5277

Sábado, 18 de marzo de 2023

No sólo en lo de los libros de ficción gordos también fracasé en lo de Bellucci moriré sin oler a la Bellucci no hablemos de chuparle las tetas. Leeré la mayor parte del día ya tengo libro gordo sustituto del Oppenheimer, El Mundo. Una historia de familias de Simon Sebag Montefiore. 1448 páginas. A Montefiore me lo recomendó mi amigo Melero, cosa que le agradezco mucho, Montefiore es un escritor fundamental. También espera El enano de Pär Lagerkvist, que había leído en la pavorosa y olvidado completamente hasta que me lo recordó un colega de Twitter, y luego los literatos y los líricos dicen que Twitter no sirve para nada. Es curioso que después de recibir el libro de Lagerkvist mi cerebro revivió o activó o electrificó o lo que haga el cerebro, una sensación que estoy seguro de que es la sensación que me dejó la lectura de Lagerkvist en la pavorosa ¡hace más de cuarenta años! Cuando pasan estas cosas aumenta mi convencimiento de que Dios no existe y que nos aguarda la extinción animal qué Dios permitiría que se pudriera y fuera devorado por gusanos un cerebro humano capaz de tal proeza. Y hablo de mi cerebro, un cerebro común y corriente del montón, no digamos ya el cerebro de Openheimer o Montefiore.

Hace días que tengo el estómago lleno de gases algo muy molesto. He puesto comida a los pájaros me he bebido una cerveza y dentro de un rato ahora son las tres de la tarde almorzaré comer dicen aquí y abriré una botella de Beaujolais Nouveau. “No es hoy la primera vez que pienso que la vida humana sólo es una sombra”, dice mi querido Eurípides. Con cuánta razón.

Comentarios

© Juan Abreu, 2006-2019