad de millones de seres que sentí de repente a mi lado, ligado yo a ellos y ellos a mí por ese sentimiento tan confuso y tan concreto; tan complicado y tan razonable, que viene de lejos, de tan lejos que no se sabe de dónde y que va hasta la inmensa distancia de los siglos futuros. Me sentí acariciado, recogido, amparado. Mi antigua personalidad volvió a encontrarse en mí, como si estuviese allí, hacía un año, a mi espera.

Inclinado sobre la mesa, sollocé, perdido el dominio de mí mismo. Un minuto después, al querer disculpar aquella flaqueza de espíritu, el falangista cortó la frase que iba a pronunciar y me dijo cariñosamente:

–No se avergüence. Cuando vienen de allá todos los que entran lloran.

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Martes, 23 de agosto de 2022

En el espacio exterior se lloriquea mucho y reina la hipocresía la cháchara suicida y la mamalonería pacifista y progre más acendrada (Un crimen abyecto que debe ser condenado sin paliativos. El terrorismo jamás es la respuesta legítima a ninguna agresión, por brutal que sea, Editorial de El Mundo) por lo del asesinato de la hija del ideólogo racista ruso Aleksandr Duguin. Pero. Aunque lo cierto es que yo hubiera preferido que mataran al padre. O a Putin. Los ucranianos tienen todo el derecho (y digo más, la obligación) de matar a sus enemigos donde quiera que estén. Sobre todo, a los dirigentes, ideólogos y propagandistas de cualquier signo del régimen asesino ruso.

Lo peor que hicieron los cubanos (y esto los ha condenado a sesenta y tres años de dictadura comunista, y los que faltan) es haber renunciado cobardemente a matar a sus enemigos.

5087

Lunes, 22 de agosto de2022

Hace poco me puse a leer a Natalia Ginzburg, su libro Las pequeñas virtudes. Alguien me había hablado de Ginzburg. Sí, sí. Pero. Leo. Bueno. Apoteosis de cháchara sentimental y de pensamiento grupal. Y llego a este párrafo:

“Inglaterra nunca es vulgar. Conformista, pero no vulgar. Como es triste, nunca es chabacana. La vulgaridad surge de la chabacanería y de la prepotencia. Surge también del capricho”.

Me detengo. “Inglaterra nunca es vulgar”. Una frase que no quiere decir nada. “Conformista, pero no vulgar”. Frase que tampoco quiere decir nada. “Como es triste, nunca es chabacana”. Nada. “La vulgaridad nace de la chabacanería y de la prepotencia”. Nada. “Surge también del capricho”. Nada.

Un párrafo puramente literario, falso, vacío, que no quiere decir nada, que carece de asentamiento en lo real. Un párrafo que representa la falsedad y la mentira de la literatura.

La literatura debe aspirar a una escritura limpia, recta, escueta, sólida y real. Todo lo demás es cháchara sin significado y sin sentido. Así Ginzburg y su farsa.

Si sometiéramos a este fisking a la gran literatura occidental quedaría muy poco. Casi nada.

5086

Domingo, 21 de agosto de 2022

“Alrededor de ese enfermo de megalomanía que es Manuel Azaña se agrupaban fracasados que juzgaban llegado el momento propicio para saciar sus ansias de pillaje y para curar las viejas heridas de su vanidad. Una mayoría parlamentaria, en la cual había hombres procesados por robo, histéricos, analfabetos y energúmenos, cortaba cualquier discusión con el gesto rápido de buscar la pistola en un bolsillo de los pantalones. El gobierno era una sombra. (…) Aquí y allá, como chispas, aparecían los síntomas del mal que iba a estallar”.

Sigo con El terror rojo, el tremendo y muy esclarecedor libro de Wenceslao Fernández Flórez.

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Sábado, 20 de agosto de 2022

Estoy leyendo un libro brutal. El terror rojo, de Wenceslao Férnandez Flórez.

“Las ideas eran rusas, los juicios eran rusos; rusos eran los hombres llegados para dirigir las matanzas, rusas las armas, rusas las conservas que, al principio, entregaron al pueblo, rusos los nombres que se invocaban, las denominaciones de las brigadas, los originales de los grandes retratos que presidían los comicios y las deliberaciones”.

“Se dio hasta el fenómeno extraño de que aquel pueblo se lanzó a hacer la revolución sin un himno propio. Cuando un pueblo corre a matar o a morir es aconsejable examinar sus canciones para saber lo que quiere, para conocer el estado de su espíritu. Aquellas multitudes entonaban La Internacional o un himno que dice: Somos hijos de Lenin. Hasta su No pasarán es francés. Y yo vi por las calles de Madrid, en pleno verano, milicianos orgullosos de ostentar gorros rusos de piel y blusas de mujik. El Viva España era un grito subversivo. Todo era Rusia. No había nada más que lo de Rusia”.

Aún no lo he terminado, pero ya he llegado a la conclusión de que Franco fue a fin de cuentas el mal menor.

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Viernes, 19 de agosto de 2022

Hay libros sagrados. Yo tengo muchos: El Quijote, Peter Pan y Wendy, Ferdydurke, Viaje a La Habana, Antes que anochezca, Maestros antiguos, Verdad y mentiras en la literatura, Gargantúa y Pantagruel, Vamps and Tramps, La promesa del alba, El Monte, Decadencia y caída de casi todo el mundo, el Diario de campaña de Martí, la Historia de mi vida, de Casanova, el Diario literario de Léautaud, por sólo nombrar algunos; ah, me olvidaba de la serie Misterio (la de Fatty y su perro Buster) de Enid Blyton. Sagrados para mí. Pero. Usted puede quemarlos, cagarse en ellos, o lo que le plazca. Eso no afectará mi veneración, ni despertará mi furia, homicida o no. Hay muchos libros sagrados, repito. Pero ninguno religioso.

Ningún libro que pretenda ser depositario de una VERDAD única e incontestable es sagrado. Los únicos libros sagrados son aquellos que llaman a los hombres al ejercicio de la Libertad y la Belleza.

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Jueves, 18 de agosto de 2022


Todo lo que nos dijeron era mentira.


(Imagen, cortesía de Ricardo Vega)

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Miércoles, 17 de agosto de 2022

Llega a mis cándidos oídos lo del micropene de Benicio del Toro. Y que Cuba es el sitio donde busca (y encuentra) alivio a su lamentable condición. Eso explica un poco, supongo, el castrismo de Benicio del Toro. Debe ser muy sufrido andar por el mundo siendo Del Toro y con un micropene. Me encanta ver actuar a Benicio del Toro. Un gran actor. Pero. Ahora ya no podré verlo sin pensar en su micropene.

No será lo mismo.

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Martes, 16 de agosto de 2022

Estamos sentados a la mesa de la cocina, he sacado quesos galletas lomito ibérico y un vino mestizo Albariño y Godello. Hace calor, pero no mucho. Hablamos de cosas sin importancia ah me olvidaba también hay un cuenco con olivas. Es algo que hacemos a menudo, que hemos hecho cientos de veces. Comemos y bebemos, frente a frente. El aire anuncia lluvia. Ella se ha puesto a dibujar en el iPap y yo pienso en lo que cocinaré de aquí a un rato, algo sencillo pescado al vapor y arroz de jazmín. Prepararé además una ensalada de tomate y queso fresco.

Puede ser que alguien sea más feliz, pero lo dudo.

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Lunes, 15 de agosto de 2022

Regreso y han acuchillado al escritor Salman Rushdie. Otro crimen religioso y musulmán. Cada vez que matan los adictos (la fe sin dudas es adicción, Rushdie) religiosos musulmanes hay que repetir lo mismo. Son crímenes religiosos. Son crímenes musulmanes. El islam es una adicción, ser islamista es como ser adicto a la cocaína. Pero mucho peor.

Los adictos a la cocaína (u otras drogas) creen en el mundo que les procura la droga. Las drogas dan superioridad al drogadicto, ordenan su existencia. Así el islam a los adictos.

Los drogadictos a la cocaína no quieren convertir el mundo en un mundo de drogatas. Los adictos a la cocaína no te declaran infiel a la cocaína, y en consecuencia, asesinable. Los adictos a la cocaína no consideran a las mujeres inferiores y apaleables (y todas putas), los adictos a la cocaína no emigran a otros países e intentan convertirlos en estados cocainómanos. La adicción al islam es peor que la adicción a la cocaína. A pesar de esto, el islam es permitido, legal, y levanta sus centros de adicción por toda Europa, impunemente. Incluso hay un adoctrinamiento social y cultural a cargo de las autoridades de los países invadidos, que castiga lo que ellos denominan “islamofobia”, e incluso enseñan en las escuelas de los países libres y civilizados el islam, es decir la adicción al islam.

¡Un mundo de locos! Dirán algunos. Pero. No. Un mundo de políticos y de gobiernos corruptos y cobardes que se han rendido ante la adicción al islam y han renunciado a defender a sus ciudadanos de la siniestra antihumana y asesina adicción al islam. Hasta tal punto, que ni siquiera la prensa occidental se atreve a señalar o nombrar al enemigo.

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