Estampas
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Lunes, 2 de septiembre de 2024
Las cinco de la tarde. Me levanto a estirar las piernas. Voy hasta mi butacón de leer y acaricio al perro. Pensaba terminar hoy el libro de De Romilly, pero me senté a escribir (bueno, a reescribir) desde temprano y no he parado. Quiero que Una educación sexual, mi “manual” de superación sexual, salga este mes.
“Cuando a finales de 2009 le pedí que escribiera en Factual le di incrustado en el título lo que en realidad quería: Una educación sexual. No quería una columna ni crónicas ni nada por el estilo. Ni siquiera lecciones. Quería sus exhibiciones, obviamente prácticas. Cumplió. Vaya si cumplió”. Dice Espada, a quien tanto (casi todo) debe este libro, en el prólogo.
Vayan preparándose.

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Domimgo, 1 de septiembre de 2024
El llamado arte de la comida, tan jaleado en la España de hoy, no es y nunca será arte. Por una simple razón: ningún gran arte tiene como fin y destino ineludible convertirse en mierda. Que es lo que sucede con cualquier plato por sofisticado, creativo y hasta hermoso que sea. Cierto que una receta puede perdurar. Pero. No es un objeto artístico. El sentido del arte, pensemos lo que pensemos sobre el arte, es convertir en algo perdurable la materia efímera e inanimada, ya sea papel cubierto de letras o de notas musicales, o un trozo de tela pintada.
El arte efímero no existe. El arte aspira a la belleza, pero también e indisolublemente, a la perdurabilidad.

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Sábado, 31 de agosto de 2024
Estoy leyendo un libro delicioso, Muros de Troya, playas de Ítaca, de Jacqueline de Romilly. Sabrán ustedes que Ilíada y Odisea han sido y son mis fundamentales libros de cabecera. En verdad, la literatura no sólo nace en Homero también muere en Homero. Para gente como yo, el libro de la señora Romilly es maravilloso porque permite acercarse de una manera limpia y familiar al mundo homérico. Acercarse tanto, que leyéndolo he sentido en el rostro el aliento del ponto inabarcable.

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Viernes, 30 de agosto de 2024
Mi consejo a los jóvenes escritores heterosexuales españoles es que comiencen a hormonarse lo antes posible y llegado el momento se pongan tetas y vagina (o lo que sea que les ponen), es decir se corten el rabo. Es la única manera de encontrar editor para publicar sus libros. Yo, a pesar de mi edad, estoy considerándolo muy seriamente. Eso sí, después de completar el cambio de sexo, me metería de inmediato a tortillera. Por cumplir un viejo sueño de todo heterosexual (ser tortillera por un tiempo), pero además porque de tortillera tienes aún más posibilidades de publicar.
Ya lo dijo Shakespeare: “Brindémonos a la época tal y como ella nos ansía”.

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Jueves, 29 de agosto de 2024
Esto, otra vez, porque al releerlo comprendo que es y será hasta el final el lema de mi casa.
Domingo, 13 de agosto (2017).– En las campiñas francesas, sentado bajo un plátano gigante, pienso en la imbecilidad humana y pienso en que lo humano en general es imbecilidad y es bajeza y vanidad y es siniestro transcurrir circular: véase el retorno del nacionalismo a Europa. A mis oídos llega el rumor del río a dos pasos como se dice y se ha levantado una brisa huesuda y terminal. Y pienso, mirándola, (he quitado los ojos del libro) en la llamada realidad en lo ilusoria que es, nadie verá el mundo nadie sentirá el mundo como lo siento yo ahora aquí instalado bajo el monstruoso plátano, nadie lo verá o sentirá de esta manera jamás. No hay salvación ni significado ni designio ni destino ni presencia oculta ni sentido ni paz ni orden ni consuelo ni viaje ni escapatoria sólo hay un hombre que mezcla palabras sentado bajo un árbol y se ha levantado una brisa huesuda y terminal.

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Martes, 27 de agosto de 2024
“Moderation is a propaganda word for censorship.”
Elon Musk.
Cuánta razón.

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Lunes, 26 de agosto de 2024
Camino del mercado las calles vacías. Mucho calor. Hoy me puse la camiseta fresquita que compré en Salamanca. Leo como veinte o treinta páginas de un libro de László Krasznahorkai. Un húngaro. Mas o menos mi edad. Bien escrito. Bien traducido, quiero decir. Pero. Demasiadas oraciones subordinadas. Lo dejo. No puedo ya con ese tipo de cosas. Compro jamón y queso y en mi cerebro la xarcutera me dice qué ganas tengo de que me la metas. Qué maravilla mi cerebro. Compro un filete de salmón noruego, lo haré al horno.
Es lo que decía ayer aquí, los hombres heterosexuales necesitamos una Ley que nos asegure y facilite el sexo casual y a discreción. ¿Es que vamos a ser los únicos españoles sin derechos?

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Domingo, 25 de agosto de 2024
Este verano, en los viajes, comenzó en Oporto o cerca, me vino la idea de que sería justo, dado el mundo cada vez más mujerista tortillero y mariquita que padecemos, que los hombres heterosexuales disfrutáramos por ley de una cuota de sexo asegurado. No es culpa nuestra que necesitemos más sexo, la Evolución así lo dispuso. La mayoría de nuestros problemas provienen de no tener todo el sexo que necesitamos. Ya existen muchas leyes en España que favorecen a la mujer, ¿por qué no una ley que nos favorezca a los hombres heterosexuales, que, es algo probado, necesitamos más sexo que las mujeres?
Hace poco vi un documental sobre la vida del pintor Edward Hooper y era muy triste y diría que hasta trágico lo poco que folló Hooper, lo pobre que fue su vida sexual. Cómo lo chantajeaba y torturaba (sí, torturaba) su mujer limitándole el acceso al coño. Lo que, a mi juicio, se refleja claramente en su pintura. No hay goce carnal en la pintura de Hooper. Los hombres heterosexuales no tienen nunca el sexo que necesitan. La vida de los hombres heterosexuales es, en general, una vida no suficientemente follada. Y con la actual apoteosis social de tortillerismo, pajarismo y mujerismo, ya hasta se ve mal mencionarlo. Sé que es complicado, pero pensar al menos en buscar una solución sería un buen comienzo.

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Sábado, 24 de agosto de 2024
Leo que hay un vasco, tenía que ser, compitiendo en Finlandia, tenía que ser, en el Campeonato Mundial de Tree–Hugging (Abrazaárboles). Lean el artículo y abandonen toda esperanza: la Civilización Occidental llega a su fin. Los africanos y los musulmanes invadiéndonos y nosotros abrazando árboles.
Al margen de eso, si yo fuera hasta Laponia (pero ni bajo amenaza de muerte iría yo a Laponia) ganaría ese concurso. Tengo experiencia en establecer con árboles la mayor más completa y espiritual de las relaciones. Admito que con un árbol de tronco duro de la Laponia resultaría algo más complicado, pero no imposible; algo se me ocurriría. Allá en mi juventud pavorosa abríamos un agujero en el tronco de un plátano o banano y metíamos el pito en busca de placer sexual; ¿y no es indiscutible que esto constituye un tipo de compenetración y hermandad entre hombre y árbol mucho mayor y completa que la obtenida si te limitas a abrazar el árbol?
Y el que diga lo contrario es un ignorante, un magufo, un perroflauta y un clásico mamalón blanco occidental suicida.

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Viernes, 23 de agosto de 2024
Donde quiera que mire en Estocolmo, gente tatuada. Pieles jóvenes y hermosas marcadas (brand) en nombre de la moda y la pertenencia a una manada. Como reses. No hay diferencia alguna entre una res marcada y una persona marcada. En ambos casos significa que quien las lleva pertenece a alguien, ya sea un rancho o un colectivo social (sea eso lo que sea). El caso de la persona marcada es más insano que el de la res porque a la pobre res se le marca contra su voluntad.
Antes sí, pero ahora (creo) no me follaría a una mujer tatuada. Lo mismo que antes sí, pero ya no follo vacas. Tal vez con un tatuaje pequeñito entre las nalgas o en una teta, transija. Pero a partir de eso que se las folle otro.
