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Domingo, 18 de abril de 2021

Al amanecer me toqué la polla la tenía en romántico estado morcillón (la polla dura es todo menos romántica) y me puse a pensar en la palabra polla en mi relación con la palabra polla en cómo al llegar aquí abandoné la grotesca palabra pinga que usan los isleños yo no podría decir ya ni escribir la palabra pinga qué vulgaridad qué atraso pero polla la digo y escribo cada vez que puedo qué hermosa palabra el gran idioma español en acción me digo, civilizando, una de las principales tareas de los grandes idiomas es civilizar (se olvida mucho); también me gustan algunas palabras del catalán hay que integrar la mayor cantidad de palabras del catalán al gran idioma español (del gallego no porque es una secreción rudimentaria del español y del euskera tampoco porque apenas sobrepasa la condición de ruido de piedras entrechocando) será la forma en que perduren las lengüitas menores condenadas a desaparecer por el bien de la Civilización (ojalá sea pronto), las lengüitas y dialectos pequeños lo único que hacen es entorpecer la Civilización y meditando esta mañana morcillona me dije hay que enarbolar la palabra polla, blandir la palabra polla por poner un ejemplo cuando alguna feminista pelo en pecho me suelte alguna monserga la miraré sonriente y un tanto displicente y diré sólo una palabra: polla.


Autorretrato, circa 2010.

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© Juan Abreu, 2006-2019