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Lunes, 5 de abril de 2021

En una de las colinas que rodean Barnacla se eleva la estatua del periodista Adánico Florete víctima del nacionalismo del racismo tribal y de la chusma nunca mejor dicho, desatada. Como sabemos Florete fue quemado en la plaza pública por patriotas catanyos que celebraban el triunfo de la revuelta que independizó a Catanya de Espala y terminó liberando a los catanyos de todo, hasta de ellos mismos.

“La estatua representa al periodista erguido, pasándose la mano por el cabello con gesto característico. Los paseantes se detienen un momento a contemplarlo, antes de seguir su camino. La obra se halla en un parquecillo, sobre un verde montículo, y desde el lugar donde se encuentra el paisaje desciende haciendo volutas hasta el mar. Adánico luce un traje azul turquesa, una camisa rosa, y una corbata amarilla que lo hace parecer un dandy, un señor que ha vivido siempre de rentas, y un pertinaz gourmet”.

De tiempo en tiempo, voy hasta ese parquecillo y me siento en un banco de piedra mientras cae la tarde sobre el mar. Y pienso en las bajas y estúpidas pasiones de los hombres.

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© Juan Abreu, 2006-2019