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Sábado, 5 de junio de 2010

No he leído (¿ya salieron?) las memorias de Jordi Pujol, ni pienso leerlas. Qué interés pueden tener para mí las mentiras de Pujol a estas alturas de la rendición española. Pujol sólo podría interesar en contraste con la estupidez la mediocridad la corrupción y la cobardía de los dos principales partidos españoles (PP y PSOE) que toleraron, alimentaron y compraron (carísimo) toda la porquería tribal catalanista de Pujol. Pujol fue un gran vendedor de mierda catalanista tribal. A eso se reduce su figura. Pujol y su pandilla, no sólo familiar también familia convergente es decir la aristocracia catalana ex franquista y ahora pujolista, esquilmaron a los españoles y a España con el beneplácito del rojerío racista y tribal catalán y del rojerío izquierdista antiespañol español. La historia de Pujol y su clan de pandilleros es una historia antigua, repetida mil veces por el animalejo humano. Basura española en su variante exclusiva española, es decir basura española antiespañola. La historia de Pujol es la historia de la bajeza y el racismo tribal consentido y mimado por una clase política española rumiante, corrupta y moralmente bajuna, sucia y mierdera. Una clase política en el fondo, antiespañola.

Y que viva España.

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