Estampas

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23 de junio de 2017

De lo más humillante del envejecer es lo del mear. Antes yo meaba un gran chorro largo y grueso y continuo era un gran placer mear. Ya no. Ahora meo a retazos, como un artilugio que falla eso exactamente es lo que es y tardo en mear el doble o el triple de lo que demoraba antes. Trato de no prestarle mucha atención pero mear se hace más y más penoso por lo que va teniendo de humillación y porque la cosa no puede más que empeorar. Es normal, la próstata bien, dice el médico. Es normal. Dice. Uno se va estropeando y muriendo y es de lo más normal.

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22 de junio de 2017

Kertész: Europa pronto sucumbirá por su antiguo liberalismo, que se ha revelado suicida y pueril. Europa ha creado a Hitler y después de Hitler se ha quedado sin argumentos: se han abierto las puertas al islam, ya no se atreven a hablar de razas y de religiones, mientras que el islam no conoce otra lengua que la del odio a otras razas y religiones.

Es la mejor forma, esta de Kertész, para definir la actitud europea ante la invasión del islam: suicida y pueril.

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21 de junio de 2017

La última posada está dividido en cuatro partes y un óbito. La segunda y la cuarta parte, que dan título al libro, están escritas en tercera persona. Dejan de ser un diario. El resultado es prescindible. Paso de largo, a la carrera, diríamos, por estas dos partes. Quiere novelar Kertész y desprecia y considera “superfluo” el poderoso e iluminador íntimo anotar su decadencia física su vejez su proximidad inexorable al fin. Cree que ese anotar a ras del cuerpo no es creativo. Se debate. No se da cuenta de que ese apuntar “no creativo” es su mejor novela lo que son las cosas.

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20 de junio de 2017

Kertész: Todo gran arte tiene un rasgo obstinado, insobornable, casi podría decirse testarudo, que en el más pequeño parece un error y que, en general, incluso se corrige y hasta se hace desaparecer; sin embargo, el gran arte es grande precisamente por eso que parece insostenible y por aferrarse tenazmente a ello.

Sigo por Kertész con gran apetito y es excelso el alimento que recibo como pueden ver.

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19 de junio de 2017

Dice Léautaud: Un escritor como Dostoievski ha estropeado a gente como Gide, como Duhamel. Es una literatura de enfermo, de epiléptico, de tarado. Es cuestión de higiene intelectual mantenerse alejado de ella, desistir de conocerla. Es una literatura de choza, bien para los rusos, esos cerebros enfermos, débiles, resignados, fatalistas, huidizos. Es una literatura de la que hay que huir, cuando se tiene un espíritu claro, audaz, libre. No sólo de la que hay que huir, sino a la que hay que detestar.

Leí a Dostoievski muy joven y me impresionó considerablemente. Pero. Ahora debo leerlo otra vez o al menos algo de lo que leí en aquellos tiempos. No puedo seguir adelante como si no pasara nada después de conocer la opinión de Léautaud.

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18 de junio de 2017.

El Subnormal Anaranjado ha ido a Miami y ha soltado algunas paparruchas en un teatro lleno de cubanos y los cubanos se han meado de emoción y han lloriqueado sumisos como acostumbran cuando ven a un presidente norteamericano o a cualquier anglosajón en general, y se dejaron pasar la mano por el lomo felices de que los engañen una vez más. Si algún cubano de Miami o de cualquier parte del mundo se ha creído una palabra de lo dicho por el Subnormal Anaranjado en Miami (y así ha sido, muchos lo han creído) he ahí la prueba definitiva (si es que fuera necesaria a estas alturas) de que los cubanos no merece sobrevivir. Yo propongo conseguir una bomba de neutrones y lanzarla lo antes posible sobre la isla pavorosa, esa es y siempre ha sido la única solución al problema pavoroso. Ah, pero, por favor, téngase en cuenta que los cubanos (sobre todo los que se han educado y crecido y vivido mucho tiempo bajo el castrismo) se parecen cada vez más a cucarachas y existe en consecuencia la posibilidad de que alguno sobreviva al ataque con la primera bomba de neutrones así que lo sensato sería lanzar al menos dos. La isla quedaría por fin desinfectada gracias a las civilizadoras bombas y entonces podría convertirse por fin en lo que merece ser y es desde 1959: un basurero. Un basurero como anticipé en mi novela Garbageland, de obligada lectura para todo pavoroso. No sería la primera vez que la realidad copia a la literatura, como se sabe.

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17 de junio de 2017

Antes, cuando hablaba con mis amigos españoles (con los inteligentes) de Estados Unidos la idea de Estados Unidos era siempre la de la superioridad moral. Con todas las reservan que quieran, con todas las estupideces y salvajadas de rigor, pero la superioridad moral y la defensa de la libertad y la democracia en el mundo. Eran los que habían hecho renunciar a su presidente ¡por mentir!, los que habían salvado a Europa de sí misma, los que habían derrotado el comunismo, los de la justicia independiente y todo eso. El país de acogida el refugio y el baluarte de la democracia. Ahora, con el ascenso del Subnormal Anaranjado, todo eso ha cambiado. Y uno siente una gran vergüenza. Ahora a cualquier cosa positiva que se diga sobre Estados Unidos corresponde un pie de vida demoledor: pero han elegido presidente al Subnormal Anaranjado. Y ante eso uno no tiene otro remedio que bajar la cabeza y callar. Lo peor del Subnormal Anaranjado presidente es que destruye la idea de la superioridad moral de los Estados Unidos faro de libertad y la idea de Estados Unidos tierra prometida que tanto esfuerzo tanto trabajo y tanta sangre le había costado a Estados Unidos merecer.

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16 de junio de 2017

Kertész: El deseo de justicia social ha creado las injusticias sociales más graves en el mundo, y la ocupación en el destino del otro – descuidando la existencia propia – ha llevado a los asesinatos en masa más espantosos.

El libro en vez de La última posada debería llamarse la gran sabiduría o llegando al final en estado de gracia o el libro de las verdades y de lo real; se trata de un libro qué extraña joya definitivamente más allá de la infecciosa verborrea socialdemócrata.

Cómo no lo había leído yo antes qué imperdonable.

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15 de junio de 2017

Kertész: No hace mucho seguí por televisión una penosa tertulia y me enteré de lo que piensa la élite intelectual. Sloterdijk, Peymann, Safranski y un alemán nacionalizado estadounidense hablaban sobre la situación mundial, sobre el estado del mundo, en primer lugar sobre lo ocurrido en Afganistán, sobre el “imperio” americano, al que comparaban con Roma. Sobre todo Peymann llamaba la atención por su descaro y su ignorancia. Vamos a ver: ¿en qué se parecen Roma y Estados Unidos? ¿Y de qué Roma se está hablando? ¿De la de Julio César? ¿De la de Constantino? En el curso de la conversación acusó de la forma más descarada a Estados Unidos de lo ocurrido, y también, como no podía ser de otra manera, a Israel. La arrogante sonrisa, la arrogante sonrisa de la cultura europea frente a la brutal América; oh, Alemania, que ha recuperado su superioridad moral. Qué bonito es todo esto. Veo claramente que el trabajo interrumpido de Hitler será acabado con la ayuda de los europeos: exterminarán a los judíos, y luego no habrá piedad, no habrá escapatoria. Como si el hilo conductor de la historia pasara por más y más estaciones hasta llegar a su gran meta: el exterminio de los judíos.

Leo esto tan cierto y tan acertado y tan intelectualidad española también y comprendo mejor por qué me alegro tanto cuando me entero de que Israel ha adquirido un nuevo submarino lleno de misiles nucleares. Ahora ya no será tan fácil aniquilarlos y como a los intelectuales europeos si les quitan el after shave de Chanel se desmayan tal vez tengan hasta que renunciar a su corazoncito nazi.

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14 de junio de 2017

Kertész sobrevivió a los campos de concentración de Auschwitz y Buchenwald. Mientras más leo sobre los nazis por cierto más me parece difícil ser alemán. Para mí sería muy difícil ser alemán. Siento un rechazo por lo alemán. Tanto, que una vez estaba de vacaciones en África y estaba en un bote en el mar y en la embarcación unas alemanas (muy desagradables y soberbias también es verdad) entre otros y rogué cuando se lanzaron esas alemanas a las aguas tibias de aquel mar de Zanzíbar que aparecieran unos enormes tiburones judíos e hicieran un poco de justicia. Pero no aparecieron ya saben ustedes cómo es el mundo de imperfecto.

Sigo leyendo a Kertész: La vejez, nunca lo había pensado, empieza de golpe. De un día para otro, casi de un instante a otro.

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