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Martes, 7 de octubre de 2025

Sólo falta una pregunta por hacer a propósito de la famosa Flotilla de Hamás. Es esta: ¿se folló poco o mucho en la Flotilla? A algunos no les parecerá un tema relevante, pero yo creo que lo es dada mi dedicación (he escrito todo un libro) al estudio de los vínculos entre erotismo y política. El sexo y sus dulces tensiones es indisociable de grupos humanos concentrados en ámbitos reducidos y empapados de compañerismo, eso es indiscutible. Conste que mi ánimo no es crítico, sino analítico. Qué puedo tener yo contra el follar.

En especial, me interesa el caso de Greta, a todas luces una muchacha que debe tener problemas para follar. En qué fundamento esto, bueno, en su cara de vello púbico enconado (aquí encarnado) y, sobre todo, en que a medida que pasan los años aumenta su semejanza con un gnomo. Sí, ya sé que hay gente hasta para follarse un gnomo (yo mismo, en las circunstancias adecuadas), pero es que además de su apariencia física, de la activista Greta emana un halo asexual: hasta riéndose esa pobre criatura provoca rechazo al tacto.

El sexo en la Flotilla es un tema de gran interés sociológico: se follaba de manera convencional, macho con hembra, digamos, se hacían tríos; ¿sexo bisexual, pequeñas bacanales, intercambio de parejas? ¡Hay tantas interrogantes sin respuesta! No tengo pruebas empíricas pero pienso que es muy probable y además lógico que Eros hinchara las velas de las embarcaciones de la famosa Flotilla; téngase en cuenta que en estos ambientes de compañerismo perroflauta follar con los camaradas constituye un acto revolucionario, un acto de entrega a la Causa.

En fin, que lo único que faltaba por preguntar era: ¿se folló poco o mucho en la Flotilla? Pero. Asunto resuelto. Ahora toca a sus integrantes arrojar luz sobre este capital asunto.

Y ahora, por favor, pasemos a otro tema porque lo de la Flotilla me tiene, nunca mejor dicho, hasta los huevos.

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© Juan Abreu, 2006-2019