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Viernes, 13 de diciemre de 2024

“El hombre corriente vive de emociones más que de razonamientos y carece del interés por el saber del espíritu crítico. Lo conocimientos científicos son difíciles de comprender, las religiones, en cambio, explotan esas falencias y atraen a la gente simple, no con sus doctrinas, también complicadas y reservadas a los teólogos, sino con las explicaciones elementales del catecismo y las historias sagradas. Las religiones son capaces de crear leyendas conmovedoras; no así la ciencia ni la filosofía, del mismo modo que en política son más atractivos los regímenes demagógicos hábiles en crear relatos épicos en tanto la legalidad democrática parece fría y aburrida”.

Sigo con Dios en el laberinto de Sebreli.

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© Juan Abreu, 2006-2019