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Miércoles, 15 de junio de 2022

No hay comparación entre una dictadura de extrema derecha o derecha y una de extrema izquierda o izquierda. Es una obviedad. Pero. Como los intelectuales izquierdistas españoles no lo entienden, pondré dos ejemplos. A ver, presten atención, señoritos.

Comparemos la dictadura asesina de Franco (40 años) con la dictadura asesina de los Castro (63 años y contando). La de Franco evolucionó y al terminar dejó una España mejor, al menos económicamente. Lo que es muy importante, se comprenderá, para los que viven bajo una dictadura. La de los Castro, por el contrario, ha convertido un país próspero en una especie de Somalia caribeña, ¡y ahí sigue! ¿Y hablamos de Pinochet? Bueno, va, ya sé que Pinochet los pone. La dictadura (17 años) del asesino Pinochet (¡que abandonó el poder voluntariamente!) dejó un país mejor, al menos económicamente. Lo que es muy importante para los que viven bajo una dictadura.

Las dictaduras de derechas, a pesar de sus horrores, siguen teniendo una escala “humana”. Las de izquierdas, que existen, matan y esclavizan en nombre de una utopía, son por naturaleza inhumanas. Bajo una dictadura de derechas es posible el progreso económico, o que el dictador abandone el poder voluntariamente. Bajo una dictadura de izquierdas, no.

Las dictaduras son todas despreciables. Pero. Si en el futuro España sufre otra dictadura o cualquier tipo de régimen autoritario (y no lo descarten, la alimaña humana es capaz de todo), mejor que sea de derechas. Sólo un idiota podría preferir uno de izquierdas. Por eso es sorprendente que en España se hable con total normalidad de aislar e imponer ¡un cordón sanitario! al partido VOX (acusado de ultraderechista) mientras se acepta y admite en el Gobierno a la extrema izquierda de Podemos y Bildu. ¿Qué tipo de degeneración moral hace posible esta conducta?

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© Juan Abreu, 2006-2019