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Martes, 31 de enero de 2023

En nuestro enfrentamiento con los bárbaros, ya sean religiosos, tribales o comunistas, estoy de parte de nuestra civilización laica, humanista y en parte, no lo suficiente, atea. Quiero decir, de la Civilización Occidental. El mundo se ha hecho más democrático y libre gracias a la expansión de los hijos de la Ilustración el culto a la Razón y el Espíritu Científico, creadores de nuestra civilización. No existe ningún país democrático en el mundo, que no haya abrazado los preceptos fundados por nuestra civilización.

Creo en el mestizaje, pero no en la Sustitución. Los que vengan, que se mezclen y cambien, como cambiamos nosotros, a fin de cuentas todos procedemos de la barbarie, pero ha de ser bajo los parámetros de nuestra civilización. Por qué. Es muy simple. Y hay que decirlo con claridad y en honor a la verdad: nuestra Civilización es superior. La religión al mando de un país sólo puede existir en un país incivilizado y bárbaro. La criminalización gubernamental de las preferencias sexuales sólo es posible en países bárbaros. La misoginia y la pederastia institucionalizadas, la mutilación del clítoris de las mujeres y el casamiento de niñas con viejos sólo es posible en países bárbaros. No es un problema de costumbres, es un problema de fanatismo, irracionalidad, oscurantismo, atraso y salvajismo.

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© Juan Abreu, 2006-2019