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Martes, 7 de febrero de 2023

La perrita empeora lentamente le ha crecido el bulto bajo la pata y tiene dificultad para bajar la escalera. Estoy pendiente de ella, hago su entorno más cómodo y bajar las escaleras que es lo más le cuesta, creo, se lo ahorro bajándola en brazos. Tiene días más aletargada y días más vivita en los que, excepto salir a ladrar con el Beni al borde de la cerca, hace más o menos lo mismo que antes de enfermar ayer se quedó mirando a la ardilla (a la que ahora dejo nueces y almendras que, mayormente, se comen las urracas), con gran atención y mala intención, es una perrita cazadora a cada rato cuando estaba bien mataba ratones y ratas que anidan en el seto, esto después de la muerte de Misu mi niño amarillo que era el gran cazador, el rey del jardín. A veces levanta la pata del lado del tumor y se me queda mirando, son malos momentos para mí que me siento impotente. El veterinario ha recetado un calmante potente pero no se le puede dar todos los días porque pierde efecto, dice. Come poco, pero come, le compro jamón y fuet y chorizo que le gusta mucho y últimamente salmón ahumado. Su rutina es la de siempre, seguirme a todas partes estar cerca de nosotros durante el día y la noche y estar cerca mientras dormimos, cerca. Fiel hasta la muerte.

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© Juan Abreu, 2006-2019