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Viernes 8 de agosto de 2025
Han prohibido en Jumilla gracias al PP y Vox los rezos en locales municipales. Me parece muy bien. Esta prohibición debería extenderse a la vía pública, espacio común y por lo tanto laico. Los rezos sean del tipo que sean en casa o en el templo. Los espacios públicos pertenecen a los ciudadanos y a mí, gran laico, por ejemplo, no me gusta ver a decenas o cientos de musulmanes empinando el trasero en público. Rezar ha de ser un acto íntimo, llevado al espacio público se convierte en una imposición oscurantista. En su casa o en el templo, como si quieren suicidarse en masa. Pero no en público. No en el espacio ciudadano, que ha de ser laico en un Estado laico. Espero que esta medida afecte a la llamada Fiesta del cordero, que es de todo menos una fiesta para los pobres corderos a los que rebanan el cuello y los dejan desangrarse de la manera más grotesca. Por qué hay que admitir esa orgía de sangre, esa barbarie en lugares públicos. Que lo hagan en privado, o en el templo. Aunque entiendo que si lo hicieran en casa o en el templo se les pondría todo perdido de sangre.
Esto de Jumilla (ampliado a cualquier espacio público) debería extenderse a toda España. Hay libertad de culto en España, cierto, pero no hay derecho a imponer religiosidades al conjunto de las ciudadanos. Se empieza así y se termina con una religión que coloniza el espacio de todos.
Por cierto, los obispo españoles se han declarado contrarios a la medida adoptada por el ayuntamiento de Jumilla, como era de esperar; ya lo advirtió Hitchens otras religiones serán las que abrirán la puerta a los bárbaros.
