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Miércoles, 7 de septiembre e 2022

Comienzo Joseph Anton las memorias de Salman Rushdie. El atentado me ha llevado al libro. Hace años traté de leer Los versos satánicos por solidaridad con el escritor condenado a muerte por la imbecilidad musulmana e islamista (redundancias), pero ya por entonces detestaba tanto el realismo mágico y sus mariposas amarillas que no lo pude terminar. Pero. Esto es diferente. Rushdie es un narrador de enorme oficio, culto, a ratos lleno de razón moral (no siempre, véase su panfleto apologético de la llamada Revolución sandinista). Y el tema me interesa.

Estoy disfrutando el libro, a pesar de la pajarería de Rushdie con la Madre Patria India y su embrollo mental con lo de la Identidad y con su respeto por el Islamismo y por Mahoma. ¿Por qué hay que respetar esa porquería? Respeto por Pasteur, por Fleming, pero, ¿por Mahoma? Me digo y sigo leyendo. El respeto en literatura lo echa a perder todo. Rushdie debería saberlo.

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© Juan Abreu, 2006-2019