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Jueves, 11 de noviembre de 2021

Veo el anuncio o tráiler de una película de fantasía supuestamente infantil, me llama la atención Angelina Jolie que hace de bruja o de hada. Bueno, me quedo mirando por la Jolie siempre es un placer verla esa boca y, aparece Alicia la de Barrie y las maravillas, ¡y es negra! Y poco después se reúne con Peter Pan, ¡que es negro!; mi amado Peter Pan, negro. Quedo espantado. La imposición racial en el cine y en la tv avanza desbocada y alcanza, como en este caso, tintes esperpénticos. Podría decir aquí que yo nací y crecí entre negros, y que me enteré de que existían los negros (los negros cubanos para mí eran cubanos y nada más) cuando llegué a USA. Pero decirlo sonaría a justificación, y no hay que justificarse nunca. Si los creadores hubieran querido que fuesen negros, serían negros, pero los crearon blancos. Cambiar eso por presiones del neo ku kluk klan cultural negro, es como que esa pobre joven subnormal, Greta, sea un símbolo de la lucha contra el supuesto cambio climático, una idiotez suicida. Cuando Mel Gibson o Tom Hanks hagan de Martin Luther King en películas o teatros, entonces podremos hablar de un Peter Pan negro o de una Alicia negra. O de una Ana Bolena negra, ya que estamos. ¿Es que ya no queda nada respetable? ¿Ni siquiera las obras maestras? ¿Es que sólo cabe ya denunciar y despreciar a los racistas blancos, pero no a los negros?

Dejen en paz a Peter y Alicia, tarados. Si hay algo sagrado en nuestro sucio mundo, son ellos.

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© Juan Abreu, 2006-2019