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Martes, 28 de junio de 2022

Algo ha pasado con Pablo Milanés en La Habana. Por lo que leo, ha tenido algún problema con su Revolución tan querida, su Revolución tan querida le cambió de escenario un concierto y le llenó el público de policías. Pero señor Milanés (me parece un exceso de confianza llamarle Pablo, ¿de qué coño nos conocemos para eso?), su Revolución tan querida siempre fue un montón de policíaca mierda ensangrentada, siempre fue, desde el primer día, un proyecto totalitario. Y ustedes los guitarreros y escritorzuelos de la Revolución: cómplices, esbirros culturales. De los peores esbirros, de los esbirros que más daño hacen, es decir de los esbirros con talento.

Los cubanos de dentro y de fuera, ¿cuándo van a aceptar esa simple verdad? La Revolución siempre fue un proyecto criminal que condenaba a los cubanos al fanatismo ideológico, al hambre, y a la vileza. Nunca fue un proyecto humanista, siempre fue un proyecto totalitario liderado por una mafia asesina.

Todo lo demás son justificaciones, complejos de culpa y lavados de cara oportunistas.

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© Juan Abreu, 2006-2019