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Domingo, 12 de mayo de 2024

Leo el tremendo artículo de Espada hoy, y el tema es tan terrorífico que no escapa (el artículo) a profundas contradicciones. Cosa lógica, porque ¡el autor escribe desde el libre albedrío! Lo de la piedad, por ejemplo. ¿Un mundo con más piedad? No, porque esa conclusión sólo es posible desde el punto de vista del libre albedrío. Si será o no un mundo más piadoso, no tendrá nada que ver con la decisión de los humanos, que tendrán en cuenta la ausencia de culpabilidad que la falta de libre albedrío impone. No es válido llegar a conclusiones que hace posible la presunción del libre albedrío si sabemos que el libre albedrío no existe. Es aceptar lo no–verdadero cuando sirve a nuestra línea argumental, e ignorarlo cuando no.

Si el libre albedrío (así la libertad, el amor, el sentido de justicia, el concepto de honor, la piedad) son productos de la Evolución y la Cultura, como parece, entonces son una necesidad de la especie, algo imprescindible para sobrevivir. Una especie sin libre albedrío, sin posibilidad de decidir y elegir, es una especie condenada al Caos. Y. Muy probablemente, a la extinción. Por supuesto que el hombre debe buscar, y en un caso como este, enfrentar la verdad. Pero, ay, la Verdad es un producto cultural y en consecuencia ¡un producto del libre albedrío!

Un tema terrorífico, como digo.


Qué triste todo

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