6044

Jueves, 10 de julio de 2015

Hoy tengo uno de esos días en que mi padre renace y en cuanto abro los ojos decido llamar Mamacrón al presidente de Francia. Es lo primero que me viene a la cabeza. Sé que bastante tiene el pobre hombre con tener que follarse a la momia que lo abofetea en público y a saber lo que le hace en privado (ya conocen ustedes mis pervertidos cerebros así que no les sorprenderá que lo imagine con la mayor frecuencia enculado por la cónyuge arpía boxeadora equipada al efecto con un descomunal pito negro).

A veces me miro al espejo buscando a mi padre y lo encuentro de inmediato lo que me produce una gran alegría. Le agradezco muchas cosas pero creo que sobre todo le agradezco mi prodigiosa capacidad de burlarme de toda forma de autoridad y poder y el saber que la vida es un entrar y salir y que nada es serio empezando por uno mismo y que al fondo de todo por atroz y desolado que sea hay siempre una risotada y hay un niño abandonado.

Comentarios

© Juan Abreu, 2006-2019