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Viernes, 22 de octubre de 2021

Gracias a una nota del amigo Valdeón, llego a las cartas que escribiera en prisión Rosa Luxemburgo. Una bella edición. Leí estas cartas en mi juventud, pero no recordaba nada. Es lo que tiene de bueno el olvido, puedes releer libros por primera vez. Las cartas denotan una entereza moral y un amor por la naturaleza, en verdad emocionantes. También, y esto llamó mi atención, pone en evidencia cómo se han envilecido las condiciones carcelarias en países totalitarios o aspirantes a serlo. Ya gustaría a los presos cubanos, rusos, sirios o venezolanos, disfrutar del régimen carcelario que padeció la señora Luxemburgo bajo el káiser Guillermo II.

Pero lo que quería decir es que en el prólogo, Christoher Hitchens, habla de la simetría entre el Gulag comunista y el Lager nazi, para concluir que no se “traduce automáticamente en una equivalencia moral”. Y cita al historiados Conquest para reforzar su argumento:

Es posible que el Gulag haya devorado a más personas que el sistema nazi del Lager. Si embargo, el preeminente historiador del estalinismo Robert Conquest, cuando fue invitado a emitir un juicio, consideró que los crímenes hitlerianos eran más detestables. Y cuando se le urgió a profundizar en ello, respondió: “Simplemente siento que es así”. Pues bien, a mi juicio, muchas personas moralmente inteligentes, de hallarse ante el dilema plateado a Conquest, habrían intuido lo mismo”.

Esto es muy interesante. Y lo es porque, creo, la diferencia entre ambos genocidios no debe achacarse completamente a la naturaleza ideológica del régimen de Stalin o Hitler. Obedece, a mi juicio, en gran medida, a los niveles de civilización de las sociedades donde triunfaron los totalitarismos nazi y comunista. Los burdos genocidas soviéticos provenían de una sociedad esclavista, rural, primitiva, mientras que los burocráticos genocidas alemanes pertenecían a una sociedad mucho más civilizada. De lo que surge esta inquietante pregunta: ¿a más Civilización, en un contexto totalitario, más degradación moral?

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© Juan Abreu, 2006-2019