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Domingo, 26 de septiembre de 2021

Demasiados libros que leer y muy poco tiempo para leer, pero uno hace lo que puede. Ahora estoy (entre otros) con un librito de Eric Zemmour, que está resultando, por viril e incorrecto, una lectura muy refrescante.

“Se sugiere la evidente superioridad de los valores femeninos, la dulzura sobre la fuerza, el diálogo sobre la autoridad, la paz sobre la guerra, la escucha sobre el mandato, la tolerancia sobre la violencia, la precaución sobre el riesgo. Y todos los hombres y las mujeres, sobre todo los hombres, tienen que comulgar con esta nueva búsqueda del Grial. La sociedad unánimemente conmina a los hombres a revelar la feminidad que guardan en su interior. Con una buena voluntad desconcertante, malsana, los hombres hacen todo lo que pueden para realizar este ambicioso programa: convertirse en una mujer como las demás. Para superar por fin sus arcaicos instintos. La mujer ya no es un sexo sino un ideal”.

“El feminismo es una máquina de fabricar igualdad. Ahora bien, el deseo se basa en la atracción de lo diferente. Reduciendo el potencial de ese deseo entre hombres y mujeres, el feminismo ha hecho un gran favor a los homosexuales, ha alejado a los hombres de las mujeres, ha ampliado el campo de acción de los homosexuales. A las feministas les convenía también porque siempre han considerado la penetración, lo digan o no, una violación, incluso cuando es consentida. Lo que no es falso, por otra parte. Todas las palabras del vocabulario viril para referirse al acto sexual tienen relación con la fuerza y el engaño: tomar, poseer, tirársela, follársela, joder. Pero, al final, las mujeres se han convertido en rehenes de los homosexuales. Han ligado su suerte a la de sus enemigos”.

“Todo el trabajo ideológico de las feministas y de los homosexuales militantes ha consistido en desnaturalizar la diferencia de los sexos, en mostrar el carácter exclusivamente cultural, y por lo tanto artificial, de los atributos tradicionalmente viriles y femeninos. La deconstrucción sexual ha minado todas las certezas de unos y otros. Era el objetivo que se buscaba”.

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