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Miércoles, 20 de octubre de 2021

El expresidente Mariano Rajoy pasará a la posteridad como el hombre que fue derrocado mientras se comía una fabada (¿o fue un cocido madrileño?). La posteridad es así, sensacionalista. Pero. Por lo que debería ser recordado el señor Rajoy es por acelerar la destrucción de la democracia española conspirando con el PSOE para legalizar a (Batasuna) ETA, para bendecir la entrada de (Batasuna-Bildu) ETA en las organizaciones de gobierno. Y, finalmente, hacer posible que (Bildu) ETA gobierne en España, como gobierna en la actualidad. Esa es la herencia fundamental que deja Rajoy presidente y su partido PP (ya con Aznar presidente se marcó el horizonte moral: ETA “Movimiento de Liberación Vasco”, y “catalán en la intimidad”. Y todavía hay que aguantar a ciertos mamelucos que definen al señor Rajoy como estadista, como gran político. Hasta yo, un insignificante sudaca, veía con la mayor claridad dónde conducía a los españoles libres e iguales la legalización de (Batasuna) ETA. Para saber dónde llevaba a España la negociación con ETA y la, repito, legalización de (Batasuna-Bildu) ETA, sólo había que echar un vistazo a la sociedad vasca, una de las sociedades más moralmente corruptas de Europa. Todo estaba a la vista. ¿Gran estadista? Bueno, ahora que lo pienso, a niveles españoles, ¿por qué no?

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© Juan Abreu, 2006-2019