4881

Miércoles, 5 de enero de 2022

(3) Dondequiera que se mire en la ciudad y en sus aledaños y llegamos hasta las varias rías y sus pueblos adormilados en la roca viva, todo limpísimo. Me sorprende gratamente. Viniendo de Barcelona tiene el mayor sentido que me sorprenda esta limpieza, allí donde quiera que se mire hay un montón de basura especialmente en la alcaldía donde medra y prospera gracias al aventurero francés Valls la basura mayor, la alcaldesa. Qué limpios y cívicos los indígenas de esta región me digo y debo reconocer, para no ser mezquino, que algún mérito corresponderá también al Gobierno regional. Encaramado en una piedra que debe llevar mil años en su lugar frente al Atlántico de encrespadas olas y de corrientes frenéticas vuelvo a rendir tributo a los navegantes españoles que cruzaron ese océano imponente en barquichuelos y nos llevaron a los salvajes indígenas del otro lado de las grandes aguas la sin par cultura occidental, su máquina civilizadora adjunta, y el gran idioma español. Hay que ser agradecido. El viento inclina los pinos y la sal unta el cielo.

Comentarios

© Juan Abreu, 2006-2019