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Sábado, 30 de abril de 2022

La verdad es que me da pena lo de Feijóo. Tener que abandonar su amada Galicia. Me emocioné mucho con su despedida de Galicia: ¡Siempre Galicia, Galicia, Galicia, Galicia y para siempre Galicia!, dijo al borde de las lágrimas. Se me partió el corazón, como dicen los literatos. Hay que hacer algo para paliar el sufrimiento de este hombre, pensé. Y enseguida me puse manos a la obra.

Púseme en contacto, en la isla pavorosa, con el marido de Bartolo Tres Patas (marido a su vez, de Raúl Castro) y, muy pronto, tendré en mis manos la cura del señor Feijóo. Se trata de una réplica fiel de la polla del famoso Bartolo Tres Patas, convenientemente impregnada con los colores de la bandera gallega. Confiamos en que, cuando el señor Feijóo se inocule la polla bandera, sea poseído por el alma gallega y por la mismísima Madre Patria Tribal, que como sabemos es andrógina. Lo mismo sirve para una lesbianería que para un enculamiento. De esta manera, la mayor parte del tiempo que pase alejado de Galicia el señor Feijóo se sentirá atravesado, podría decirse, por el espíritu, por la esencia, por la mismísima Galicia.

¡Siempre Galicia, Galicia, Galicia, Galicia y para siempre Galicia!

¡Aleluya!

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