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Sábado, 20 de diciembre de 2025

Leo que han estado robando camiones con “votos por correo”. Una forma de fraude electoral como otra cualquiera. Digamos el río de dinero que fluye en el momento preciso hacia los funcionarios del gobierno y los jóvenes, en forma de aumentos de sueldo o abonos. No hablemos ya de que el Gobierno controle organizaciones como INDRA, cuyo software procesa la información final del resultado de las elecciones. O poner al frente de Correos ¡voten por correo! a un amigo del presidente.

Robar elecciones está de moda no sólo en España, en California el Partido Demócrata he declarado ilegal pedir una identificación al votante que acude a las urnas, de esta manera puede votar quien quiera las veces que quiera para facilitar así la participación de inmigrantes ilegales que votarán demócrata con el ojo puesto en las ayudas que reciben. Esta es una forma de fraude electoral postdemocrático, que diría un literato, comparada con el método Maduro o Castro, que es más burdo.

He escuchado a algunos tertulianos progres argumentando que no, que los robos a camiones de correos fueron vulgares robos de cuatreros en busca de dinero, nada que ver con alterar resultados electorales. Como si el “hagan como que parezca un robo”, no fuera un clásico del manual de resistencia, perdón, de delincuencia.

Pero lo que quería decir es que los gobiernos de izquierdas con ínfulas autocráticas, como el de Sánchez, desembocan por fuerza en el fraude electoral. Sánchez se aferra al Poder porque necesita tiempo para culminar su plan de emputecimiento de las instituciones españolas. Y esto incluye, lógicamente, el sistema electoral. Pensar otra cosa es una peligrosa ingenuidad.

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© Juan Abreu, 2006-2019