Estampas

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Martes, 23 de diciembre de 2025

Mañana es Nochebuena. El día de Nochebuena es siempre aquel día de Nochebuena de la infancia. Este día:

Aquello era la alegría. Eso que después uno se ha pasado la vida buscando con palabras estaba ahí, de forma natural, impregnándolo todo como si fuera el alma misma de la materia con que está hecho el mundo. Se anunciaba como una brisa dulzona, desde semanas antes. En el ambiente general, en la actitud de la gente, en las risas y en las miradas. Y en el tono de la voz de los locutores de la radio, y en las canciones y en los adornos que resplandecían en las tiendas del centro de la ciudad.

Nos embargaba una extraña ansiedad y la miseria retrocedía como un ejército en desbandada; no es que hubiera menos miseria (o sí, durante aquella época disfrutábamos de muchos productos que desaparecían durante el resto del año), pero de alguna manera se revestía de unos ropajes y una fragancia que la hacían enormemente más llevadera.

Cuando al fin arribaba el día esperado, la actividad comenzaba bien temprano; yo y mis hermanos dábamos carreras de un lado a otro por encargo de mi madre: al puesto de Higinio a comprar lechugas o rábanos, o a casa de una vecina para que nos prestara una fuente. Al atardecer, nos bañábamos y acicalábamos con nuestra mejor ropa. Bien embetunados y cepillados los zapatos para disimular los desgastes. Las camisas de guinga bien planchadas y almidonadas, los pantalones con la raya impecable. Las medias sin agujeros o con los agujeros bien remendados. ¡Restriéguense bien los codos y las rodillas! Ordenaba mi madre asomando la cabeza por encima de la puerta del baño. Para terminar Mima nos entalcaba, peinaba y nos ponía un poco de agua de colonia en el pelo.

Cuando la temperatura se hacía más agradable, a las cinco o las seis, despejábamos el patio e instalábamos dos mesas unidas (la nuestra y la de algún vecino), poníamos los manteles de hule, organizábamos las sillas, los platos y metíamos las botellas de cerveza y refrescos en un tanque de metal con hielo. La llegada de mi padre constituía el gran acontecimiento. Venía cargado de turrones españoles (jijona, alicante, yema) manzanas de California, peras y melocotones enlatados, membrillo, queso blanco, botellas de vino y sidra El Gaitero, pan fresco, palitroques, dátiles, nueces, avellanas y otro montón de maravillas. Lo recibíamos a grito pelado, saltando y alborotando y nos peleábamos por ayudar a cargar los tesoros que transportaba. El reía y se le iluminaban los ojos y se hacía el enfadado: Pero que chillería es esa… vamos, vamos… Cuidado, cuidado que van a romper alguna cosa…

Mi madre reinaba en la cocina y de ella emanaban suntuosos aromas. Crujían los ajos, susurraban las cebollas, supuraban los tomates, rechinaban las patatas. Tenía que echarnos constantemente pues nuestras incursiones para robar alguna golosina, trozos de cualquier cosa que se pudiera tragar, no cesaban un instante. Todo era risa y goce caracoleante.

Un poquito de vino por aquí, una cerveza por allá, un sorbo de sidra acullá y los rostros de los mayores se acaloraban y adquirían un suculento tono atomatado. Venían las tías, los tíos y los primos, la abuela María Blanco. Los vecinos desfilaban por casa a brindar por tiempos mejores. En la radio sonaba el Benny, Blanca Rosa Gil, Vicentino Valdés, el Trío Matamoros, Barbarito Diez, María Teresa Vera, Tito Gómez, voy por la vereda tropical… y por supuesto Panchito Riset, el preferido de mi madre. ¿Qué atmósfera mágica se instalaba en nuestra miseria? ¿Qué nobleza descendía del cielo? ¿Qué sensación de dicha única encontraba refugio en nuestros corazones? Sé que en ningún otro momento de mi vida he sido más feliz, en ningún otro momento mi vida ha tenido más sentido. O mejor, no ha necesitado sentido alguno. Mi existencia no requería justificación. Yo era.

Ya alta la noche, estallaban bengalas, cohetes. La pandilla hacía explotar petardos y bombitas frente a la casa. ¡Cuidado muchachos que se van a sacar un ojo! ¡Qué niños estos virgen santísima! Gritaba mi madre. Del cielo del barrio descendía un fulgor que todo lo contaminaba, como si un dios benévolo vertiera sobre nuestras cabezas el polvo de un millón de estrellas.

Recuerdo, sobre todas las demás, una Nochebuena en la que mi padre y mi madre bailaron. Ninguna mujer sobre la tierra ha sido ni será más bella. Ningún hombre sobre la tierra ha sido jamás más elegante, más apuesto y grácil. Flotaban en la música ajenos al desconsolado futuro y a la muerte en tierras lejanas.

Nosotros, sentados en el suelo, silenciosos, sin atrevernos a mover un músculo para no romper el hechizo, los contemplábamos arrobados.

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Lunes, 22 de diciembre de 2025

“Con el tiempo, el saqueo, la destrucción intencional de los monumentos del pasado preislámico y la conversión o expulsión de la población cristiana por parte de los conquistadores borró muchos de los vestigios culturales de esta civilización naciente que sólo la arqueología reciente ha recobrado en parte. Tenemos relativamente pocos textos de la España visigoda. Tenemos menciones de bellas iglesias que han desaparecido. Hoy día, los restos de pequeñas iglesias mozárabes pueden encontrarse solamente fuera del antiguo al-Andalus, y ninguna de ella en centros urbanos principales. Además la escultura y la pintura decorativa en los lugares públicos del mundo hispano–romano–visigodo desaparecieron, como era de esperarse del arte bajo una religión que prohibía la representación física y consideraba la escultura una manifestación de idolatría”.

Como puede verse, los efectos de la imposición del islam son comparables a un devastador terremoto combinado con una epidemia de peste bubónica.

Sigo con El mito del Paraíso Andalusí.

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Domingo, 21 de diciembre de 2025

He puesto el arbolito e ido al mercado a hacer las compras y lo he hecho imbuido de una luz excesiva. Soy un descreído como saben y un pesimista pero estos días no puedo evitar que en ocasiones, sólo en ocasiones, me alcance esa luz excesiva. La misma a la que se refiere Citati cuando nos cuenta que hubo un tiempo en que los griegos, los dioses y los héroes vivían juntos. “Descendían de la misma raza; llevaban una existencia compartida; celebraban en común «comidas y asambleas». Un tiempo en que los seres humanos veían a los dioses en «su semblante», en « su esplendor», sin temor a aquellos miembros inmensos, a aquellas miradas terribles, a aquellas voces sobrehumanas, a aquella luz excesiva”.

Esa luz excesiva.

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Sábado, 20 de diciembre de 2025

Leo que han estado robando camiones con “votos por correo”. Una forma de fraude electoral como otra cualquiera. Digamos el río de dinero que fluye en el momento preciso hacia los funcionarios del gobierno y los jóvenes, en forma de aumentos de sueldo o abonos. No hablemos ya de que el Gobierno controle organizaciones como INDRA, cuyo software procesa la información final del resultado de las elecciones. O poner al frente de Correos ¡voten por correo! a un amigo del presidente.

Robar elecciones está de moda no sólo en España, en California el Partido Demócrata he declarado ilegal pedir una identificación al votante que acude a las urnas, de esta manera puede votar quien quiera las veces que quiera para facilitar así la participación de inmigrantes ilegales que votarán demócrata con el ojo puesto en las ayudas que reciben. Esta es una forma de fraude electoral postdemocrático, que diría un literato, comparada con el método Maduro o Castro, que es más burdo.

He escuchado a algunos tertulianos progres argumentando que no, que los robos a camiones de correos fueron vulgares robos de cuatreros en busca de dinero, nada que ver con alterar resultados electorales. Como si el “hagan como que parezca un robo”, no fuera un clásico del manual de resistencia, perdón, de delincuencia.

Pero lo que quería decir es que los gobiernos de izquierdas con ínfulas autocráticas, como el de Sánchez, desembocan por fuerza en el fraude electoral. Sánchez se aferra al Poder porque necesita tiempo para culminar su plan de emputecimiento de las instituciones españolas. Y esto incluye, lógicamente, el sistema electoral. Pensar otra cosa es una peligrosa ingenuidad.


Las manos de Cerdán

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Viernes, 19 de diciembre de 2025

“Muchos historiadores, especialmente en el mundo angloparlante, menosprecian la cultura del reino visigodo –que, como veremos, era superior a la de los invasores, quienes eran en su mayoría bereberes– y no mencionan la destrucción cultural de la España hispano–visigoda. La invasión islámica se describe a menudo como algo que trajo ilustración a un desierto cultural: la llamada Edad Oscura europea. Esto va en contra de lo que la arqueología moderna y la investigación textual han confirmado: que la Edad Oscura era mucho menos oscura de lo que se dice, y bastante ilustrada cuando se la compara con la cultura musulmana antes de la conquista árabe del Cercano Oriente y de África del Norte”.

Sigo con El mito del Paraíso Andalusí

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Jueves, 18 de diciembre de 2025

He visto a una ex de Pablo Iglesias, hablaba en la tele como si las mujeres no hubieran usado jamás su belleza o sus dotes sexuales para progresar socialmente. Ignorancia y estulticia son los apellidos del mujerismo (el feminismo es otra cosa) español. La Historia demuestra que las mujeres han ascendido con frecuencia a la riqueza o al Poder, o ambas cosas, gracias al sexo. Evita Perón fue una experta felatriz, por poner un ejemplo. No tengo nada en contra de que las mujeres usen su belleza o sus habilidades sexuales (el ascensor social–bucal–vaginal, lo llamo yo) como mejor les parezca. Mi cuerpo es mío, etcétera. Estupendo. Pero que después se dediquen a estigmatizar, vilipendiar y calumniar al género sobre el cual (o debajo del cual) han trepado hasta la cómoda posición social, económica y política que disfrutan es un tanto hipócrita, ¿no?

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Miércoles, 17 de diciembre de 2025

La gripe que anda por ahí debe ser castrista. No hay forma de que escape de ella. Parece que se va, pero vuelve. Pero soy un abreu, no hay que olvidarlo. Se me pone morcillona cuando estoy frente al enemigo. Sigo con el gran libro de Fernández–Morera sobre la estafa andalusí musulmana y en cuanto lo acabe tengo esperando a Rafael Cansinos, sus diarios de los años 44, 45 y 46.

Adelante, adelante, en algún lugar ha de estar el fin del mundo. Que decía la gran Szymborska.

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Martes, 16 de diiembre de 2025

“Abd al Rahman I demolió la basílica cristiana de San Vicente para construir sobre ella su mezquita, como nos dicen las fuentes musulmanas y corroboran las investigaciones de arqueólogos españoles. Los conquistadores islámicos usaron la fachada de San Vicente para la fachada de su mezquita. También canibalizaron columnas y otros materiales de construcción de iglesias hispano–romanas visigodas. También adoptaron para la mezquita la técnica romana de alternar ladrillos rojos y piedra blanca en los arcos. Esta alternancia puede verse todavía en algunos acueductos romanos de España, como el Acueducto de los Milagros de Mérida. Los arcos de herradura de la mezquita imitaban los arcos de herradura griegos, romanos y visigodos. Los mosaicos de la mezquita eran de manufactura griega”.

“Con justicia poética, en 1238 el Rey Fernando III El Conquistador transformó la mezquita en una iglesia cristiana: es ahora la Catedral de Córdoba. Sin embargo, muchos españoles, «fiables» medios de información como Wikipedia y Google, las guías turísticas y aun algunos académicos hoy día llaman a la catedral de Córdoba –contra toda lógica y contra los hechos históricos– la «mezquita de Córdoba», o, en una combinación conceptualmente oximorónica, «la mezquita–catedral de Córdoba».

“Como había ocurrido en el Oriente, las mentes más brillantes en al-Andalus, como el médico Arib Ibn Said, eran de familias cristianas conversas, como señala Reinhardt Dozy. Maíllo Salgado observa que Ibn Hazm y también probablemente Ibn Rushd (Averroes) eran de familias cristianas conversas. El astrolabio, a menudo atribuido a al-Andalus, es una invención griega (y el sistema de navegación llamado «astrolabio marinero» fue descrito primero por el genial fraile, filósofo, inventor y mártir cristiano mallorquín Ramón Lull en 1295, veinte años antes de morir apedreado en el norte de África por predicar el cristianismo en una tierra islámica)”.

Sigo con El mito del Paraíso Andalusí.

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Lunes, 15 de diciembre de 2025

Leo con gran provecho y enorme disfrute El mito del paraíso Andalusí. Es un libro que me recuerda, por su valentía, su lucidez, su erudición y su apego a la verdad, al de Elvira Roca Barea sobre las mentiras y venenosos embustes referidos a la Leyenda Negra española. ¡Durante siglos! Hemos leído mucho y visto mucho en películas, el supuesto esplendor que trajeron los árabes a España al invadirla y de los famosos ocho siglos (que para empezar no fueron ocho, sino cinco y medio) de refinamiento, tecnología y cultura que generosamente trasmitieron a sus brutos conquistados. Todo es falso. En verdad las hordas islámicas, la mayoría bereberes del desierto esclavizados y convertidos al islam bajo pena de muerte, se encontró al llegar a la España visigoda una cultura y una civilización muy superior a la que traían los bárbaros conquistadores.

No saben cuánto estoy disfrutando este libro. Corran a leerlo, si aman la civilización occidental (la única que existe) comprenderán que la rendición que tiene lugar actualmente ante la Invasión islámica no es nada nuevo. Llevamos siglos mintiéndonos acerca del Islam con la abyecta complicidad de la academia anglosajona y de intelectuales e instituciones culturales norteamericanas y europeas dedicadas a propagar las fantasías de una superioridad cultural, científica y tecnológica musulmana. Que nunca existió. Supongo que habrá mucho dinero en lo de los estudios islámicos. Pero aún así me resulta incomprensible tanta sumisión intelectual.

“La a menudo repetida afirmación de que el islam «preservó» los conocimientos griegos y romanos y luego los pasó graciosamente a Europa no tiene fundamento alguno. Los antiguos textos griegos y la cultura griega nunca se «perdieron» para ser de alguna manera. «recuperados» y trasmitidos por eruditos musulmanes, como tantos historiadores académicos y periodistas continúan escribiendo. Estos textos siempre estuvieron allí, preservados, estudiados y comentados por los monjes y los eruditos laicos del cristiano Imperio romano griego, y fueron pasados a Europa y al califato islámico en varias ocasiones”.

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Domingo, 14 de diciembre de 2025

Han vuelto a matar los asesinos religiosos musulmanes, esta vez en Sidney. En una playa donde tenía lugar una celebración judía. No es la religión, no son musulmanes son islamistas (a ver tarugos, las dos palabras quieren decirlo mismo), no caigamos en la islamofobia, seamos empáticos, todos somos iguales,“diversity is our strength”; estas y otras complicidades, estupideces y cobardías clamará la progresía española. Y la crápula izquierdista mundial.

Ante esta espantosa noticia religiosa, sólo me proporciona algún consuelo que las fuerzas armas de Israel mataran ayer a Raad Saad “número dos” de Hamás en Gaza y personaje clave en la planificación de la matanza del 7 de Octubre.

Al menos alguna buena noticia.

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