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Viernes, 18 de noviembre de 2022

El cantante Sabina ha dicho que “ya no es tan de izquierdas porque tiene ojos oídos y cabeza” (y culo, supongo). Durante medio siglo, Sabina apoyó a dictaduras siniestras como la cubana (y a todas, siempre que fueran de izquierdas, como buen intelectual o artista español). Durante medio siglo el izquierdismo cegó, ensordeció y descerebró a Sabina. Pobre hombre. Todo ese tiempo sin ojos ni oídos ni cabeza (ni culo). A gente como Sabina no se les puede tomar en serio. Es el tipo de payaso ideológico culogordo pantalónamarillo que producen las sociedades ricas. Un tipo que demora medio siglo en darse cuenta de que en Cuba censuraban, encarcelaban y en resumen aplastaban a artistas e intelectuales como Sabina, e incluso mucho mejores que Sabina, no merece ser tomado en serio, ni merece crédito moral alguno por sus frívolos cambalaches otoñales.

Sabina no es un esbirro destacado del castrismo como, digamos, Silvio Rodríguez o Pablo Milanés, pero usufructuó durante medio siglo de las bondades de ser castrista y rojo y rojillo en el mundo cultural español, europeo y Latinoamericano, que son muchas. ¡Qué digo! Son todas. Hasta ahora que, después de medio siglo de ceguera y sordera Sabina recupera los ojos los oídos la cabeza (y el culo) y hasta la vergüenza hasta hoy profundamente enterradas en la mierda totalitaria y criminal castrista.

¡Aleluya!

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© Juan Abreu, 2006-2019