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Domingo, 31 de julio de 2022

Ayer harina con chicharrones gracias al amigo Ferrer, y Marlene exuberante y eufórica con su nuevo cachorro (¡y que no sea yo!). Infantil Marlene, todos nos infantilizamos al ser felices salvo los adultos profesionales tan cenizos y serios y artísticamente mutilados: el arte es infancia prolongada (Paglia). Y hablando de la infancia mientras comía la harina de Jorge y Marlene mi padre rallaba en el patio las mazorcas de maíz muy secas tendría que ser yo un niño de menos de diez años porque después ya la gran Revolución nos liberó también de las mazorcas de maíz. Con ese maíz mi padre hacía también un dulce exquisito del que he olvidado el nombre. Aquella harina era gruesa y los chicharrones grandes con la piel tostada y su trozo de masa crujiente. Y bebimos vinos y manzanillas mientras comíamos la harina y los chicharrones y una ensalada de tomates muy rojos: es lo único rojo que tolero.

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© Juan Abreu, 2006-2019