6136
Domingo, 26 de octubre de 2025
Siempre he dormido bien, no recuerdo ningún momento de mi vida en que me haya costado dormir. Lo normal (para mí) es poner la cabeza en la almohada y quedarme dormido. Si no sucede en el acto, pienso en alguna cosa agradable, que no tenga que ver con memorias sexuales, eso sí, porque entonces se me va poniendo dura y una vez mi pito adquiere una consistencia pétrea, tengo que esforzarme en pensar en otra cosa, y hasta que no pierdo la erección no puedo quedarme dormido. Nunca fantaseo con iconos sexuales (Bellucci) ni nada de eso, siempre que se inmiscuye alguna escena de sexo en mi cerebro antes de dormir, está relacionada a mis propias experiencias, a las incidencias del sexo con alguien con quien me gustó mucho follar. No me lo propongo, sencillamente aparece en mi cerebro, de la manera más vívida. Es muy agradable, pero te complica lo de dormir. Aunque no mucho la verdad y siempre es muy reconfortante tener la polla tiesa, te da confianza y ganas de vivir y vivifica y otorga sentido a la vida que no tiene ninguno, como sabemos.
No creo en eso de que recordar es volver a vivir, pero en estos casos de los que hablo un poco sí, la verdad. El cerebro es algo maravilloso y a veces amanezco percibiendo con la mayor intensidad el olor de una mujer que ha venido a mi cabeza cuando buscaba quedarme dormido y como imaginarán me refiero al olor de su coño, de su cuello o su boca.












