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Martes, 2 de septiembre de 2025
Hoy, en Barcelona, siete días después de regresar de la Toscana, alrededor de las cuatro de la tarde, leyendo a Saroyan, encuentro este párrafo que tiene todo que ver con lo sucedido en los Uffizi. No sabría explicar por qué ni de qué manera, pero este párrafo explica (aunque explica no es la palabra) lo sucedido en Florencia, y tal vez lo explique todo:
“Forman parte de los gobiernos del mundo. Crean las grandes obras de beneficencia, las grandes reformas, las grandes escuelas, los grandes hospitales y asilos. Avanzan lenta y firmemente, con la ayuda de secretarias y contables, empleados y recepcionistas y hacen cosas. Hacen una cosa tras otra. Se reúnen y hablan, y después cada uno de ellos hace algo más, con ayuda de oficinistas, mecanógrafas y recaderos. Trabajan en despachos magníficos en edificios magníficos, y hacen su trabajo de acuerdo con las reglas y las costumbres. Entienden de formas y procedimientos. Hacen cosas de todo tipo, y algo consiguen, mucho incluso, pero no sirve, no sirve para nada”.
