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Sábado, 28 de junio de 2025

Se ha ido demasiado lejos. Debajo del fulgor de la Transición había un forúnculo. No se cauterizó a tiempo. Durante cuarenta años ese forúnculo ha crecido y ahora ya ese forúnculo lo infecta todo y lo envilece todo. Ya no se puede atajar el pus. El pus del nacionalismo vasco catalán. El pus de las identidades sagradas y las lenguas sagradas devenidas general purulencia gracias a la cobardía, la corrupción, y gracias a la comercialización de la igualdad de los ciudadanos españoles libres e iguales perpetrada por el PP y el PSOE. Mientras el PP y el PSOE no fueron parte de la purulencia y sólo se aprovechaban de ella para medrar y gobernar, tal vez hubo remedio. Pero ahora que el PSOE ha decidido convertirse en pus antiespañol, ya se ha ido demasiado lejos.

Estoy harto de oír en todas partes la cantinela de que “es legítimo” ser independentista. Sí. Pero. No desde las instituciones, no como funcionario o autoridad del Estado español. A nivel personal, usted puede militar en la secta que le convenga, ser parte de la ficción sentimental que lo haga feliz. Pero. ¿Hasta cuándo los españoles van a seguir comulgando con la gilipollez de que es legítimo que funcionarios españoles desde las instituciones españolas se declaren y actúen y pongan el poder derivado de las instituciones españolas al servicio del desmantelamiento de esas instituciones y al servicio de los enemigos de los españoles? Eso no es legítimo, es una imbecilidad.


Plañideras

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© Juan Abreu, 2006-2019