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Martes, 19 de octubre de 2021

Lo que asombra no es que Otegui (ETA) triunfante trate de ganar poder en su contubernio con el arrodillado y moralmente corrupto Estado español, eso es lógico y cumple milimétricamente con los objetivos de ETA. Los asesinos lo soñaron y Otegui se los cumplió, que diría un castrista. Lo que asombra es que los españoles (generalizo) quieran, supliquen, ¡acepten!, si se produjera, el perdón de los asesinos. Hasta las víctimas (quiero decir los familiares de los muertos) exigen el perdón de los asesinos. Sí, sí, queremos el Perdón, queremos ¡la cartica de Aramburu! El Perdón. Pretender y aceptar (cuando se produzca) el Perdón de los etarras es una abyección, y es el último paso para alcanzar la rendición total de los ciudadanos libres e iguales españoles ante el brutal (cuenten los muertos) nacionalismo vasco.

Qué buenos somos claman los españoles (generalizo), qué socialdemócratas, qué compasivos, qué civilizados. Pero. Dejarse dar por el culo (puede gustar, eso es verdad) no es ser civilizado es dejarse dar por el culo.

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© Juan Abreu, 2006-2019