Juan Abreu
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Jueves, 13 de mayo de 2021
Yo era joven e iba con mi amigo Fernando los domingos a pescar. Pesca submarina que no era pesca deportiva era pesca de supervivencia traer del mar algo que comer. Cocinábamos cualquier cosa que consiguiéramos matar. Fernando fabricaba pieza a pieza (con materiales robados o encontrados en el basurero en el que se iba convirtiendo la isla, las escopetas de aire comprimido que usábamos. Fernando era tornero, mecánico, carpintero, inventor, diseñador. Todo ese talento que lo hubiera enriquecido en cualquier país civilizado en la isla pavorosa clandestino hasta lo que pescábamos a veces era ilegal y confiscado en consecuencia. Fernando, que acaba de morir en Miami.
Ahora lo veo en la fría, desolada costa de nuestra prisión, sobre los arrecifes, a punto de entrar en el agua oscura del amanecer.
