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Lunes, 17 de enero de 2022

Vino Espada y cocinó langostinos y bebimos champán francés. Lo menciono porque cocinar los langostinos se convirtió en una operación alquímica, la transformación de un material laxo, y la baba fea de lo orgánico adjunta, en piezas de orfebrería, en áureo sedoso crujiente lo justo, y sol apolíneo. Cocinar es siempre liberar lo animal y lo vegetal de su ordinariez y de su tripa de origen. Pero. Espada fue mucho más allá los animalejos resucitaron y eran como chupar un lingote fulcanelli y saborear su derretida alhaja.

Y cantamos hasta el anochecer rodeados de beldades, y si no, no, y una de ellas me autorizó a poner esta foto para ilustrar mi felicidad.

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© Juan Abreu, 2006-2019