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Miércoles, 18 de mayo de 2003

Mi gato negro antes no maullaba nunca era muy tímido y callado. Ahora, con la mayor frecuencia maúlla lastimero, pienso que le duele algo, pero cuando lo acaricio deja de quejarse así que tal vez sólo busque atención. Desde que murió mi gato amarillo mi gato negro es otro. Si regresa en la madrugada de sus correrías y se encuentra el cuenco vacío, va hasta la cama donde duermo y se pone a maullar como si lo estuvieran matando. Hasta que me levanto y le pongo comida. De todas formas, lo llevaré al veterinario, para tranquilizarme.

Cuando adopté mi primer gato mi niño amarillo pensé y sentí que aumentaba la vida a mi alrededor. Pero toda vida (y todo amor) es desde el primer día muerte y pérdida. Así mi gato negro.

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