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Viernes, 20 de enero de 2022

Sueño que estoy en una urbanización con personas que al parecer conozco aunque no sé quiénes son y lo interesante es que en cierto momento comprendo que la realidad no funciona como es habitual por ejemplo abres una puerta para entrar a un salón y sales a un paisaje en ruinas bombardeado tal vez y retrocedes por donde has entrado y no llegas al lugar donde estabas sino a una comida familiar bajo los árboles en una villa de la Toscana y se charla de lo que se charla en esos casos y se come y bebe y lo curioso es, ahora me doy cuenta, que no sucede como en otros sueños en los que las transiciones son abruptas y carecen de justificación en este sueño no, siempre necesito una puerta hay pasillos muy largos llenos de puertas uno sale o entra y accede digamos de manera lógica necesitas una puerta y a veces tocan a esas puertas cuando estoy dentro y los que tocan exigen que abra pero yo no lo hago sé que es peligroso o al menos desagradable lo que hay del otro lado y una de las puertas me conduce a la sala de espera de una consulta médica o de emergencias de un hospital y me siento tranquilamente a esperar no es un sueño inquietante aunque hay una angustia aceptada, de la cotidiana, y cuando despierto todo está oscuro no miro la hora pero falta para el amanecer y estoy muy tupido apenas puedo respirar llevo días acatarrado y tengo ganas de ir al baño a orinar y lo hago y regreso y cuando aún sentado en la cama pienso en la perrita y voy al salón y la veo en el sofá y me extraña que no haya subido o que no viniera a dormir conmigo pero no me acercó al sofá vuelvo a la cama y me cubro con las mantas hace frío y no puedo dormir porque de pronto pienso en si estaba muerta la perrita en el sofá el veterinario me dijo que el tumor podía provocar un paro cardíaco y siento cierto desasosiego y al fin muy inquieto me levanto otra vez y vuelvo al salón y el sofá está vacío eso me alivia no está muerta me digo se levantó pero en el gran silencio de la casa a esa hora tenía que haberla escuchado bajar del sofá y no, y ahora no sé si la vi en el sofá o lo imaginé y poco después abro una puerta y me duermo.

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© Juan Abreu, 2006-2019