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Jueves, 13 de octubre de 2022

Mi querida Margarita Camacho me envía una vieja postal, 1985, de Dolores Koch. En una cara de la postal está el famoso farito de Key Biscayne y en la otra Lolita, su letra recta y cuidada, habla del viaje aquel año a Miami y de nuestra visita a Lydia Cabrera. Qué tiempos aquellos en que todos los buenos aún vivían. Dolores fue la mejor traductora que tuvo la obra de Arenas y una mujer que lo quiso mucho, una mujer de un titánico realismo y de un coraje ejemplar. Cuando se hallaba muy avanzado el cáncer que la mató en 2009, llamó para despedirse y hablamos de Reinaldo y de lo que nos había dado la vida y de lo mucho que nos había quitado ya a esas alturas. Y su voz nunca lo olvidaré era firme y serena.

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© Juan Abreu, 2006-2019